Ya está tan normalizada la violencia en todos los sentidos que estamos perdiendo la capacidad de asombro y eso es muy preocupante, porque la sociedad dejará de actuar, de exigir y los esfuerzos de los gobiernos serán nulos, y hoy más que nunca necesitamos trabajo conjunto, acciones ante los feminicidios, los homicidios, las desapariciones forzadas, la violencia en todo tipo de manifestaciones.
Es imperativo hacer algo, nos está ganando la violencia, y nuestras niñas, niños, adolescentes, mujeres, adultos mayores, nuestros hombres merecen vivir, merecen acciones, y merecen una vida sin violencia.
Ya basta de discursos rimbombantes en las fechas emblemáticas como la de ayer; “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer”, mucho se dice, se habla que las cifras, que la justicia, todos de naranja para la fotografía, pero; ¿las acciones?, las acciones que cambien esta realidad, no hay, incluso son los primeros en violentar a las mujeres.
Urgen acciones, urgen trabajos interinstitucionales donde todos trabajen por un objetivo desde la violencia en casa, en los hospitales, en las calles, en las escuelas, con los tres órdenes de Gobierno, urge regresar las clases de civismo a todo el sector educativo a nuestras niñas y niños, deben saber lo que hace una buena sociedad, sana, empática.
Esas acciones que parecen obvias, pero que no se hacen, como no tomar lo que no es tuyo, ceder el asiento a adultos mayores, personas con discapacidad y mujeres embarazadas en el transporte público de pasajeros, ayudar a una persona vulnerable a cruzar la calle, a respetar la vida animal en lugar de pasar por encima de un perrito a propósito. Respetar a nuestros padres, personas mayores, nuestros símbolos patrios, la figura de las autoridades.
Una campaña de valores, que cada partido político lleve a cabo, así como nos bombardean de sus ideales, principios y que son la mejor opción, que hagan lo mismo para llegar a la conciencia de la población para ser mejores ciudadanos.
Los medios de comunicación también unidos para contar las historias buenas de la gente buena, de la gente que logra y construye de manera legal un patrimonio, esas historias de éxito, que inspiran y tocan vidas, con finales diferentes a las historias de narcos que todas, cualquiera que sea termina en muerte y tragedia.
Que todos los funcionarios públicos generadores de violencia sean cesados hasta no contar con un certificado de reeducación, los generadores de violencia muchas veces repiten patrones aprendidos y requieren terapia, contención de emociones y trabajo. Lo malo que en la actualidad no hay propuestas o acciones para erradicar la violencia en todas sus manifestaciones, y así como nos asombramos con casos como el del edil decapitado, el niño sicario que le quitó la vida a un político o el esposo que mandó matar a la madre de sus hijos, las historias continuarán…
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