Solidari-dar

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Miércoles, 21 Marzo 2018 08:07 Escrito por 

Dice Andreas Tsolakis que "los progresos de la humanidad han estado marcados por la huella de todas aquellas personas que –a lo largo de su vida– han contribuido a las buenas causas de modo solidario y que, movidas por esa poderosa fuerza, que es el compromiso ético y la búsqueda de una sociedad mejor, han puesto a disposición del bien común, su tiempo, sus esfuerzos y sus ilusiones."

El inicio de mi vida laboral se encuentra anclada a la seguridad social, en 1990 (hace ya casi 30 años) me incorporé al sistema de salud. Los poco más de tres años que colaboré en dicho sector, me permitieron conocer –en términos generales– su misión y sus políticas de atención.

Como derechohabiente he tenido la oportunidad de ser atendida en diversas ocasiones. En otros momentos, me ha correspondido acompañar a familiares cercanos –muy cercanos– que han requerido los servicios de atención especializada.

Ha sido, desde esa dolorosa experiencia, que he tenido la oportunidad de conocer de cerca no únicamente la labor que desempeña el personal médico y de enfermería, sino también la del voluntariado.

La misión del voluntariado no se refiere al cuidado directo de los pacientes, para ello existe personal especializado. La suya, es una labor de apoyo, de apuntalamiento, de soporte en la más amplia expresión del término.

✓ El voluntariado promueve la recaudación de fondos para dotar de y/o brindar mantenimiento a material y equipo especializado.
✓ El voluntariado impulsa las actividades de grupos de autoayuda, para quienes padecen enfermedades terminales o crónico degenerativas.
✓ El voluntariado promueve campañas de prevención de la salud.
✓ El voluntariado gestiona espacios para uso exclusivo de familiares de pacientes que –dadas sus condiciones– les resulta complicado trasladarse todos los días.

Habiéndome formado como politóloga, y al participar en la formación de múltiples generaciones de especialistas en ciencia política y administración pública, no puedo dejar de reflexionar en torno a la labor del voluntariado como parte inmanente de la labor de asistencia social que debe proveer todo Estado-Nación.

Sabemos que quienes participan en cualquier tipo de voluntariado tienen, además de un espíritu solidario, alta capacidad de trabajo en equipo. Sin embargo, es también nuestro deber reconocer que esta labor implica una gran responsabilidad social, por ello es indispensable apoyar y profesionalizar su gestión y administración. Justo porque es una labor sustantiva.

Estamos hablando de los servicios asistenciales asociados a la tarea de brindar salud y seguridad social a los habitantes, en este caso, de la entidad más poblada de nuestro país.

Cómo ciudadanos conscientes, debemos recapacitar acerca de la necesidad de fortalecer una agenda común que permita acompañar, fortalecer y promover al voluntariado como el espacio transformador que es.

Decir que nos encontramos frente a profundas transformaciones sociales podría parecer una verdad de Perogrullo; sin embargo, no podemos negar que los cambios en la estructura sociodemográfica exigen adaptar la forma en que ha venido trabajando el voluntariado: es preciso tomar en cuenta el bono demográfico y la concomitante incidencia de enfermedades crónico degenerativas; tener en cuenta la diversidad cultural, la diversidad de orígenes étnicos y nacionales, las necesidades de la población migrante y la perspectiva de género.

Se requiere desarrollar un voluntariado más plural y heterogéneo; un voluntariado que amplíe su espectro de intervención; un voluntariado más activo en la agenda de la política de salud.

Se requiere empezar a pensar nuevas formas y nuevas vías de adaptarlo a las necesidades de un entorno cambiante. Ajustar sus procedimientos a una sociedad donde las mujeres –que han sido su pilar fundamental– empiezan a ocupar espacios que antes les eran vedados; adaptar sus estrategia de trabajo al uso de las nuevas tecnologías que facilitan la cercanía, desde los anonimatos.

Gracias a quienes desde el corazón hacen labores de voluntariado. Mil gracias por todo lo que hemos recibido de parte de ustedes. No tienen idea de cuánto y cómo nos han ayudado a quienes lo hemos requerido. ¡Gracias de ciudadano a ciudadano y de corazón a corazón!

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Ivett Tinoco García

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