Detrás de un gran hombre hay una gran mujer, versaba un dicho que enmarcaba con “delicadeza” la posición de una mujer en su rol familiar, político y quizá hasta emocional. En otro contexto, esa frase sonaba a reconocimiento por el papel de apoyo moral en los hombres que tenían grandes preocupaciones, como empresarios, cantantes, políticos, escritores, etc. Sin embargo, esa frase salió de un chiste de un humorista estadounidense, Groucho Marx, que decía que detrás había una gran mujer y detrás de ella la esposa, criticando la doble moral de las familias.
En la actualidad, esa frase ha caído en desuso, precisamente porque atenta contra la importancia que ha tenido la mujer en la sociedad, y esa frase minimiza su participación a una mera compañía.
Cierto es que estamos en un momento donde tenemos que cuidar nuestras palabras, actos, hábitos, etc., porque no sabemos si alguien lo está grabando. Si eso sucede con cualquier mortal, cuando eres un expresidente hasta lo que no se dice es importante y se puede interpretar de mil maneras.
Vicente Fox declaró sin revisar ni su ortografía, ni el peso de sus palabras. Puede que muchos ni noten que los acentos, la coherencia y los signos de puntuación son enemigos del exmandatario, pero saben que ofendió a Mariana Rodríguez, influencer, empresaria y esposa del precandidato a la Presidencia de la República, Samuel.
La ofensa es clara. Vicente Fox, secundando las palabras de Pedro Ferriz, dice que Mariana es una acompañante y esto puede tener varias lecturas. La primera que solo es un apoyo para Samuel; la otra que es una cara bonita.
Es ahí donde se equivoca Fox. Mariana Rodríguez es tendencia en este momento. En nuestro nuevo contexto, ser una personalidad de las redes no es cualquier cosa. Significa que tienes a millones de personas observándote, nada más porque sí. Son fanáticos de la vida de esos influencers. Ahí las propuestas políticas no importan, lo que es relevante en el mundo de los “likes” es el soft power, es decir, la capacidad de influir sin obligar a través de su ideología y cultura.
Mariana es una megainfluencer, está presente en donde está sumergida la gente, las redes, los retos, los miniclips con consejos sobre cuidar a un bebé, cambiar pañales, usar un tipo de tenis, perfume, etc.
La presencia que busca un político en los medios ya no la necesita Mariana, pues suma 5 millones en X, Instagram, Facebook y TikTok. Ofrece novedad, estar presente, ser fresca y hermosa.
Es increíble lo que olvida la gente cuando alguien se empodera en las redes. Nadie recuerda el caso del bebé del DIF de Nuevo León, donde se lo llevaron a casa sin permiso y tan solo para darle difusión a su capricho.
Mariana Rodríguez no es una dama de compañía, ella puso en el mapa a Samuel Rodríguez y sigue iluminando su camino con likes.
Estamos en la cultura de la tendencia, de las historias y posteos en Instagram y Facebook, ahí Mariana es la reina. Samuel de un escueto 8% de preferencia pasó a un 36% con todo y la falta de agua en Monterrey, las desafortunadas declaraciones del precandidato, etc., etc.
¿De qué habla Fox? Mariana está encumbrando a la generación del dispositivo en mano. No solo le falta repasar la ortografía, también lo que una mujer con poder de un like puede hacer.