Mientras degusta de un expresso en esa cafetería del centro que tanto le agrada, al periodista lo distrae una persona que toca la ventana del lugar. Es un hombre mayor, quizá de unos 65 años, de color, que le hace señas con la mano pidiendo comida. Se llama Pedro. Es un venezolano migrante. Un “ilegal” en un mundo de fronteras que desea llegar a Estados Unidos para trabajar y darle una mejor vida a su familia. Ellos están en un refugio de acogida, “Casa Tochán”, en la Álvaro Obregón. Son sus nietas de 12 y 11 años, y su esposa Isbelia de 60. Vienen de Zulia, Maracaibo y ojalá logren sus sueños pero, es un hombre enfermo. Sus esperanzas de éxito son pocas y la adversidad presagia mayores sufrimientos en su vida.
A Venezuela no puede regresar. Nicolás Maduro, el mediocre dictador los persigue con el ejército y la policía, a todos a quienes llama ‘traidores opositores’; en México sólo puede ‘limosnear’ y le atemoriza que grupos criminales le arrebaten a sus pequeñas para prostituirlas, y después está Trump, que cumplió su amenaza y cerró la frontera con México y canceló la aplicación CBP One para pedir asilo. Así truncó la esperanza de millones de migrantes que esperaban cruzar, además inició un despliegue militar por todos los cruces fronterizos. No habrá posibilidades. Menos para ancianos enfermos que buscan atención médica en hospitales gringos.
El amanuense entiende las necesidades de los migrantes extranjeros y mexicanos. La pobreza, la violencia criminal, las crisis de salud, la impunidad de gobiernos corruptos… Por eso quieren llegar a Estados Unidos, la nación más racista del mundo pero, también Trump tiene razón. Desafortunadamente, entre esos millones de migrantes, viajan delincuentes, violadores, asesinos, prófugos de la justicia. Se esconden entre esas largas caravanas. El asilo que se da a los migrantes favoreció a que diecinueve terroristas secuestraran cuatro aviones comerciales el 11 de septiembre de 2001 y estrellaron dos de ellos contra las torres gemelas del World Center. El terrorismo amenaza a E.U. y este presidente ya declaró la guerra a 12 carteles mexicanos, entre ellos el Jalisco Nueva Generación (CJNG), artífice del panorama del narcotráfico mexicano, caracterizado por su violencia extrema; Igualmente a otros cárteles: de Sinaloa, Guerreros Unidos, La Línea, del Golfo, del Noreste, de Tijuana, la Nueva Familia Michoacana, Santa Rosa de Lima, de Tepito, Gente Nueva del Tigre y los propios Zetas.
Si México no puede…
La designación no es sólo una ocurrencia como las que vivíamos en México desde el 2018, no. Declararlos terroristas les daría la autoridad de entrar a México para enfrentarlos. Se trata de una ‘Ley de Enemigos Extranjeros’, de 1798, creada para eliminar la presencia de pandillas y grupos criminales en Estados Unidos. Así, el Departamento de Justicia tendrá que aplicar las leyes federales en contra de estos grupos criminales.
Y una presión mayor será la imposición de aranceles del 25 por ciento a productos mexicanos. La coerción será grande. Una guerra muy distinta a la de los chistes con la que quiso responder la presidenta de México a las ocurrencias de Trump.
Quizá México no debería preocuparse por E.U. Hay países que no se inquietan con el neoliberalismo, por ejemplo: Venezuela, Cuba, Nicaragua, Irán o Bután… A las dictaduras eso no les espanta.
Mientras se retira de su histórica cafetería, se escucha de fondo: Correr es mi destino, por no llevar papel. Perdido en el corazón de la grande Babylon, me dicen "el clandestino", yo soy el quiebra ley. Mano negra (clandestina), Argelino (clandestino), Mexicano (clandestino), Marihuana (ilegal)…Mi X @raulmandujano
