¿Te preocupa que algo vaya mal en tu relación? Aquí te explicamos cómo desintoxicar la dinámica o, si es necesario, salir.
Ana, una mujer de 37 años cuyo nombre cambiamos para proteger su confidencialidad, comenzó a salir con un hombre al que llamaremos Juan cuando tenía 19 años. Durante los primeros nueve años de relación, vivieron separados y rompieron dos veces. Aunque pasaron por ciclos intermitentes, finalmente se casaron y Ana se mudó con Juan, un hombre al que consideraba su novio de la secundaria. Pronto, sus tácticas de control previamente encubiertas (como controlar minuciosamente cómo ella se vestía) se volvieron más abiertas y angustiantes (como prohibirle a Ana que la visitara con amigos y familiares y hacer amenazas físicas). Después de seis años de un matrimonio tóxico, Ana finalmente logró salir. Ella describe su historia como un proceso largo y doloroso para convertirse en una adulta emocionalmente madura.
En nuestro trabajo, como psicólogos y terapeutas conocemos a muchos clientes como Ana, y volveremos a su historia más adelante. Muchos de estos clientes describen sentir que algo anda muy mal en su relación, pero les cuesta identificar la fuente, especialmente cuando el abuso y el control son de naturaleza psicológica. Estas interacciones no físicas dañinas pueden ser casi invisibles y quienes las experimentan a menudo terminan sufriendo durante demasiado tiempo. Muchas de estas personas están atrapadas en lo que llamaríamos una "relación tóxica", que puede describirse como un patrón de interacciones que induce daño emocional y agota a una o ambas partes involucradas.
¿Te encuentras en una relación en la que sientes que algo anda mal, pero no puedes identificarlo? ¿Quizás experimentas confusión crónica, te sientes nervioso/a y estás plagado de ansiedad? Cuando intentas abordar tus inquietudes con tu pareja, ¿dejas la conversación sintiéndote más confundido? ¿Los conflictos resultan en peleas a gritos intensificadas? ¿Se utilizan tácticas como dar portazos o pararse en las puertas para impedir que el otro salga? Cuando amigos y familiares plantean inquietudes, ¿tratas de convencerlos de lo maravilloso de tu relación? ¿Interrumpes a tu pareja y te encuentras incapaz de gestionar tus propias emociones en su presencia? ¿No te gusta la persona en la que te has convertido en esta relación? ¿Te preguntas si quizás tu relación podría ser tóxica?
En esta Guía, te ayudaremos a procesar lo que está sucediendo. Si llegas a creer que estás en una relación tóxica, te ofreceremos orientación práctica sobre cómo salir de ella de forma segura.
QUÉ HACER
Haz un balance de tu relación.
Si estás preocupado por tu relación, existe un marco teórico en psicología que podría ayudar. Se llama Modelo de Etapas de Cambio y describe las diferentes etapas por las que pasan las personas cuando consideran hacer cambios en la vida. La primera etapa es la etapa de precontemplación. Si estás en una relación tóxica, pero no te das cuenta del todo, entonces esta es la etapa en la que te encuentras.
Durante la precontemplación, es posible que estés lidiando con sentimientos o emociones difíciles, pero aún no has identificado las raíces de sus problemas y aún no estás considerando activamente las soluciones. En este punto, es posible que te sientas confundido o no te des cuenta de que se está produciendo un abuso. Identificar la causa de tus problemas y hablar sobre ellos puede ser un desafío, especialmente si tu pareja recurre a menospreciar e ignorar tus experiencias. Esto es aún más cierto si la dinámica de las relaciones tóxicas ha persistido durante un período prolongado. Con suerte, los siguientes pasos de esta Guía te ayudarán a salir de la etapa de precontemplación y pasar a la siguiente etapa, conocida como contemplación.
Para ver cómo puede ser la etapa de precontemplación, volvamos a la historia de Ana. (Aunque hemos utilizado sus experiencias como ilustración a lo largo de esta Guía, ten en cuenta que los hombres también pueden quedar atrapados en relaciones tóxicas). Como muchas personas en relaciones tóxicas, durante mucho tiempo el juicio de Ana se vio empañado por su empatía por su pareja. Hoy, al recordar la relación, puede ver un millón de banderas rojas ondeando en el viento. Sin embargo, en ese momento, estas cosas le resultaban casi imposibles de detectar: disfunciones sutiles que hacían que la relación fuera tóxica.
Había celos, posesividad, ser culpada por su estado emocional, obstrucciones (que amplificaban sus emociones caóticas y desesperación) y su constante desafío a su compromiso y amor. Debido a las inseguridades de su pareja, Ana pensó que tenía que demostrarle su amor. Ella pensó que sus necesidades eran más importantes que las suyas. Ella pensó que lo que él sentía y lo que quería importaba más que cualquier cosa que ella sintiera y necesitara. Si no priorizaba sus sentimientos, temía enfrentar un castigo al ser ignorada o acusada de cosas que no eran ciertas. Mientras salían, la pareja de Ana la ignoraba durante días o semanas. Después de casarse, esto se intensificó durante meses.
CONOCE LAS BANDERAS ROJAS
Si tienes el presentimiento de que hay algo significativamente malo y dañino en tu relación, entonces, según el Modelo de Etapas de Cambio, estás entrando en la etapa de contemplación. Esta etapa no implica hacer nada sobre la situación; es donde empiezas a generar ideas para lograr un cambio, lo cual requiere valentía. Para ayudarte a llegar a esta etapa o superarla, aquí hay algunos ejemplos más detallados de los tipos de comportamientos que a menudo aparecen en las relaciones tóxicas:
Microagresiones: acciones verbales o no verbales que transmiten animosidad, desprecio o sesgo hacia tu identidad o atributos. Tales acciones pueden implicar rechazo o invalidación de tus emociones y experiencias, insultos y menosprecio. También ten cuidado con los comentarios degradantes, condescendientes o despectivos, y/o con el desprecio de tus puntos de vista y aprensiones; agresión psicológica: el uso de lenguaje hablado y tácito para causar intencionalmente daño emocional y mental a alguien con el fin de establecer dominio sobre él; ira explosiva: arrebatos repentinos de manifestaciones abrumadoras y extremas de emoción incontrolada; coerción: el uso de fuerza, amenazas, intimidación o manipulación para obligar a un individuo a comportarse de cierta manera debido a la creación de miedo o ansiedad; intimidación: el uso de amenazas o conductas agresivas para generar una atmósfera de miedo; manipulación: esfuerzos sutiles o abiertos para influir o controlar los pensamientos, sentimientos, decisiones o acciones de una pareja, a menudo mediante tácticas engañosas o deshonestas; gaslighting: jugar con la percepción de la realidad de la otra persona para hacerla desconfiar de sus propios instintos, reflexiones o juicios. control económico: poner restricciones a los recursos financieros para limitar la autonomía y las decisiones de la otra persona; amenazas: declarar amenazas de daño físico y esfuerzos intencionales para intimidar, degradar, aislar o ignorar a un individuo;
humillación: degradar, menospreciar, avergonzar o avergonzar intencionalmente a una pareja al someterla a situaciones o comentarios que debilitan su autoestima y dignidad; aislamiento: intentar separar a una persona de su red social de apoyo para aumentar su dependencia del intimidador.
Estos métodos se utilizan para perjudicar el sentido de valor personal o bienestar psicológico de un individuo; y Violencia física: el uso intencionado de fuerza física y conducta para causar daño corporal a la pareja íntima.
PREGUNTAS QUE DEBES HACERTE SI ESTÁS PREOCUPADO/A
Una forma importante de detectar que una relación es tóxica es considerar si alguna de estas señales de alerta aparece de manera constante y tomar conciencia de cualquier patrón de comportamiento extremo y/o rígido. Para ayudarte a evaluar tu propia relación, aquí hay algunas preguntas adicionales que debes hacerte:
¿Cómo se toman las decisiones en la relación?
Si notas que tu pareja toma todas las decisiones y tú simplemente las aceptas, eso podría ser un indicador de que algo anda mal. Asimismo, ¿existe la misma consideración por el bienestar de ambas partes o existe un patrón en el que todas las decisiones favorecen sólo a tu pareja?
¿Quién dice "no" a qué? ¿Tu pareja no se comunica contigo? ¿Están reteniendo el sexo? ¿Están reteniendo compras o controlando las finanzas? En una relación tóxica, tu pareja podría negarse a hablar de temas como finanzas, familia extensa, cuestiones sexuales y prácticas religiosas. No permitir que se discutan ciertos temas y excluir las opiniones de la pareja es una forma de controlar la toma de decisiones. ¿Tu pareja pone límites a la frecuencia con la que discutes algo o a lo que puedes plantear como preocupación?
¿Tienes "permitido" hablar con otras personas sobre tu relación? ¿Cuáles son las reglas y expectativas tácitas en tu relación? ¿Tu pareja dicta con quién puedes hablar? ¿Son razonables estos límites o tu pareja está intentando controlar y gestionar tus inseguridades? ¿Existe secreto en torno a la relación?
¿Cuánto duran las discusiones y cómo son? Después de una discusión, ¿tu conexión emocional tarda mucho en volver a un estado de armonía? ¿Tus discusiones llegan a los gritos? ¿Una persona silencia a la otra? ¿Se ignoran los problemas? Si intentas salir para tomar un descanso, ¿tu pareja te sigue o te bloquea el camino? Si respondiste afirmativamente a cualquiera de estas preguntas, podría ser una señal de que algo anda muy mal.
¿Se utilizan argumentos para castigarte? ¿Tu pareja retiene el afecto y la comunicación en lugar de resolver los posibles problemas? La evasión puede ser una forma de abuso gravemente dañina porque no sólo aumenta la sensación de abandono, sino que también le quita poder a la pareja a la que se está evadiendo. A menudo es una táctica utilizada para satisfacer las necesidades sin tener que ser vulnerable o directo, y puede ayudar a mantener el control. Tomar descansos en las discusiones ayuda a reducir el conflicto entre socios, pero solo cuando esos descansos dan como resultado que ambas partes vuelvan a unirse para negociar y escucharse mutuamente.
¿Respetan los límites y deseos de los demás? ¿Existe empatía, respeto y cuidado por las necesidades, sentimientos y autonomía de los demás? ¿Hay apertura, aceptación y acomodación por ambas partes? Si no, es una señal preocupante.
¿Tu pareja está apurando las cosas? ¿El romance parece demasiado bueno para ser verdad? En las primeras etapas de su relación, ¿Tu pareja se involucró en un "bombardeo amoroso": haciendo gestos grandiosos de afecto, planeando agresivamente su futuro juntos o tratando de asegurar un compromiso mediante matrimonio o embarazo? ¿Sientes que estaban apresurando la relación? Recuerda, el tiempo es el mejor recur so para evaluar la salud de una relación en diferentes contextos: para tener una idea de la dinámica familiar de tu pareja, sus amistades, cómo manejan los conflictos y cómo afrontan el estrés y el dolor. El tiempo te permitirá ver si sus valores y palabras aparentes coinciden con sus comportamientos. Nuestros clientes que están en relaciones tóxicas a menudo sienten que los apresuraron a iniciar la relación. Ahora se sienten estancados porque dependen de su pareja para la vivienda o las finanzas, o debido a una manipulación constante. Por lo tanto, intenta, si puedes, dejar pasar suficiente tiempo antes de pasar al siguiente nivel de tu relación. Mientras piensas en tus respuestas a estas preguntas, presta atención a los patrones, temas y comportamientos persistentes que surgen. Empieza a escribir las cosas. Toma notas en privado de lo que observas y experimentas. Además, comparte tus inquietudes con amigos y otras personas en las que confíes para obtener una perspectiva más objetiva de tu relación.
Un momento clave de conciencia para Ana llegó doce años después de su relación, mientras se dirigía a encontrarse con un grupo de amigos de la universidad para el Día de San Valentín. Ana se había ofrecido a pagar la comida de una amiga como agradecimiento por que esta amiga la llevara hasta allí. Cuanto más se acercaban a la salida para su cita más aumentaba la ansiedad de Ana. Su visión se volvió borrosa y comenzó a sentirse llorosa y temblorosa. Se sentía culpable, como si estuviera haciendo algo terriblemente malo. Más tarde se dio cuenta de que se trataba de una respuesta de miedo. Estaba aterrorizada porque había estado anticipando la ira de su marido cuando descubrió que ella había cubierto los gastos de dos personas. A Ana le preocupaba que la castigaran con reprimendas verbales, críticas o, peor aún, evasivas.
HAZ ALGO SOBRE TU SITUACIÓN
Ana tardó tres años de educación activa, búsqueda de ayuda profesional y un profundo trabajo emocional personal antes de poder identificar el abuso en su relación y comenzar a hacer cambios. Según el modelo de etapas de cambio, ella había entrado en la etapa de acción, cuando estás listo para actuar y hacer ajustes en tu relación. Si te sientes listo/a para intentar desintoxicar tu relación, aquí hay algunos pasos clave que debes seguir:
Utiliza una comunicación clara y directa para establecer límites y expresar tus deseos y necesidades. Para explorar honestamente el estado de tu relación, es imperativo que expreses tus pensamientos, creencias y emociones. Un punto de partida útil puede ser establecer una comprensión clara de tus valores fundamentales. Tómate el tiempo para reflexionar sobre lo que más te importa, como una vida pacífica, buenas relaciones con familiares y amigos, tener hijos, una carrera, metas significativas y una asociación solidaria. Hacer esto puede mejorar tu confianza y asertividad cuando discutas los límites con tu pareja y ayudarte a comenzar a realizar cambios en la relación. Los valores fundamentales de Ana en cuanto a la familia y la cercanía emocional se vieron amenazados por el comportamiento y la actitud de su marido a lo largo de la relación: no permitir la entrada de personas a su casa, ser hipercrítico con sus amigos y familiares y negarse a asistir a eventos sociales: todas formas de aislamiento manipulador.
"Lo que me hubiera gustado haber hecho [en aquel entonces] era establecer límites, comunicar mis necesidades más directamente y estar dispuesta a dejar ir a la persona", reflexiona Ana "Ojalá hubiera tenido estándares para no soportar este tipo de trato. Ojalá hubiera tomado decisiones diferentes". Si te reconoces en estos relatos, intenta evitar callar inquietudes o problemas que tengas en la relación. Asegúrate de hablar clara y honestamente sobre lo que quieres o sobre aquello en lo que podrías no estar de acuerdo.
Comparte lo que está pasando en privado. Habla con tus amigos y familiares de confianza; te ayudará a tener una perspectiva más clara de tu situación y de los cambios que necesitas realizar. Muy tarde en su relación tóxica, Ana comenzó a contarles a algunos amigos lo que estaba experimentando en casa. Hacer que otras personas reflexionaran sobre su situación y compartieran sus reacciones ayudó a validar su experiencia. También proporcionó una perspectiva externa sobre las formas dañinas en que había sido tratada, al tiempo que destacó cuán anormal era la dinámica.
Desarrollar estrategias sólidas de afrontamiento.
Estar en una relación tóxica puede hacerte sentir excesivamente dependiente de tu pareja y hacerte querer aislarte socialmente. Esto podría deberse a que la erosión gradual de tu autoestima te ha vuelto temeroso/a a las tácticas de control y aislamiento utilizadas por tu pareja. Para superar estas dificultades, es vital que desarrolles estrategias de afrontamiento psicológicas y emocionales, incluido el trabajo para reforzar tu autoestima y resiliencia. Una estrategia de afrontamiento particularmente importante es establecer conexiones con sistemas de apoyo confiables, como amigos cercanos, mentores o un terapeuta.
Prepárate para experimentar la culpa.
Sentirte culpable al intentar hacer cambios en la relación es completamente normal. Esto puede deberse a muchas razones, incluidas las tácticas de manipulación de tu pareja o el miedo a ser juzgado por la sociedad o tu círculo social inmediato. Si tienes un historial de ser culpado/a por las emociones y los resultados de la vida de los demás, es especialmente probable que te sientas culpable al intentar imponerte o establecer límites. Es importante lidiar con estos sentimientos porque, si no se abordan, podrían disuadirte de realizar los cambios que necesitas. Siempre que surjan estos sentimientos de culpa, inclínate hacia ellos y pregúntate: "¿Qué está causando este sentimiento?" Esto te ayudará a identificar de dónde viene la culpa y si es algo de lo que deberías responsabilizarte. Aquí hay algunos ejemplos que hemos escuchado:
"Me siento culpable por dejar a mi pareja en casa este fin de semana mientras voy de retiro porque la sociedad me ha dicho que mi lugar como madre es quedarme en casa".
"Me siento culpable porque mi pareja me dice que soy egoísta por querer volver a la universidad".
"Me siento culpable por no haber ido a la cena familiar de mi pareja, a pesar de que su madre se burla públicamente de mí cuando estoy allí".
Expresar tus sentimientos de esta manera te ayudará a reconocer qué sentimientos de culpa son razonables y justificados y cuáles no. También será útil hablar del asunto con un amigo o familiar de confianza. Desarrollar una mejor comprensión de la fuente de tu culpa podría ayudarte a superarla o reducirla, permitiéndote concentrarte en realizar los cambios que necesitas realizar en tu relación.
Mantén algunas cosas personales y separadas.
Trata de desarrollar un sentido de agencia y autonomía fuera de la relación. Esto es especialmente importante si existe una codependencia continua y poco saludable en tu relación, es decir, la sensación de que cada socio puede sobrevivir solo con la ayuda exclusiva del otro. Digamos que te gusta la escalada en roca y tu pareja prefiere leer. Está bien que alimentes tu interés personal mientras tu pareja te apoya emocionalmente mientras se queda en casa y lee un libro sin ti. También es apropiado tener amistades separadas de tu pareja y obtener de ellas un apoyo que tu pareja no puede brindarte. Tú y tu pareja por sí solos no pueden satisfacer todas las necesidades del otro. La clave es que existe tanto separación como un sentido de conexión con tu pareja. La confianza y los límites son importantes para lograrlo.
Busca apoyo terapéutico.
Si estás en condiciones de hacerlo, te ayudará a evaluar y comprender tu situación si participas en una terapia individual. Tu terapeuta puede apoyarte en tus esfuerzos por mejorar tu relación y, si es necesario, en la toma de decisiones para ponerle fin. La terapia de pareja también puede ser un lugar seguro para que tú y tu pareja procesen y exploren lo que sienten y piensan, e identifiquen la historia y los patrones en su relación que contribuyen a su angustia. El terapeuta de pareja también puede brindar una perspectiva objetiva y resaltar las interacciones problemáticas que desconoces. Muchas parejas esperan hasta llegar a un punto máximo de crisis para participar juntas en terapia. No esperes tanto. Sin embargo, una advertencia: debes evitar la terapia de pareja si hay algún abuso físico continuo en la relación, en cuyo caso debes abandonarla; consulta el siguiente paso de esta Guía.
En el modelo de etapas de cambio, la siguiente etapa es el período de mantenimiento. Si has logrado algunos cambios positivos significativos en tu relación, esta etapa consiste en garantizar que los cambios positivos que has realizado sean duraderos. Para hacer esto, es posible que desees realizar controles sobre cómo van las cosas en la relación. ¿Hay problemas sin resolver? ¿Estás cayendo en viejos hábitos? ¿Estás dedicando tiempo a mantener y reforzar los cambios que has realizado para trabajar por una relación más saludable? Por otro lado, si no puedes desintoxicar la relación, entonces necesitas salir. En cuyo caso, la fase de mantenimiento consiste en garantizar que no vuelvas a caer en la relación o termines en una relación tóxica diferente. Más sobre esto en el siguiente y último paso (y en la sección Más información a continuación).
Si necesitas salir, crea un plan de seguridad.
"¡Permití y mantuve una relación abusiva con esta persona durante 14 años!", dice Ana "Esos 14 años de latigazo emocional han resultado en la pérdida de muchas oportunidades. A lo largo de mi vida, perdí la oportunidad de vivir en otras ciudades, de asistir a escuelas específicas en las que fui aceptada y de vivir en libertad emocional. Mi vulnerabilidad fue explotada mientras me deshumanizaban y devaluaban. Lo siento por la joven que fue tan ingenua y abusada. Hasta que Ana aprendió a amarse a sí misma y a desarraigar muchas de las reglas y dinámicas que habían comenzado en su historia familiar, no pudo detectar que su relación era tóxica. Muchos familiares y amigos de Ana podían sentir que las cosas eran perjudiciales, pero ella protegió activamente su propia narrativa: "Sigo sosteniendo que dejar mi matrimonio fue la decisión más difícil que he tomado en toda mi vida".
Por supuesto, no podemos decirte en esta Guía si necesitas salir de tu relación (a menos que estés sufriendo abuso físico, en cuyo caso debes salir urgentemente), pero tal vez valga la pena señalar que muchas veces las personas regresan y permanecen en ella.
Relaciones tóxicas; porque pueden ser intoxicantes.
Una alta intensidad de emociones produce un impacto similar al del consumo de drogas. Ser codependiente de otra persona puede ser intenso en este sentido; puede resultar adictivo. La idea de perder a tu pareja codependiente puede hacer que te sientas desesperado/a. Entonces, cuando la relación, con todos sus serios defectos, continúa, es posible que sientas una abrumadora sensación de alivio. Para Ana, cuando las pausas de ser ignorada dieron como resultado que su ex regresara para prestarle atención, eso le provocó una avalancha de intensas emociones relajantes. Las emociones fueron extremas en ambos extremos: durante el abandono y durante la atención brindada posteriormente.
Además de la codependencia, existen otros factores complejos en las relaciones tóxicas que podrían mantener fuertes los vínculos, como las desigualdades económicas y los roles sociales y de género adquiridos o impuestos. Esto hace que sea difícil separarse emocionalmente y seguir adelante como individuo. Muchas personas quedan atrapadas en relaciones tóxicas debido a la dependencia financiera, la religión o sus hijos. De hecho, una pareja tóxica podría convertir a los hijos que tienes en común en un arma para manipularte. Podrías temer que, si te vas, no estarás allí para protegerlos. Hablar con amigos de confianza, familiares o un terapeuta te ayudará a considerar cómo estos factores podrían estar afectándote. Si has intentado todo lo posible para mejorar la relación pero sin éxito, o estás sufriendo abuso continuo y has tomado la decisión de salir urgentemente, aquí tienes algunas pautas básicas a seguir:
Asegúrate de tener un plan establecido para después de haber dejado la relación. Es vital que se tome en serio el riesgo de sufrir daños graves o mortales, especialmente si tu pareja es volátil, abusa de sustancias o tiene antecedentes de violencia.
Asegura un lugar para ir/quedarse.
Haz accesible un juego adicional de llaves del auto.
Mantén tu teléfono cargado y accesible en todo momento.
Mantén comunicación regular y frecuente con tu familia y amigos.
Prepara a los niños o mascotas para lo que sucederá a continuación.
Mantén una bolsa de emergencia llena de ropa, artículos de tocador, etc.
Si está casado/a o tiene otros vínculos legales con tu pareja, reúnete con tu abogado en privado para preparar los próximos pasos.
Si sospechas que tu pareja está rastreando tu paradero, borra todos los historiales de búsqueda y la información de tus dispositivos electrónicos.
Si en algún momento te sientes amenazada/o, llama a la policía.
Una vez fuera de una relación tóxica, o a salvo del daño de una relación abusiva, muchos de nuestros clientes han experimentado un aumento en su capacidad para funcionar en varios aspectos de sus vidas. A menudo sienten un resurgimiento de la alegría y el placer que fueron reprimidos mientras soportaban la relación tóxica. Te deseo estos resultados positivos también.
PUNTOS CLAVE – Cómo terminar una relación tóxica
Aprende a distinguir las relaciones saludables de las tóxicas. Una relación sana implica sentirse aceptado y seguro. Una relación tóxica causa daño emocional y/o físico crónico.
Haz un balance de tu propia relación. Si tienes la sensación persistente de que algo anda mal, es importante que disminuyas la velocidad y observes lo que está pasando.
Conoce las señales de alerta. Estos van desde microagresiones hasta control financiero, pasando por el gaslighting y la violencia.
Si estás preocupada/o, haz estas preguntas. Si crees que tu relación podría ser tóxica, profundiza haciéndote preguntas como "¿Quién dice "no" a qué en tu relación?" y "¿Tu pareja parece demasiado buena para ser verdad?".
Haz algo sobre tu situación. Si es seguro hacerlo, habla clara y honestamente sobre tus preocupaciones, desarrolla estrategias de afrontamiento y prepárate para lidiar con los sentimientos de culpa.
Si necesitas salir, crea un plan de seguridad. Si tu pareja es volátil, tómate los riesgos en serio y planifica tu salida con cuidado. Esto incluye tener un lugar seguro al que ir y quedarse.
Ver a los clientes transformarse después de dejar una relación tóxica (o establecer límites saludables) es la razón por la que seguimos en el negocio de la terapia. Alejarse de una relación tóxica da como resultado un gran cambio en el sentido de uno mismo: disminución de la ansiedad y claridad de los pensamientos, sentimientos y necesidades. Después de haber dejado una relación tóxica, no pasa mucho tiempo antes de que veamos mejorar el estado de ánimo de nuestros clientes; pronto comienzan a prosperar con una sensación de optimismo, libertad y esperanza. El cambio no es poca cosa. A menudo viene acompañado de emociones incómodas como tristeza y pena. Sin embargo, para nuestros clientes, los beneficios superan las emociones negativas. Después de dejar una relación tóxica, puede resultar útil reanudar la terapia para continuar procesando lo que sucedió en la relación y explorar tu propia historia, actitudes y creencias que podrían haber contribuido a los problemas. Embárcate en la autoexploración. Tómate el tiempo para tener confianza y estar más arraigado en ti mismo/a. No te apresures a entablar una nueva relación, ya que podrías repetir los patrones que existieron en la última. Aprende qué son las relaciones saludables. Aprende quién eres. Y no dudes en establecer límites: son fundamentales para fomentar la consideración recíproca en una relación. Si no se respetan tus límites, puede sugerir que tú y tu pareja necesitan más tiempo para encontrar formas de navegar las relaciones con respeto.
Date tiempo a ti mismo y a tus nuevos socios potenciales para explorar si puedes tener una relación sana. En la fase de citas, evalúa cómo resuelven juntos los conflictos y si la confianza puede existir con el tiempo. Permite comentarios y comparte en tus círculos sociales para obtener una perspectiva externa de aquellos en quienes confías.
Mantener relaciones saludables
Después de poner fin a una relación tóxica, es vital cultivar una comunidad de apoyo para sostener lo que el Modelo de Etapas de Cambio denomina fase de mantenimiento. En esta fase, aumentará tu sentido de ti mismo/a asumirás responsabilidad emocional y te volverás autosuficiente.
Recuerda, las relaciones saludables están marcadas por la mutualidad: amor mutuo, respeto, confianza y vulnerabilidad. Implican una distribución equitativa del trabajo, valores compartidos y ser testigos de los cambios de vida de cada uno. Las parejas que sienten un sentido de igualdad reportan niveles más altos de satisfacción, confianza, confiabilidad, conexión emocional y comunicación más abierta. Como filosofía de relación, es importante que las parejas comprendan el equilibrio necesario entre autonomía y conexión. Debes poder mantener tu yo emocional, tus amistades y pasatiempos fuera de la relación, así como un sentido de cercanía y significado compartido con tu pareja.
La comunicación eficaz sirve como piedra angular para demostrar afecto entre parejas románticas. Es un elemento esencial para cultivar conexiones sólidas. La capacidad de autorregularse mientras se sintoniza con los pensamientos, sentimientos y necesidades de tu pareja es un elemento central para ser un adulto emocionalmente sano. El conflicto es normal y existe en todas las relaciones. Escuchar con empatía y atención de una manera tranquila y constructiva es la mejor receta para mantener una relación conectada y, al mismo tiempo, dejar espacio para desacuerdos respetuosos.
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Terapeuta Holística/Coach de Diseño Humano/Investigadora/Escritora/Psicología/Inteligencia Emocional/Neuroplasticidad/Astrología/Terapia emocional y de pareja/Esencias florales de Bach, Elixires Chamánicos y otras/Tarot/Gemas y cristales.