La abuelita vengadora. Parece mentira cómo la población ávida de justicia convierte a actores de algún crimen cometido desde el lado de la supuesta “ley por propia mano” en su héroe por un día, o por varios.
Este es el caso de la “abuelita vengadora”, “abuelita justiciera” o “abuelita hot”. Incluso le compusieron un corrido, “El Corrido de Carlota”, en donde la colocan como la víctima que se envalentonó para defender lo suyo.
La historia que nos vendieron es que la septuagenaria llegó hasta una casa en Chalco, la cual era de su propiedad y había sido invadida por una familia. Enfundada en su vestido rosa, con una bufanda negra al cuello y una pistola en la mano —y otra pistola en la de su hijo—, la señora disparó contra el jefe de la familia que supuestamente invadió su propiedad.
Pero también disparó contra un adolescente, al parecer hijo del fallecido, que trataba de reanimar al caído. Él también perdió la vida.
La señora, mal encarada, huyó del lugar junto con sus hijos, pero gracias a que el auto en el que escaparon fue identificado por cámaras de vigilancia, Carlota y sus hijos fueron detenidos al día siguiente en su casa de Chimalhuacán.
Fue aquí donde se hizo famosa. Hasta una caricatura le hicieron, que fue utilizada en cientos de memes. Las críticas en redes sociales le favorecieron; era la víctima que, en representación de muchas víctimas de injusticia, hizo justicia por su propia mano.
Pero la ancianita ya lleva dos días en tendencia. Incluso ha provocado que las autoridades que la detuvieron —que fueron las policías municipales de Chimalhuacán y Chicoloapan, así como la Secretaría de Seguridad mexiquense y la Fiscalía estatal— sean ahora “los malos”.
Los acusan de encerrar a una mujer que peleó por su patrimonio, que tuvo que llegar a esta acción porque las autoridades fueron incapaces de sacar a los paracaidistas de su propiedad.
Cabe señalar que los vecinos de los hombres asesinados aseguran que eran personas buenas y trabajadoras, y que estaban en la casa porque “alguien” se las rentó.
Y hablando de la “justicia por propia mano”, esta semana ocurrió otro caso aterrador, aunque sucedió en Tlaxcala, donde un ser nefasto, sucio y feo raptó a una pequeñita de 12 años que iba a la secundaria con su hermana.
El pueblo organizado, y seguramente la geografía del lugar, permitieron que lo atraparan a bordo de su motocicleta amarilla y que recuperaran a la adolescente. Aunque lamentablemente no salió ilesa; fue víctima de violación.
El pueblo enardecido golpeó al tipo y le prendió fuego. Cuando llegó la policía, ya había perdido la vida. Me limitaré a narrar y, para no incitar más violencia, no daré mi punto de vista.
De lo que sí hablaré es de que estos “héroes” sociales salen del coraje guardado que la sociedad tiene en contra de los delincuentes y de la nula confianza que hay en las autoridades encargadas de brindar “seguridad”, hoy en día un tema tabú.
Urge devolver la confianza en las autoridades. Urge terminar con la impunidad de los delincuentes que entran y salen de las cárceles y vuelven a delinquir, incluso con brazaletes puestos, sin temor, sin respeto por la vida ni la integridad de personas que sí trabajan.
Si no quieren más casos de “héroes por un día” aquí y allá, es necesario que las policías actúen en contra de los verdaderamente malos.
Nos leemos la próxima semana.
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