El reflejo de la lluvia en nuestro país

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Publicado en Opinión

El reflejo de la lluvia en nuestro país

Viernes, 28 Junio 2024 00:07 Escrito por 
Noemí Muñoz Noemí Muñoz Ganando espacios

La lluvia ha lavado las calles y ha refrescado el ambiente, después de los días calurosos y de las elecciones. Con el agua se van las ofensas, los dimes y diretes, las amenazas de ataque. Sin embargo, hay un ambiente de derrota, quizá porque el país y algunos municipios quedaron partidos, pues esperaban otros resultados. Ojalá la lluvia se llevara el encono entre los partidos. Ojalá los ciudadanos nos diéramos cuenta de que no basta con ejercer el voto, que hay que pensarlo.

Hoy más que nunca nos enganchamos con pequeñas dádivas. Los merecimientos a los que somos acreedores no son una política social que durará menos de dos segundos. Necesitamos pensar, reflexionar, reforzar el criterio al momento de tomar decisiones. Sin embargo, la situación económica es la que rige nuestras manos, nuestros votos, nuestros caminos. Carecer de tanto, nos hace vulnerables a inclinarnos por lo poco que nos quieran dar.

Se nos olvida, con mucha facilidad, que los programas sociales no son garantía de tener calidad de vida. Los programas sociales alcanzan para un mínimo por ciento minúsculo a comparación de todas las personas que están en extrema pobreza. No deben ser moneda de cambio para nuestro futuro; sin embargo, lo son.

Hemos borrado de nuestra memoria colectiva que tenemos derechos inalienables a la salud, a la educación, al trabajo y ninguno de ellos se cumplen. Más para los pobres es buen lema. Bienestar para todos, también, pero cuáles, cuántos, en dónde. La clase baja media o media baja, necesita becas también, para poder soñar con un posgrado, para darle más a este país y seguir haciendo patria, porque la tierra, este país es de quien lo forja, los que damos todo cada día, los que nos levantamos a un trabajo sin prestaciones, sin buena paga, porque es lo que hay. Hay sueños rotos en todos lados y un programa social no le alcanza para sanarlos.

La reflexión que nos queda después de la tormenta es profunda. Más allá de los programas sociales, necesitamos una visión de largo plazo, una que no dependa de elecciones y de promesas temporales, sino de un compromiso real con el desarrollo humano y económico de todos los ciudadanos. Solo así podremos salir adelante y construir un futuro más justo y equitativo para todos.

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Noemí Muñoz

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