¿Democracia o resignación?

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Publicado en Opinión

¿Democracia o resignación?

Viernes, 06 Junio 2025 00:00 Escrito por 
Ganando Espacios Ganando Espacios Noemí Muñoz

Las elecciones del Poder Judicial estaban destinadas al fracaso. Todos lo sabíamos.
La razón: la imposición, la urgencia, pero sobre todo, la improvisación. Las papeletas de colores, con candidatos que nadie conocía, fueron un costoso error.

Estas elecciones fueron una demostración de fuerza y una forzada afirmación de que "el pueblo decide".
Lo vimos en la televisión: una panadería con una fila enorme, mientras las casillas permanecían vacías.

Solo el 10 % votó. ¿Por qué? Por desinterés, falta de credibilidad y desconocimiento.
Como señala Ricardo Anaya, nueve de cada diez mexicanos optaron por no votar simplemente porque no saben quiénes son los contendientes. Si en las campañas tradicionales —con presencia en televisión, radio y espectaculares— hay abstencionismo, imaginemos qué ocurre con candidaturas que solo circulan en Facebook o entre unos cuantos allegados y trabajadores.

Lo preocupante es el cinismo: todos sabemos que esta elección era necesaria solo para avalar lo ya impuesto por el sistema. No importa si el voto fue mínimo, lo fundamental era tener un ganador... su ganador.

Eso quedó evidenciado en las boletas previamente marcadas, los "acordeones" con nombres de los candidatos por los que se debía votar. Si alguien se tomó la molestia de mandar boletas marcadas y listas, es porque no importa el medio, importa el fin.

El objetivo es claro. Lo que se busca es un Poder Judicial a modo, capaz de avalar proyectos con impacto ambiental catastrófico, de tomar decisiones que favorezcan siempre a los mismos. Para eso están los magistrados colocados estratégicamente.

¿Quién podrá detenerlos ahora, si los seleccionados son afines a Morena, todos cercanos a Andrés Manuel, no a Claudia? Incondicionales que han trabajado con él de forma reiterada.

¿Realmente habló el pueblo?

Morena ejecutó. Por 586 pesos, que costó cada voto, el Poder Judicial está en manos de quienes lo diseñaron a conveniencia.

Todo esto me hace pensar que la intención era precisamente esa: que la elección fuera confusa y caótica. Porque si hubiera habido transparencia, los resultados habrían sido distintos. Pero, como siempre, los números favorecieron al mismo partido.

La reforma judicial ha llegado a terrenos oscuros. Se dijo que acabaría con los cotos de poder y la falta de justicia. ¿Cómo lo lograron? Con trampa y dándole el tiro de gracia a la democracia.

Y quizá lo más terrible no es eso, sino que una sociedad como la nuestra permanezca impasible. Porque, aunque intuimos el alcance de lo que esto significa, ¿qué hacemos?

Básicamente, ignoramos lo que ocurre, en una forma muy mexicana de esquivar la responsabilidad ante algo que, en el fondo, sabíamos que ya estaba decidido. No es democracia: es resignación.

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Noemí Muñoz

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