Tal vez esta entrega debió llamarse "la gran franquicia Colosio", y lo afirmamos porque ha sido indudable que el nombre del otrora candidato presidencial asesinado en 1994 ha dado demasiados dividendos políticos a muchas personas y organizaciones. Primero al PRI, que explotó la marca con su "Fundación Colosio", de la que supuestamente emanaban prospectos de políticos profesionales con los ideales de este personaje. Después, el negocio se cayó con la incorporación del hijo de este personaje a las filas de Movimiento Ciudadano. Ahora es López Obrador quien pretende arrebatarle la franquicia a Colosio Riojas, actual presidente municipal en Monterrey.
Aproximadamente hace un año escribimos acerca de una teoría que no es nuestra, pero que tiene mucho de lógica y en mucha medida nos ha convencido: quien asesinó a Luis Donaldo Colosio Murrieta fue el jefe del grupo político contrario a Carlos Salinas de Gortari y no un asesino solitario, ni dos, muchos menos un político de medio pelo; fue alguien que pasó desapercibido en su momento, discreto, pero que se benefició del magnicidio. Alguien tal vez como el candidato sustituto, que aunque fue gris, logró el objetivo de ser presidente de México contra todo pronóstico y contra la voluntad del presidente en turno, alguien tal vez como Ernesto Zedillo.
El asesinato de Colosio no fue el ataque de un seguidor y fanático demencial, tampoco de un guerrillero en operación o la acción de un enemigo acérrimo del PRI. Fue el choque de dos grupos políticos que se disputaban el poder al interior del mismo partido, una línea de investigación que ningún gobierno se ha atrevido, cuando menos, a insinuar, ni siquiera el gobierno de AMLO, que no se cansa de repetir la mentira de que está comprometido con la transparencia y la justicia.
Una verdad dijo el hijo de Luis Donaldo Colosio: cada 3 o 6 años se convierte en un tema recurrente el asesinato de su padre, y otra verdad velada también podemos deducir: después de los momentos electorales, la figura del magnicidio perpetrado por un individuo se guarda en el armario mediático, esperando ver qué beneficio se le puede sacar en los próximos 3 años por algún político vival que busque hacerse de la marca.
Aunque Mario Aburto pudiera salir de prisión a través de alguno de los mecanismos de preliberación que contempla la Ley Nacional de Ejecución Penal, cualquier gobierno saldría a decir seguramente que revisarán qué otros cargos se pueden fincar en contra de este sujeto, para lograr la ejecución de una nueva orden de aprehensión y así evitar que quede libre quien cometió, según ellos, una de las atrocidades más grandes en contra del país, al asesinar a uno de los demócratas más grandes que este país ha dado, esto último también según lo insinúa la clase política mexicana.
Luis Donaldo Colosio, al igual que un Andrés Manuel López Obrador, fue un político bastante común, eso sí, con el don de la palabra al igual que el actual presidente, pero un hombre que no veía realmente ni la sed ni el hambre de un país sumergido en un sistema político de corrupción del que fue parte y que además construyó junto con los demás miembros de su grupo político, un sistema que sigue vigente hoy en día tal vez con la misma fuerza que en las décadas de los 80´s y 90´s.
Jamás sabremos realmente quién mató al político sonorense, la clase política que realmente tiene el poder en este país sí lo sabe, como sabe qué ocurrió realmente detrás de la desaparición de los 43 de Ayotzinapa, como sabe quién es realmente el subcomandante Marcos, que seguramente no es Sebastián Guillén, y sabe desde luego el paradero final de Manuel Muñoz Rocha, el eslabón que se tuvo que romper para que no se pudiera continuar hasta el inicio de la cadena en el mismo caso Colosio.
Este es nuestro México, un país en el que muchos, los que somos los mexicanos de a pie, seguimos viendo un país con hambre y sed de justicia, un hambre que jamás saciarán los partidos políticos que han hecho del engaño, la traición, la comisión de delitos y los pactos por debajo de la mesa su modus operandi en el saqueo del país, la manipulación social y su permanencia en el poder.
ADDENDA:
1. Hablando de manipulación política, dice López Obrador que la declaración de Joe Biden de estar dispuesto a cerrar la frontera norte del país es una declaración demagógica, que busca captar electores con miras al proceso electoral venidero en el país vecino del norte; las declaraciones de AMLO de modificar el régimen de pensiones y garantizar constitucionalmente hablando, el incremento del salario mínimo general por encima de la inflación, ¿qué son?.
2. Estoy preparando, cuando menos en mi mente, una serie de 5 o 6 entregas consecutivas, en las que hablaremos de los efectos de la reforma laboral a ya casi 5 años de su aprobación; nuestra postura es la misma, las reformas de 2012, pero sobre todo de 2019 a la Ley Federal del Trabajo, son retrogradas, buscan hincar -literalmente- a los trabajadores, algo que queremos exponer y justificar desde la vertiente individual y colectiva de las relaciones laborales, hablando sí desde la teoría, pero desde la cotidianidad del mundo del trabajo.
*Miembro de la Escuela para la Formación Política y Sindical A.C.
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