La reciente decisión de Sierra Leona de prohibir oficialmente el matrimonio infantil y la promulgación de una ley que sanciona severamente esta práctica representa un avance significativo en la protección de los derechos de las niñas. Este paso audaz del presidente Julius Maada Bio es un testimonio del compromiso del país con la erradicación de una costumbre que ha tenido consecuencias devastadoras para las menores.
La nueva legislación no solo establece penas de prisión de al menos 15 años para los hombres que se casen con niñas menores de 18 años, sino que también impone multas considerables. Además, extiende la responsabilidad a los padres y a quienes faciliten estas ceremonias, lo que refuerza la seriedad con la que se pretende erradicar esta práctica.
La Oficina de Asuntos Africanos de Estados Unidos ha calificado esta ley como un "hito importante", destacando su potencial para proteger a las niñas y promover los derechos humanos. Esta postura es compartida por diversas organizaciones de derechos humanos, que ven en esta medida una esperanza para millones de niñas en África occidental y central, donde la prevalencia del matrimonio infantil es alarmante.
El caso de una exnovia infantil de 21 años, que fue obligada a casarse a los 14 y ahora busca la anulación de su matrimonio bajo la nueva ley, ejemplifica el impacto positivo inmediato que esta legislación puede tener. Proporciona una vía legal para que las niñas y mujeres jóvenes escapen de matrimonios forzados y persigan una vida más libre y segura.
Betty Kabari, investigadora de Human Rights Watch, subraya que esta ley debería "romper el ciclo del matrimonio precoz y sus devastadoras consecuencias". Además, destaca el potencial de esta medida para inspirar a otras naciones africanas a seguir el ejemplo de Sierra Leona, creando un efecto dominó que podría transformar la vida de millones de niñas en todo el continente.
La prohibición del matrimonio infantil en Sierra Leona es una victoria monumental para los derechos de las niñas y un paso crucial hacia la igualdad de género en la región. Esta legislación no solo protege a las niñas del daño físico y emocional que conlleva el matrimonio precoz, sino que también les otorga la oportunidad de acceder a la educación y desarrollar su potencial plenamente. Es un llamado a la acción para otras naciones, demostrando que el cambio es posible cuando hay voluntad política y un compromiso genuino con la justicia y la igualdad.
