Hoy 31 de enero los mexiquenses conmemoramos el 131 aniversario del natalicio del Doctor Gustavo Baz Prada, un hombre quizás no tan mencionado en los libros de historia patria, pero cuya figura fue fundamental en la construcción de la moderna entidad mexiquense. Nacido en 1894 en Tlalnepantla Estado de México, municipio que actualmente lleva su nombre como homenaje, el Dr. Gustavo Baz ha pasado desapercibido por millones de mexiquenses como simple nombre de calles, escuelas, auditorios y avenidas. Sin embargo, el Dr. Gustavo Baz fue un destacado revolucionario que además ostenta el mérito de ser el gobernador más joven del Estado de México.
Gustavo Baz fue el cuarto hijo del matrimonio conformado por Eduardo Baz y doña Sara Prada. De clase media acomodada, la familia Baz se estableció en el entonces tranquilo pueblo de Tlalnepantla, lejos del bullicio de la Ciudad de México. Don Eduardo Baz, quien pretendía darles la mejor formación a sus hijos, vio necesario radicar en la ciudad de México para lograr este objetivo, sueño que nunca vio realizarse puesto que don Eduardo murió en 1905 cuando Gustavo tenía tan sólo 11 años. Debido a este suceso, la familia partió a Zacatecas, entidad en donde doña Sara aprovecho al máximo su educación y gracias a esto se convirtió en profesora y directora de escuela primaria.
La familia Baz regresó al Estado de México en 1907, esto debido a que Emilio Baz, tío de Gustavo, fue nombrado director del Instituto Literario de Toluca, situación que favorecía la entrada de la familia Baz Prada a los estudios universitarios. Gustavo cursó sus estudios preparatorianos en dicho instituto, destacándose por ser un muchacho dedicado, estudioso y un poco tímido. Cuando concluyó sus estudios de preparatoria en 1912, en él germinó la idea de estudiar medicina, para ello se trasladó a la ciudad de México para ingresar a la Escuela de Medicina de la entonces Universidad Nacional.
En plena Revolución Mexicana, el joven Gustavo no fue ajeno a la política que impregnaba las aulas universitarias. El gobierno de Francisco I. Madero era atacado de manera inmisericorde por casi la totalidad de la prensa capitalina, y de todas partes había rumores de posibles cuartelazos y asonadas militares. Finalmente llegó el artero y cobarde asesinato de Madero y José María Pino Suárez, suceso que ofendió a la juventud capitalina, ese hecho detonó la militancia política del joven Baz, quien a los 19 años participaba en juntas revolucionarias para defender la legalidad y los ideales de la revolución.
Sin embargo, el tiránico gobierno huertista descubrió las juntas, encarcelando a muchos disidentes, por lo que el joven Gustavo tuvo que cortar sus estudios y trasladarse al sur, debido a que los ideales del zapatismo le habían cautivado, desde ese momento el joven Baz tuvo la bandera de la revolución como principal arma. Gustavo Baz se trasladó a la zona del Ajusco y usó sus conocimientos de medicina para atender y curar a los heridos de batalla.
Muy pronto se hizo de la estima de los altos líderes zapatistas como los generales Manuel Palafox y Francisco Pacheco. Fue precisamente el general Palafox quien le encomendó la tarea de trasladarse a Toluca para difundir los ideales del Plan de Ayala, ciudad que previamente había sido tomada por las fuerzas Zapatistas. Baz llegó un 14 de diciembre de 1914, tenía tan sólo 20 años y muy pronto se enteró que su misión iba más allá de un simple difusor. Gustavo Baz fue nombrado por la convención gobernador provisional del estado de México con tan sólo 20 años y aun siendo estudiante de la carrera de medicina.
Como gobernador, Gustavo Baz ratificó el Plan de Ayala e inició el fraccionamiento de grandes haciendas y un reparto agrario de acuerdo con las ideas zapatistas. Asimismo, dispuso las arcas estatales a fin de lograr una mejor producción agrícola para favorecer a los pequeños propietarios. Además, el joven gobernador se interesó por la educación del pueblo mexiquense, por lo que a lo largo de todo el año de 1915 reorganizó los recursos educativos y restructuró el Instituto Literario de Toluca, lugar que había sido su escuela preparatoria.
Sin embargo, a mediados de 1915 y en plena guerra civil, las fuerzas carrancistas se reorganizaban y fueron paulatinamente ocupando territorios a lo largo de toda la república. En octubre de 1915, fuerzas comandadas por el general Pablo González ocuparon la ciudad de Toluca, por lo que Gustavo Baz tuvo que dejar el cargo de gobernador y huir de la capital mexiquense. Posterior a su experiencia revolucionaria, Baz retomó sus estudios y se graduó en 1920 como médico cirujano, obteniendo mucha fama y experiencia en esa noble labor. Pasado el vendaval de la revolución, Gustavo Baz se integró como funcionario público del entonces Partido Nacional Revolucionario.
En 1957, Gustavo Baz nuevamente llegó a la gubernatura, esta vez electo democráticamente por millones de mexiquenses. Además del gobierno mexiquense, Gustavo Baz también fue Secretario de Salubridad y Asistencia, rector de la UNAM, senador y presidente de la Academia Nacional de Medicina. Sin embargo, más allá de los cargos que ostentó y la particularidad de su primer período como gobernador, es innegable que Gustavo Baz representó los ideales de la revolución en nuestra entidad. Médico, funcionario, académico, investigador, gobernador, son solo algunas facetas de un personaje clave en nuestra historia reciente.
Por Juan Manuel Pedraza, historiador por la UNAM.