A la vieja usanza, el nuevo oficialismo ha avanzado en la primera etapa de aprobación de la reforma judicial, que más que tener objetivos de fondo, tiene objetivos de tipo cosmético con el que se busca incidir en la conformación del poder judicial, reforma que no tendrá sólo efectos a nivel nacional, sino también en los poderes judiciales de las entidades federativas, al implicar una reforma de carácter constitucional.
La aprobación como muchas otras que se han dado en el pasado: en una sede alterna y con toda la rapidez posible, una acción que en efecto implementaron PAN y PRI en su momento para aprobar varias de las famosas reformas estructurales, así es que entre estos partidos y morena, no hay mucha diferencia en su forma de actuar y como ocurre con la clase política, para el aún presidente de la república a veces la justificación de lo que pide o propone es que “ellos no hacen lo mismo que hacían en el pasado” o cuando le conviene, el argumento es “que nadie se debe sorprender o incomodar, pues sus opositores hacían algo similar antes”.
Detrás de la reforma hay más intereses que diferencias de criterios; la política es “asignación de valores” y no la posibilidad de construir acuerdos a través de la discusión, la muestra es esta nueva aplanadora que en su momento tuvo el PRI, donde al margen de las razones, la imposición es la dinámica más efectiva.
Uno de los argumentos que leía por ahí para justificar la reforma judicial de López Obrador, es que existe un nepotismo impresionante dentro del Poder Judicial, donde magistrados y jueces tienen a familiares laborando en el mismo poder, pero acaso ¿no ocurre lo mismo dentro de la política?, o ¿no ocurre dentro del mismo morena?.
Para muestra un botón. Ricardo Monreal es actualmente Diputado Federal y coordinador de la bancada de morena, un personaje al que hay que reconocerle su capacidad sobresaliente para saber jugar con las reglas de la política partidaria; David Monreal (su hermano) es gobernador por el Estado de Zacatecas, mientras que el hermano de ambos de nombre Saúl, fue en el trienio que terminó hace poco, presidente municipal en Fresnillo, Zacatecas. Rodolfo otro hermano, es funcionario en el gobierno de Sinaloa, mientras que Eulogio es director de pasaporte en la Secretaria de Relaciones Exteriores, una lista a la que podemos sumar familiares con otros cargos menores.
Por si fuera poco, no debemos pasar por alto el caso de “Caty” Monreal, hija de Ricardo, a quién están haciendo todo lo posible por hacerla alcaldesa en la Alcaldía Cuautémoc.
Los defensores del morenismo dirán que no es lo mismo, que en el caso de la dinastía Monreal, muchos de los cargos que ocupan sus familiares, son producto de una victoria electoral, pero habría que ser demasiado ingenuos para no suponer que muchas de las candidaturas que han ejercido, son producto del influyentismo principalmente del coordinador de los hoy diputados federales.
Hagamos una reflexión e invitemos a hacer un ejercicio. Partamos de algo serio: ¿qué méritos tiene por ejemplo Caty Monreal para haber sido candidata a alcaldesa en Cuauhtémoc?, una pregunta que detona la reflexión y si queremos pasar al ejercicio, creo que hablar con el morenismo de esa demarcación, nos daría muchas sorpresas y podríamos ver la inconformidad que generó su postulación, frente a perfiles con más trabajo, trayectoria y ascendencia dentro de la militancia, pero que no cumplieron con un requisito: no tener un familiar con un cargo importante a nivel federal.
Desde hace varios años no me involucro en la discusión de temas netamente políticos, para mi el sindicalismo es el que puede guiar el cambio desde la sociedad civil, un origen que considero el único posible, pero en este caso, el de la reforma judicial, creo que hay que involucrarse más allá de las protestas, habrá además de buscar e implementar alternativas jurídicas, un reto que cuando menos en lo personal estoy dispuesto a afrontar.
Creo que el país con este tema pudiera arder y si tiene que hacerlo, que pase; la reforma al poder judicial es un atentado a las ideas y principios más elementales de la democracia liberal y un peligro para la anulación y sumisión del poder judicial frente al poder del ejecutivo, una amenaza que de concretarse incluso es un peligro para el gobierno de Claudia Sheimbaum, ya que quien realmente la capitalizará será López Obrador, que ahora construye este moderno maximato para seguir ejerciendo el poder desde las sombras de un falso retiro.
ADDENDUM
1. En las manifestaciones contra la reforma judicial los sindicatos son nuevamente los actores principales. El poder judicial en la Ciudad de México inició con el primer paro, una acción impulsada por los trabajadores, no por los agachones magistrados, empezando por el presidente de este poder, que está más que vendido con el partido en el poder, una realidad que puede explicar porqué el poder judicial en la capital, está viviendo uno de sus peores momentos de su historia.
2. Hablando de locuras no puedo creer la noticia del adelanto de la navidad en Venezuela por decreto presidencial. Resulta que Nicolás Maduro, con su urgencia de desviar la atención de los Venezolanos, ha adelantado desde el gobierno la navidad. Cuando vi la nota no lo podía creer y pensé que era un chascarrillo, pero ¡oh sorpresa!, era verdad. La medida del desvalorizado presidente, es una muestra y prueba de lo que realmente la clase política piensa de la gente: nuevamente “al pueblo pan y circo”.
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Abogado Postulante y miembro de la Escuela para la Formación Política y Sindical A.C.