Durante el 2025, cualquier manifestación que se diga oposición, no logrará ir más allá de la idea de socialdemocracia, una expresión política que no logra ver más allá del sistema de partidos y que es en general, una especie de visión sobre la oposición bastante deslactosada, que considera que la ruta reformista legislativa, es la única viable para alcanzar los cambios que la sociedad actual requiere, por lo que sus objetivos son fundamentalmente alcanzar el poder, establecer políticas de economía mixta y de corte social, desde luego todo ello en el marco del sometimiento al marco normativo.
¿Quién quiere ir en contra de la ley?, evidentemente nadie; ninguna persona quiere estar en riesgo de enfrentarse a la policía, un juzgado y hasta la cárcel, pero lo cierto es que, bajo la distinción entre legalidad y justicia, en mucho de lo que dispone la ley, se trata de reglamentar o evitar en lo máximo posible, la posibilidad de que, en función de la idea de justicia, se critique el modelo económico imperante.
En el contexto del sistema de partidos la socialdemocracia no está mal, como dijimos, es una forma deslactosada de hacer política y ejercer el poder connatural del sistema de partidos, que trata de quedar bien con Dios y con el diablo; con el capital nacional e internacional y con la masa de gobernados que dependen del salario que reciben por su trabajo, armonización de intereses que es imposible alcanzar, más en un momento donde la hiper concentración de poder económico y político a nivel global, está aplastando los límites y soberanía con la que cada país debería contar, ello en función de los elementos generales de la teoría clásica sobre el estado: territorio, población y gobierno.
Resulta imposible no generalizar y decir que la visión reformista de la clase política de cualquier país le ha quedado mucho a deber a la masa de gobernados que dependen para subsistir, de su tiempo disponible y su fuerza de trabajo. Con una ignorancia autoimpuesta y sólo con la ilusión de tener un empleo con un sueldo de ensueño durante 3 o 6 años, han sucumbido a las imposiciones de la globalización o los intereses del grupo en el poder, sin cuestionarse si en efecto lo que están votando es benéfico o no para sus representados, la cosa es no vivir fuera del presupuesto y por tanto en el error, tal y como en su momento lo dijo César Garizurieta, alias “El Tlacuache”.
El triunfo de la lucha de la sociedad civil organizada y no organizada, no está en el sistema de partidos, de ahí que exista una basta teoría en torno a los movimientos sociales, en la que podemos encontrar la justificación, pero sobre todo necesidad, de que los gobernados sin aspirar a ejercer el poder, reclamen cambios en cualquier manifestación del ejercicio del poder público, ello buscando corregir los excesos y errores en la inequitativa distribución de la riqueza que se da en las economías de libre mercado.
Con las ideas que hemos invocado como reflexiones, debemos decir que la posibilidad de que nuevamente se detonen movimientos sociales importantes, está condenada a existir sólo en los libros de historia; la sociedad civil organizada se ha traicionado a sí misma, las cooperativas, el movimiento agrario y comunal, así como los sindicatos, no encuentran salida a sus necesidades, sobre todo a la de sus longevos dirigentes, más que en su cercanía -prácticamente- incondicional a la clase política, cuando menos en nuestro país eso está ocurriendo, una amenaza que aunque siempre ha sido latente, parece que hoy regresó para quedarse, como ocurría en los tiempos del PRI sesentero y setentero.
En el mundo laboral, se ha hecho un esfuerzo considerable para que en el mundo del trabajo se instauren las ideas de la socialdemocracia en el mundo laboral, un proceso con el que se inició fuertemente con la reforma a la Ley Federal del trabajo de 2012, pero que se coronó con la reforma de 2019, cambios empujados desde el T-MEC en su capítulo 23, en el que se condena a los sindicatos a 2 cuestiones: el control gubernamental con el pretexto del respeto a los principios de libertad sindical y auténtica representación, y por otro lado, el sometimiento a la idea de que son los partidos políticos el único medio para que no les sean recortados aún más los derechos que les heredó el estado social de derecho.
Deberíamos de poner las banderas rojas en el mundo laboral durante este año, hay que recordar que en 2026 se hará una revisión formal de los resultados del T-MEC, revisión en la que seguramente se empujará aún más la visión socialdemócrata en la regulación de las relaciones de trabajo, que implicará el inicio del proceso que reducirá el porcentaje de sindicalizados en el país e implementará la idea de que es innecesario seguir hablando de titularidades de Contratos Colectivos de Trabajo y con ello la existencia excesiva de sindicatos que dividirán aún más a la clase trabajadora.
ADDENDUM
1. La Nueva Mexicana de Aviación anunció durante este fin de semana, que el 44% de sus destinos se dejarán de operar este 2025. 8 de los 18 destinos operados por la aerolínea dejarán de volarse desde este 6 de enero, sin que se tenga una fecha para retomar los mismos. ¿Fracaso o un proceso de reingeniería con suspensión de operaciones parcial?
Complicado que, en menos de un año de haber iniciado operaciones, la empresa suspenda gran parte de la explotación de sus destinos totales, definitivamente no pinta nada bien el asunto. Esperemos que el nombre de la marca no haya quedado marcado como sinónimo de imposibilidad.
2. Sobre el incremento al salario mínimo, ya comenzaron a escucharse algunas voces en el sector empresarial, que están resaltando como el incremento falaz del 12% al referido, está llevando a que las negociaciones en el rubro salario que se desarrollarán este año entre sindicatos y empresas, se esté planteando por encima de esos 12 puntos porcentuales, algo que puede llevar a que se presenten conflictos laborales que incrementen el número de huelgas estalladas, por la falta de acuerdo para alcanzar estos porcentajes de incremento salarial. Veamos cómo se comporta el nuevo año en este rubro.
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Abogado Postulante y miembro de la Escuela para la Formación Política y Sindical A.C.
