Vulnerabilidad institucional y desastres

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Publicado en Opinión

Vulnerabilidad institucional y desastres

Lunes, 12 Febrero 2024 00:15 Escrito por 
Hugo Antonio Espinosa Hugo Antonio Espinosa Sin riesgos

Detrás de una emergencia en la que se pierden vidas humanas, recursos naturales, infraestructura y bienes patrimoniales siempre hay dolor, frustración e impotencia por parte de quienes resultan afectados –a veces por acciones u omisiones propias o por la inoperancia institucional–, ya que en la mayoría de los casos las mencionadas pérdidas pudieron haberse evitado, de no ser por factores subyacentes que provocan los incidentes una y otra vez, de forma inadvertida o no, y que se constituyen por distorsiones o transgresiones de una ley o norma que la autoridad debiera garantizar.

Un peligro es la probabilidad de que ocurra el impacto de un agente perturbador (explosión, derrumbe, inundación, sismo, etc.), con cierta intensidad, durante un tiempo y un espacio determinados. Para que este peligro se transforme en un riesgo necesita combinarse con ciertos componentes físicos, sociales y económicos que determinan la vulnerabilidad del medio expuesto –pueden ser personas, bienes o el entorno–, lo cual determina su nivel de exposición.

Un sismo puede impactar a dos localidades al mismo tiempo, con la misma magnitud y duración, sin embargo, puede causar daños o pérdidas diferenciadas en uno y otro espacio, en razón de sus respectivas vulnerabilidades. Pongamos un ejemplo, si la Localidad Uno cuenta con Sistema de Alerta Temprana, la población expuesta tiene mayores posibilidades de salvaguardarse y varios segundos más de tiempo de respuesta anticipada que la Localidad Dos que, en contraste, no cuenta con un Sistema de Alerta Sísmica; por ende su capacidad de respuesta resulta menor y elevada su vulnerabilidad.

No obstante, siguiendo con el mismo ejemplo, la Localidad Uno cuenta con dos hospitales de tercer nivel (de alta especialidad) y la Localidad Dos no cuenta con uno, sólo Clínicas de Medicina Familiar; al mismo tiempo, la densidad poblacional es mayor en la Localidad Dos con respecto a la Localidad Uno y el nivel económico y educativo de ésta es mayor que el de la segunda. Por lo tanto, no se necesita ser experto para identificar cuál de las dos es la más vulnerable. En consecuencia, cualquiera se preguntaría por qué no hay un hospital de tercer nivel en una localidad que lo necesita y por qué hay dos en donde con uno sería suficiente. Este ejemplo lo podemos extrapolar a otro tipo de servicios y la tendencia será la misma. Un sinsentido.

¿Cuál es el fundamento técnico, administrativo o legal que antecedió a la planeación urbana de ambas hipotéticas localidades? ¿Qué políticas públicas sostienen esas decisiones para la organización y desarrollo de ambas? Quizá la respuesta es que no hay políticas públicas definidas y que las decisiones se toman con otra perspectiva y bajo otras circunstancias, lejos de la normatividad aplicable y el bien colectivo, desafortunadamente.

En tal contexto, el principal factor subyacente de la construcción social de los riesgos de desastre es la Vulnerabilidad Institucional, consistente en la escasa fortaleza presupuestal, política y operativa de las unidades municipales de protección civil, combinada con la ineficaz y anquilosada operación de las áreas de Desarrollo Urbano, Comercio, Medio Ambiente y Gobernación para hacer cumplir las normas de construcción, del uso de suelo, el derecho de vía y las restricciones de seguridad para desarrollos industriales, inmobiliarios, comerciales y de entretenimiento que, en un marco de irregularidades y corrupción, se materializan en el otorgamiento de licencias de construcción, de funcionamiento comercial y de impacto ambiental sin escrúpulo.

Por lo anterior, existe una urgencia de construir transversalidades en la operación gubernamental y vincular más al sujeto social (al ciudadano) en la toma de decisiones y buscar que la Gestión Integral de Riesgos de Desastres (GIRD) permee en los tres niveles de gobierno, para que las ciudades modernas se diseñen, construyan y modifiquen con una perspectiva de reducción de riesgos y adaptación al cambio climático, cuyos impactos son y serán los principales riesgos de las ciudades del futuro, es decir de hoy. Esto es también protección civil. ¡Que su semana sea de éxito!

 

Hugo Antonio Espinosa Ramírez

Funcionario, Académico y Asesor en Gestión de Riesgos de Desastre

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