La credibilidad en el gobierno

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Publicado en Opinión

La credibilidad en el gobierno

Jueves, 10 Octubre 2024 00:00 Escrito por 
Juan Carlos Núñez Armas Juan Carlos Núñez Armas Palabras al viento

Dice el dicho que “el pez por su boca muere”. Estas palabras bien se podrían aplicar a la presidenta de México. Claudia ha hecho algunas declaraciones que parecen verdad, pero que, en el fondo, son cuestionables. El caso más ejemplar podría ser su dicho sobre que en ningún lugar de la Constitución dice que la Suprema Corte de Justicia pueda cambiarla o que pueda declarar inconstitucional lo que ya fue declarado constitucional. Este es un tema delicado que muestra un desconocimiento del tema o bien la intención de engañar a quienes no conocen de la materia legal.  Sería muy extenso exponer por qué la Corte sí puede, como tribunal constitucional, revisar si esta pretendida reforma (o cualquier otra reforma constitucional) se apega a los criterios constitucionales que ha conocido y sustentado desde hace muchos años, apegados al derecho, a la justicia y a los derechos humanos.

Y lo mismo sucede en otras áreas como la reforma electoral que ha presentado, la expresión de que el aeropuerto Felipe Ángeles es “de los más bellos del mundo”, y una que se multiplicará paulatinamente con preocupante resultado “la economía está bien y no hay riesgo en las finanzas públicas”.

Según la última medición del Latino barómetro en México la confianza en el gobierno ha disminuido año con año. En 2023, quienes responden que confían algo son 32.5%, poco 29.1%, nada 21.8% y quienes confían mucho 15.9%. En otras palabras, cada vez más los ciudadanos perdemos la confianza en los gobernantes. Y esto es preocupante porque una sociedad que tiene confianza en su gobierno, es decir que lo apoya, hace, a la vez, más eficientes las instituciones. Esa confianza se manifiesta en una valoración positiva respecto a la credibilidad, justicia, competencia y transparencia en las instituciones políticas. Cuando no hay confianza el gobierno enfrenta serios problemas respecto a la efectividad de sus acciones, así como la disposición de los ciudadanos a obedecerlas.

La credibilidad fortalece la democracia, de ahí la importancia de que los líderes políticos sean creíbles tanto en la narrativa de sus políticas como en la explicación de los problemas que aquejan a la población. Esa información fluye por los discursos que emiten regularmente. Para Mónica García Sempere, periodista y consultora en comunicación, cuando se tiene credibilidad se genera confianza y la primera se da cuando se tiene: a) integridad, porque se es fiel a principios y valores; b) honestidad, porque se proporciona información de calidad contrastada, con logros reales, con datos y evidencia demostrable; c) coherencia, porque los dichos están alineados con el pensamiento, los sentimientos y las acciones; d) respeto a los adversarios independientemente de las circunstancias que se vivan; e) comunicación asertiva, que se da cuando se respetan los derechos de los demás y la confrontación política, como arte de dominar la oratoria y la argumentación, se presenta sin herir al diferente y f) ejemplo, porque se inspira a otras personas con cualidades admirables.

¿Y si revisamos la actuación de la presidenta con estos criterios? Se ha dicho, desde que ganó la elección, que Claudia tiene una gran oportunidad de construir su propia imagen. Hay quienes le dan, en principio el beneficio de la duda, pero sus acciones y palabras muestran mayor interés en parecerse a su antecesor, en lugar de dar confianza no sólo a quienes votaron por ella, sino a todos quienes vivimos en este país, como ella lo dijo, debe gobernar para todas y todos y, por lo tanto, crear confianza en todas y todos. 

En la obra El Príncipe, Maquiavelo aconseja que el príncipe (el gobernante) debe darse a respetar, porque su persona infunde miedo a sus gobernados o porque practica una política basada en actos magnánimos que, en su momento, se traducen en hechos de beneficio económico, político y social, también puede presentarse la combinación de ambas conductas. Cualquier parecido con nuestra realidad es mera coincidencia.

Ante la baja de la confianza ciudadana debido a acciones lamentables de partidos sobornables, instituciones corruptas, predominio de nepotismo y la inseguridad que sufren algunos líderes políticos que ostentan cargos públicos, bien haría Claudia en suscitar confianza entre los ciudadanos. Y no sólo ella. El reto es enorme y deben empezar por generar credibilidad. Acabamos de revisar directrices simples para alcanzarla, es cosa de que los gobernantes se decidan a actuar. Estoy seguro que los ciudadanos lo veríamos muy bien.

*El autor es Maestro en Administración Pública y Política Pública por ITESM y Máster en Comunicación y Marketing Político por la UNIR.

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Juan Carlos Núñez

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