Mientras degusta de un plato de Yakimeshi con camarón en ese restaurante Kloshee de Metepec, el periodista recuerda que hace algunos meses, Netflix presentó el documental
“Cómo se convirtieron en tiranos”, en el que, en tono sarcástico, se narran algunas anécdotas sobre la vida de algunos de los dictadores, para entender cómo llegaron al poder y, aún más importante, cómo consiguieron mantenerse en él. Hasta cierto miedo se llega a sentir cuando descubres la macabra forma de actuar de esos ególatras y crueles tiranos para atormentar e imponer su brutal alianza con sus ejércitos y policías y lastimar a quienes se opusieran a sus gobiernos aterradores.
Una de esas historias es de Sadam Husein. El dictador iraquí murió con el Corán entre las manos aquel 30 de diciembre de 2006, cuando fue ejecutado y tenía un Kaláshnikov de oro (un rifle tipo AK-47). Pero una de las anécdotas más sangrientas y terroríficas del iraquí ocurrió en 1996, año en que los yernos de Sadam, (los hermanos Husein y Sadam Kamel, casados con sus hijas Raghda y Rana), huyeron a Jordania con sus respectivas mujeres e hijos, al saber que el dictador los quería muertos. El propio Sadam los contactó telefónicamente ofreciéndoles el perdón y convenciéndoles de que regresaran a Bagdad. Y fue tan convincente que accedieron pero, al llegar a la frontera fueron detenidos y obligados a firmar el divorcio con las hijas de Sadam. Posteriormente los llevaron a la casa de Husein Kamel, que tres días después sería bombardeada por órdenes de Husein. Toda la familia, incluidos ambos hermanos, su padre, una hermana y el hijo de ésta murieron en el ataque. La madre, única superviviente, fue descuartizada días después.
De fondo, en ese agradable restaurante estilo oriental, se escucha: you may say I'm a dreamer (puedes decir que soy un soñador), but I'm not the only one (pero no soy el único), I hope someday you'll join us (espero que algún día te unas a nosotros) and the world will be as one (Y el mundo será como uno)… Es muy difícil sostener el discurso de la paz. Es fácil hablar de ella pero el poder maligno, el que lastima a la gente es el elixir de la perversidad que está alojada en la mente de los criminales. Y no sólo Sadam, también aquí cerca tenemos ejemplos: Rafael Videlas, de Argentina; Fulgencio Batista y Fidel Castro en Cuba; Augusto Pinochet, en Chile; François Duvalier, en Haití; los Somoza en Nicaragua; o más recientemente Hugo Chávez, en Venezuela. Y de su sucesor es quien hoy la historia lo observa.
Nicolás Maduro, el estúpido dictador
“Esta casa presidencial no caerá nunca en manos de títeres del imperialismo”, dijo Nicolás Maduro al ver que las preferencias electorales no le favorecían. Pero el ejército está de su lado, así que quemó u ocultó las boletas electorales y se proclamó vencedor por encima de Edmundo González y María Corina Machado, en quienes descansaba el anhelo de un pueblo por alcanzar la paz y la democracia. Ellos ganaron pero Nicolás (que ya hasta había adelantado la Navidad en Venezuela) no reconoce su derrota y ordenó la detención y encarcelamiento de ambos, no sin antes pedirles que regresen a Caracas para dialogar. Sólo que Edmundo y María Corina no son los hermanos Husein y Sadam Kamel, no le creen y saben que este tipo, remedo del Chavismo los asesinará.
Con 11 años en el gobierno, y seis más en la mira, Maduro sigue siendo también el dictador más buscado y por quien se ofrecen 25 millones de dólares de recompensa… Ojalá caiga… Mi X @raulmandujano
