En el Comité Ejecutivo Nacional del PRI lanzaron la convocatoria para la elección de la presidencia y secretaria general del CDE en el Estado de México.
De acuerdo con la convocatoria la Jornada de registro de las fórmulas de aspirantes será el 24 de enero y la expedición de dictámenes será el 25 de enero. Si hay más de dos fórmulas, que se ve complicado, habría un periodo de proselitismo interno del 26 de enero al 13 de febrero. Entonces el dia de la elección sería el 16 de febrero, mismo día en que sería el cómputo estatal, declaración de validez de la elección y entrega de la constancia de mayoría y en su caso toma de protesta. Si es fórmula única, que se prevé así sea, se hará entrega de constancia.
A raíz de que se emitió, de inmediato comenzaron los encuentros entre priistas en desacuerdo con el proceso. Saben que la senadora Cristina Ruiz Sandoval buscará la dirigencia de manera formal y tiene el apoyo requerido. Y es casi un hecho que ella seguirá. Cristina Ruiz apenas estuvo un par de meses antes de que acabara el periodo Ana Lilia Herrera Anzaldo, quien renunció por cuestiones personales.
Dicen que los “molestos” buscan una “desbandada” para formar un nuevo partido político. Uno que sea resultado de la suma de “todos sus seguidores”, y los de Alejandra del Moral. Buscan una salida en masa y de los simpatizantes de todos esos “molestos líderes” que señalan a Alejandro Moreno como el causante de todos los males que aquejan al Partido Revolucionario Institucional. Que consideran que los han dejado fuera de toda oportunidad.
El miércoles, en el restaurante Íntimo, de la carretera México-Toluca, donde la especialidad es el cabrito, se reunieron los priistas inconformes con el proceso de renovación. Esos que hoy hoy levantan la voz “decepcionados” del actuar de su dirigencia. Esos que no se fueron cuando Enrique Peña Nieto perdió todo. Esos que no levantaron la voz cuando sus gobernadores fueron acusados de corrupción. Esos que no alzaron la voz cuando Javier Duarte de Ochoa puso agua en lugar de medicamento a niños con cáncer. Esos que fueron los que aprobaron los métodos para establecer las reglas internas del partido porque les convenía. Esos que fueron dirigentes partidistas, alcaldes, diputados, senadores, funcionarios.
En este encuentro estaban, entre otros y otras, Marco Antonio Durán, quien por cierto, todavía parece que trabaja en el CDE. Ismael Ordóñez Mancilla, ex secretario de Desarrollo Agropecuario. Alejandro Ozuna Rivero, ex secretario general de Gobierno, ex alcalde de Toluca y ex coordinador de la campaña de Alejandra del Moral. Ricardo Aguilar Castillo, ex líder estatal del PRI, ex secretario del Trabajo, ex diputado federal y estatal, ex alcalde, Antonio Malagón, Rogelio Muñoz.
David Parra Sánchez, ex líder del Suteym, ex diputado local, María Elena Eréndira Solorio, María Guadalupe Salazar Hernández, José Luis Mayén, Enrique Jacob Rocha, ex secretario de Desarrollo Económico y de Desarrollo Urbano, ex alcalde, ex diputado federal y local, Eduardo Bernal, quien incluso ya fue dirigente del PES en Baja California, Mario Vázquez, ex diputado federal. Andrés Fernández y el ex secretario del Agua, Manuel Ortiz y el de Desarrollo Urbano, Alejandro Nieto.
Todos ellos, ellas y muchos más, han manifestado su descontento con los procedimientos que hoy aplica Alejandro Moreno desde el Comité Ejecutivo Nacional. Cada uno y una debiera hacer un análisis interno de qué es lo que han hecho por su partido para poder levantar la voz. Cuando tuvieron el poder lo aplicaron como creyeron que era lo mejor y quizá no lo fue y por eso el PRI ha llegado hasta donde se encuentra.
Cada personaje en la política tiene el derecho de tomar la decisión que mejor le parezca para su carrera. Puede irse a militar al partido que quiera. Lo que es cuestionable, es que señalen como culpables de una debacle a quienes ellos saben que no lo son.
Pueden ser más honestos y decir que van a buscar otras oportunidades, porque, en efecto, ya no las tendrán en el PRI, porque ahora les han abierto las puertas a otras opciones y no tendrán tanta facilidad, como lo es, por ejemplo, de una diputación plurinominal. O un cargo muy bien pagado en su partido, o de sus familiares o amigos, casi en calidad sin trabajar. Y no están en tiempos de opulencia. Ya no están en esos tiempos.
No deben usar como justificación o argumento que Alejandro Moreno lo está haciendo mal. Deben irse ya y agradecer al tricolor todo lo que les dio y que seguramente ya no les dará. Que dejen que los que se quedan en el Revolucionario Institucional intenten lo que para muchos se antoja imposible y es una posible recuperación.
Quizá quieren que no se les vea como traidores o malagradecidos. Los verán así los priistas que se quedan, pero a nadie más le importará. Que vean a los que ya se han ido. Cada una y uno tiene sus propias razones y motivos. La política es así y estamos en un sistema de partidos donde muchos de los rostros son los mismos de hace 30 años, sólo que con diferentes colores.