A escasos días de empezada la campaña electoral a nivel federal, sería muy adelantado emitir un veredicto en el sentido de que no levanta; sin embargo, al interior de los partidos políticos el común denominador es que carecen de poder de convocatoria.
Las traiciones, la imposición de cuadros sin legitimidad partidaria y el desdén social, ocasionaron la caída de simpatizantes.
La situación no es exclusiva de un color; todos atraviesan por la crisis que genera la falta de nuevos adeptos. El fenómeno le pega más a los independientes, por novatos, pero ni los Goliat de la política se salvan.
Ejemplo de ello, lo ocurrido el pasado fin de semana en el multifacético municipio de Ecatepec de Morelos; la cuota de asistentes a los eventos de arranque de campaña de los candidatos priistas a los 5 distritos federales, se limitó a los servidores públicos del ayuntamiento que, literal, fueron obligados a hacer acto de presencia.
Si no pregúntenle tanto a Carlos Rangel Aquino, como a Brenda Alvarado, abanderados del PRI a legisladores federales; ambos tuvieron un triste arranque de campaña, al no lograr la convocatoria deseada.
Si al desánimo social se le suman las traiciones al interior de los partidos, la cosa empeora. Ahí mismo, en Ecatepec, Juan Medina Hernández abandonó sus años de militancia en el tricolor, gracias a la cual tejió redes de poder y hoy se ostenta como regidor; al no lograr amarrarse a una fórmula para el siguiente trienio, se fue al Frente PAN-PRD-MC, donde le ofrecieron ser candidato a diputado federal por el décimo distrito.
Tal fue el rechazo de sus seguidores, que pese a su origen como comerciante y haber logrado la cohesión de ese sector, ahora su gremio rechaza acompañarlo en campaña.
En ese escenario, la disputa ahora no reside en captar nuevas simpatías sino en hurtar las del oponente, y ahí están enfocando sus estrategias, todos: morenos, priistas, frentistas, todos, en conquistar liderazgos y desplumar la columna vertebral de la oposición.
No es raro entonces toparse con un Juan Rodolfo Sánchez Gómez comiendo con algún otrora líder priista en la capital mexiquense, que ahora negocia por posiciones con el candidato opositor el profe Zamora.
Lo mismo ocurre en Metepec, donde viejos operadores del tricolor le están haciendo la talacha a Morena.
Y esto va empezando.