Carlos Salinas es tan honesto como lo presume ser López Obrador

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Carlos Salinas es tan honesto como lo presume ser López Obrador

Miércoles, 28 Marzo 2018 00:06 Escrito por 

Llevamos muchos años escuchando acusaciones y señalamientos en contra de lo que Andrés Manuel López Obrador, candidato a la presidencia de México por la coalición Juntos Haremos Historia, formado por Morena, el Partido del Trabajo y el Partido Encuentro Social, ha calificado como “La Mafia del Poder”, grupo al que materialmente pertenecen todos aquellos que no comulgan con la ideología del tabasqueño, y en la que ha colocado como su líder al ex presidente Carlos Salinas de Gortari.

Lo ha mencionado tantas veces que para cualquiera es, en efecto, el personaje que se encuentra detrás de lo que tiene que ver con toda la maldad y la corrupción que tanto daño, según el candidato de Morena, le ha causado al pueblo de México, identificándolo como el indiscutible líder del PRI, partido del que él mismo emanó y del que ahora muestra un resentimiento de grandes dimensiones; los porqués se pueden adivinar al darle un repaso a lo que ha sido la vida política del candidato de la coalición Juntos Haremos Historia.

Pero, vayamos por partes. Según AMLO, porque así lo ha asegurado, Carlos Salinas es corrupto, es un bandido, es el culpable de todas esas obscuras negociaciones irregulares y, como consecuencia de ellas, se ha enriquecido y se han visto favorecidos sus incondicionales, a costillas de los ciudadanos, entre otras tantas cosas más; sin embargo, y siguiendo la lógica simple de AMLO, cuando alguien se atreve a cuestionarlo respecto de la sospecha de corrupción tanto de él como de sus colaboradores más allegados y, en especial los que defienden al elegante caballero de Morena que se dice honesto y honrado, la respuesta es “nada se le ha comprobado. Y van aún más allá, al señalar con el dedo a quien se atreve a cuestionar todas las sospechas que indican que también en Morena se da la corrupción.

Y con esa posición tan simplista, ante señalamientos tan serios en contra del líder morenista, de sus allegados y hasta de su propia familia, cuya única defensa es la negación a partir de la frase ya mencionada de “no se le ha comprobado nada” ¿qué pasaría si lo mismo se aplicara al ex presidente mexicano? Es decir, no se le ha comprobado aún nada a Carlos Salinas de Gortari y, entonces, retomando esa lógica simple de López Obrador, el ex presidente Salinas resulta ser tan inocente o, como parece que a veces se ve a sí mismo el tabasqueño, tan santo, como él.

Bajo estas circunstancias, no únicamente debe contemplarse a Salinas de Gortari, también deberían caber en la misma disyuntiva Fox, Calderón y el actual presidente Enrique Peña Nieto. A menos que se haga una investigación profusa en contra de los ex mandatarios y del actual, para entonces sí, hacer acusaciones serias y con sustento, aunque eso se ve un poco difícil de lograr, pues como AMLO se siente el redentor, ya dijo que no habrá cacería de brujas en contra de nadie, que no es hombre de rencores; no obstante, entonces, son también tan inocentes como él mismo se presume.
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La entrevista de AMLO con reporteros de Milenio

Como resultado de la reunión con los avezados reporteros de Milenio, en la que no se vio nada nuevo, puesto que se repitió lo mismo de siempre, salieron a cantar victoria tanto los seguidores de López Obrador, como los detractores del tabasqueño.

Unos manifestando con algarabía que llegó como candidato y que salió como el reconocido inamovible y seguro Presidente de México y que, a consecuencia de ello, inmediatamente se le acercaron empresarios y políticos para tratar los temas importantes de México como reformas y nuevo aeropuerto, entre ellas. La amenaza se confirmó, ya la había señalado el morenista, va como puntero en varias encuestas y hay posibilidades, como en las anteriores ocasiones que ha competido, de ser quien resulte vencedor de la contienda electoral, razón más que suficiente para que los empresarios quieran conocer su verdadera intención sobre el aeropuerto y las reformas, en las que han invertido mucho dinero; no es tan simple, porque incluso hay créditos muy importantes y la mirada del mundo está puesta en México y en la obra que representa el megaproyecto.

Sin embargo, en caso de cancelarse, como lo ha prometido el candidato de la coalición de Juntos Haremos Historia, el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México y las reformas, entre ellas la energética, los dueños del dinero difícilmente aceptarán perder miles de millones de pesos; habrá demandas y fuga de sus inversiones, ¿quién se animará, bajo esa condición, a invertir en suelo mexicano?

Y así, le aplauden las plumas de una muy buena calidad y que concuerdan con el líder de Morena, que no por ello cuentan con la razón indiscutible, porque además son varios los que califican a los compañeros de profesión como “chayoteros”; y yo preguntaría, ¿cómo debe llamarse a los que prostituyen su habilidad al servicio del tabasqueño?

Y los otros, que presumen que el originario de Macuspana se manifestó tal y como es, que es el mismo, que perdió contra los reporteros, que lo exhibieron, que no dio una sola a su favor y que lo vapulearon. Yo creo que, en efecto, llamó mucho la atención, y que tanto como los que son fieles seguidores de él, como los que están en contra de todo lo que representa su nombre y su política, vieron lo que quisieron ver o deseaban escuchar. Aún, a estas alturas, no he escuchado por parte de él cómo acabará con la corrupción, de dónde sacará tantos recursos para tantos programas que ha venido prometiendo.

Lo que es verdad, es el hecho de que Andrés Manuel se presume como el seguro ganador de la silla presidencial, pero aún pueden suceder muchas cosas; la campaña empieza el treinta de este mes y es recomendable esperar. Particularmente me llama la atención del tabasqueño que exige, porque así me parece, que sea reconocido como un héroe nacional, al lado de Benito Juárez, entre otros renombrados personajes de la historia de México, aún sin haber hecho nada; pero exigir que sea reconocido, es más un deseo mesiánico que otra cosa.

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Alfredo Albíter González

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