¡#NiUnaMás! ¡#NiUnaMenos!
La doctora Indira salió el 9 de enero de su departamento para dirigirse al hospital Siglo XXI y acudir a la escuela, es decir, a su residencia como médica. En febrero terminaba su carrera.
Ese sueño ya no será posible porque fue hallada muerta. Según el vocero de la fiscalía de la CDMX, Antonio Nieto (publicó en sus redes), la estudiante, egresada de la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACh), supuestamente era bipolar y atentó contra ella misma (trascendió o lo filtraron, con una sobredosis de fentanilo). ¿Es en serio lo que dijo el funcionario? ¿Adelantarse de esa manera en un caso que es investigado como feminicidio es una irresponsabilidad? -Antonio Nieto fue reportero de nota policiaca, quizás allí perdió la sensibilidad, en lugar de encontrarla-. Lo que sí, es que no cabe duda que es urgente la capacitación en materia de género en las fiscalías.
Los colectivos feministas alzaron la voz desde la desaparición de Indira. “Viva la queremos”. Es el llamado a las autoridades cuando se lanza cualquier ficha de búsqueda y, como en miles de casos ha sucedido, no fue posible.
Muchas veces, cuando asesinan a una mujer, las autoridades buscan a toda costa ocultar que haya sido feminicidio, ya saben, por el tema de las estadísticas. Es lo que más les importa, -porque eso baja sus bonos y prebendas. - No quién era. No por qué la mataron. No qué hacía. No a dónde iba. ¡No! Para la autoridad sólo representa un número, una estadística negativa.
El hermano, el padre, los familiares, el novio, la novia, amigos, amigas, quienes la hayan amado y tenido la ilusión de verla en las estadísticas positivas, las que dictan que en México hay una o un médico por cada 20 mil habitantes y, por supuesto, la madre de Indira, sufren hoy terriblemente la pérdida. Su mamá no la veía porque llegó a terminar sus estudios a la insegura Ciudad de México. Sólo un mes le faltaba.
Ahora quienes la tenían en su corazón, serán las otras víctimas. Tendrán que vivir todo lo que viene. Su madre será la que levantará la voz con más fuerza, porque así pasa la mayoría de las veces, para que se haga justicia por la vida de su hija. La médica Indira Gallegos Zepeda.
Seguramente atrás de ella estará la familia. También sus amigas, sus compañeras y compañeros médicos, para apoyarle, ¿cuánto? No lo suficiente para mitigar el gran dolor que debe estar pasando. No lo suficiente para responder por qué a su hija. No lo suficiente.
Lo más grave, es que después de la tragedia de Indira vendrá otra más, ante la ineptitud de las autoridades de parar la violencia de género. No debemos olvidar que ahí está Indira, que está Fátima, que está Claudia, Teresa y todas aquellas que les han arrancado la vida o han desaparecido.
En Toluca, este fin de semana fue encontrada muerta una joven de aproximadamente 20 años, entre las milpas, con huellas de violencia. Lo único que se sabe de ella es que era una hija, una nieta, una hermana, una amiga, una compañera, una estudiante, una vecina y también una persona que amaban. Tal vez una madre joven, quizá una compañera de trabajo. ¿Cómo se llamaba? Tal vez Roxana, Ivette, Laura.
¿Cuántas historias más debemos de contar cada día? ¿Cuántos nombres más tenemos que imaginar? ¿A cuántas madres, padres, familias amigos, amigas, veremos sufrir? ¿Cuántas gargantas seguirán gritando, clamando por justicia?
Por lo pronto, esta pluma, esta, mi pluma, seguirá también escribiendo y pidiendo justicia a las autoridades. Mi voz seguirá exigiendo autoridades preparadas ¡capacitadas! ¡Autoridades que no estén por amiguismos o apellido! ¡Pidiendo un cambio! Se debe hacer justicia por cada una.
Bertha Alcalde Luján, que hoy encabeza la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, tiene la enorme oportunidad de demostrar que pesa más su interés, sensibilidad y capacidad que el apellido o la recomendación para qué dirigir la institución.
¡Ni una más! ¡Ni una menos!