Por todos lados podemos ser testigos de una gran cantidad de encuestas tanto de empresas que se dedican a ello, como de importantes medios de comunicación, sin dejar de lado las que los propios partidos políticos hacen, o las de los candidatos independientes, todo ello, con el fin de conocer el sentir del ciudadano, que es el objetivo al cual se vuelca la búsqueda de su convencimiento, para inclinar, mediante su sufragio, la preferencia de las opciones con las que contará en una boleta oficial, en la que aparecerán las diferentes coaliciones, partidos o candidatos, para determinar con su decisión, quién habrá de ocupar el cargo en disputa, aunque existe una nueva figura ya reconocida, que no por el hecho de que lo sea, cuenta con las mismas condiciones que todos los demás, los candidatos independientes.
Las condiciones han ido cambiando, en un pasado reciente a estas alturas las calles de las ciudades se encontraban completamente llenas de propaganda política, tapizada con la imagen de los partidos y candidatos, con todo tipo de material, papel, plástico, etcétera, afortunadamente, en el presente no nos vemos los ciudadanos con esa gran cantidad de basura, pues ésta se trasladó a las redes sociales y a los diferentes medios de comunicación, resaltan entre ellos, las mencionadas redes sociales, en las que, parece ser que no hay norma que controle la forma en la que se da su uso.
Las redes sociales garantizan un posicionamiento impensable en el pasado, eso lo sabe la clase política, tan es así, que existe una gran cantidad de gente, que por encargo o por decisión propia, trabajan con un computador para elaborar propaganda, ya sea a favor de algún candidato, así como en contra de otro o de otros. La idea es saber utilizar a su favor, este importante medio.
Las condiciones en las que se da la comunicación por las redes sociales es más suelta y dificulta su control, surgen noticias negativas o falsas, también llamadas “fake news”, que se difunden en minutos por millones de usuarios cuando se vuelve de pronto viral, los diferentes medios de comunicación serios han alertado sobre esta práctica e intentan hacer todo lo posible para poner en conocimiento de la población sobre ésta situación y proporcionar información verídica.
No obstante, esto es muy complicado, porque los mismos medios, de reconocido prestigio han caído en la trampa, por lo que han tenido que salir a rectificar para no contribuir a la confusión, obviamente esto no le gusta a ninguno de ellos, sus lectores confían en la información que les proporcionan, y no es bueno ponerla en duda.
Bien, pues los políticos saben perfectamente el alcance que ahora representa el uso de las redes sociales, tanto para mejorar su imagen, como tanto para atacar a algún contrincante, con la llamada “guerra sucia”, lo complicado para todos los demás, es saber si la decisión de elaborar una noticia falsa o aún no comprobada fue ordenada por alguno de ellos, simplemente el ejército de personas encargadas de hacerla, esconden su identidad, lo malo es que cuando se descubre la verdad, el misil disparado en contra del oponente ya causó los estragos del daño que se buscaba, el resultado beneficia a uno y perjudica a otro, y cuando el aludido logra mostrar algo diferente a lo ya difundido, regularmente ya es muy tarde, nada desgasta más que el hecho de defenderse de una mentira.
Bajo todas estas condiciones, las empresas dedicadas a medir la aceptación de los que participan en la campaña política, ponen en práctica sus conocimientos para poder dar un pronóstico lo más cercano a una realidad actual, porque las condiciones pueden cambiar de momento, eso lo saben las entidades políticas, por ello, las encuestadoras definen un margen de error. En las contiendas electorales se ha vuelto práctica común el uso de estas medidas, que son utilizadas para, en consecuencia, cambiar o mejorar la estrategia, o incluso, para fortalecerla, depende de las condiciones propias.
Pero las características actuales en la que se encuentran inmersos muchos de los ciudadanos con credencial para votar, generan una confusión real, porque existe un buen número de ellos que mantienen oculta su preferencia, o que al ser entrevistados dicen algo diferente a su decisión o inclinación por algún candidato, coalición o partido, algo así ya sucedió en la recién elección para elegir al actual presidente de los Estados Unidos, varias encuestas daban por derrotado a Donald Trump, y bueno, los mexicanos, más que ningún otro ciudadano del mundo, bien que sabe el resultado.
¿Cuál es el motivo por el que no se manifiesta de forma abierta una preferencia? Pues en el caso de México, son varias, el hartazgo del número de empresas encuestadoras, así como los señalamientos, mentiras y acusaciones entre rivales, por lo que prefieren guardar en secreto su decisión o preferencia, también interviene el hecho de que, en el caso de que decidieran manifestar su inclinación respecto de alguna corriente política, muchas veces es insultado o hasta amenazado, por lo que prefieren el silencio con respecto de su voluntad, tal vez ya definida.
¿Cuántos son? Nadie lo sabe, pero ese grueso de electores, puede definir al final de la contienda al ganador, no es bueno ignorarlos. Y sinceramente, al observar las condiciones en las que se comportan los usuarios de las redes, en especial los que tienen la característica, ya sea por decisión propia o por consigna, el insulto, es por lo que prefieren mantener su silencio.
Ese es el voto silencioso, sólo que es complicado identificarlo, por el manejo de su bajo perfil, pueden dar una sorpresa, así que nadie puede presumir un triunfo que aún no es palpable.