México es el eslabón que une a América del Norte con América del Sur, con propósitos diferentes cada región, cuando debiéramos ser una sola unidad en lo fundamental con propósitos comunes en el Continente que habitamos.
La tragedia que viven los habitantes de la Ciudad de Los Ángeles tendría que unirnos a todos los pueblos de América, especialmente México, cuya frontera con los Estados Unidos es de 3 mil 152 kilómetros, la segunda residencia más importante de nuestros connacionales. Sí, así es, y sólo por eso tendríamos que volcarnos a ayudar en algunos de los infernales espacios que están sufriendo estos mexicanos más que nunca.
Los desafíos de Los Ángeles son, primero salvar a su gente, antes que nada y su patrimonio después, no sólo para estar listos para la Copa Mundial de Fútbol de 2026 junto con México y Canadá que “hacen equipo anfitrión”, el grupo requiere estar listo con un plan maestro al que México puede aportar mucho y seguramente Canadá también. Si en algo es experto nuestro país es en la atención de tragedias: de huracanes, terremotos, ciclones, incendios, solidaridad, búsqueda de personas, devastación y reconstrucción.
Los incendios de Los Ángeles son la tragedia más grande que se recuerde en el Condado, y también la oportunidad de rediseñarlo.
Los Ángeles es un condado muy poblado, con grandes recursos económicos y de famosos artistas y productores entre los que muchos mexicanos mantenían todo en píe: jardineros, servicios y el comercio.
Asentamientos legendarios del cine, como mansiones, museos: Hollywood y excelentes museos, entre otros complejos que lo hacían de los condados más ricos que se perdieron.
Ícono del cine en el que se hicieron famosos varios mexicanos y millonarios, no pocos productores, donde se inició Disneylandia que ilusionó a los que fuimos niños entonces.
Para acabar pronto, legiones de migrantes siguen soñando y caminando hacia la tierra prometida que soñaron, la que ya no existe, hoy incendiada en buena parte, sin agua y con Donald Trump al frente de los EUA, echándole la culpa a anteriores gobernantes como acostumbra y no resuelve.
El mundo cambió, los escenógrafos, productores y guionistas de la casa de los sueños tendrán que crear un mundo nuevo y un gran museo. Trabajar con mexicanos que conocen los caminos secretos de los sets, dónde estaba la casa de cada quien, cómo volver a enjardinar las avenidas y lo que quede de las casas recuperarlas. Contar con un trozo de la tierra prometida en la que van en busca los migrantes.
