Resistir el populismo autoritario
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Publicado en Opinión

Resistir el populismo autoritario

Jueves, 14 Agosto 2025 00:00 Escrito por 
Palabras al viento Palabras al viento Juan Carlos Núñez

México enfrenta una encrucijada democrática. Las instituciones que, durante décadas, sirvieron como contrapesos al poder Ejecutivo se debilitan sistemáticamente, mientras las estrategias autoritarias globales se adaptan al contexto local. La pregunta no es si ocurre, sino qué herramientas nos quedan para resistir.

Actualmente, el populismo autoritario que vivimos en nuestro país tiene estrategias como la creación y aniquilación simbólica de las élites políticas, económicas o culturales a quienes etiquetan como “enemigos”. Señalar a estos grupos específicos de la sociedad tiene como objetivo principal consolidar el apoyo del “pueblo verdadero”. Esta acción es una estrategia deliberada para deslegitimar a la disidencia y consolidar su poder. De esta manera, la competencia política se centra en una lucha “moral” contra amenazas existenciales (que solo ellos identifican) y no en el debate serio de las ideas. Un escenario así justifica la concentración de poder.

Este es también un fenómeno global en el que la democracia en declive no es víctima del fraude electoral abierto, sino de la manipulación de las reglas del juego, de manera sutil pero efectiva, para favorecer al aspirante autócrata. Este es el planteamiento de su reforma electoral. Su comisión presidencial genera profundas dudas sobre su imparcialidad y la posibilidad de un diálogo genuino. Solo ellos decidirán y descalifican a los demás antes de iniciar siquiera algún tipo de negociación.

Tendremos un resultado predeterminado gracias al cual se capture a los árbitros institucionales y se margine a los actores políticos clave. Esto incluye la manipulación de distritos electorales (gerrymandering), la restricción de los tiempos de votación, el debilitamiento de la supervisión judicial y legislativa, socavar los medios de comunicación independientes y alterar los límites del mandato.

En contrasentido, en una democracia auténtica, los ciudadanos son los guardianes últimos de las instituciones y los derechos. La sociedad civil goza de cabal salud, es fuerte y resiliente, enfrenta los movimientos autoritarios y resguarda el proceso democrático. Una base social robusta crea un terreno fértil para la movilización. Las personas defienden instituciones en las que confían y mitigan los intentos del régimen autoritario de socavarlas.

Para tener una sociedad así se requiere educación cívica (que incluya cultura de la legalidad), reducción de la polarización política y la garantía de procesos electorales transparentes. Tarea ciudadana es poner en práctica diariamente valores democráticos: organizarnos para abordar problemas comunes, apropiarnos del espacio público y exigir rendición de cuentas a los gobernantes, sin olvidar informarnos de los procesos de toma de decisiones y gasto público.

Recientemente, en México hemos perdido a los tribunales que daban protección a nuestros derechos humanos frente a la legislación autoritaria. El sistema judicial que cumplía ese papel, encabezado por una Suprema Corte, termina existencia en dos semanas. Con la institución que tanto hizo por detener el plan B, que López pretendía imponer, perdemos un elemento clave de defensa de los ciudadanos ante el gobierno. La nueva corte, sin duda, abdica de esa responsabilidad para estar del lado del gobierno.

No obstante, aún tenemos herramientas a las cuales debemos asirnos:

El rol crucial de la prensa libre como contrapeso del poder. El periodismo independiente es esencial para develar los intereses personales ocultos del poder populista.

Estrategias para combatir la desinformación y la propaganda. El oficialismo utiliza los medios estatales y una cantidad de medios comprados como instrumentos de propaganda y desinforma en redes sociales para atacar a personas e instituciones con formas de pensar y actuar diferentes a la suya.

Superar la fragmentación y la polarización de la oposición. El régimen explota los supuestos agravios y enfatiza temas de división polarizante. Los ciudadanos deben resistir tácticas de “ojo por ojo”, que exacerban la polarización, y concentrarse en mensajes positivos de democratización.

Modelos de unidad y diálogo para la competencia política. Las democracias exitosas involucran a líderes capaces y comprometidos con ellas, que son hábiles en la construcción y ampliación de coaliciones.

Las organizaciones internacionales y la sociedad civil global en apoyo a la democracia. La observación electoral internacional, entre otras actividades, juega un papel valioso para mejorar la calidad de los procesos, generar confianza pública y promover derechos civiles y políticos. Además, apoya la denuncia por violaciones evidentes a la legalidad.

Después de siete años de experiencia, podemos afirmar que la democracia mexicana no morirá por un golpe militar, sino por mil pequeñas heridas institucionales. Sin embargo, la historia demuestra que sociedades organizadas pueden revertir estas tendencias. El momento de actuar es ahora, antes de que las herramientas de resistencia desaparezcan por completo.

El autor es Maestro en Administración Pública y Política Pública por ITESM y Máster en Comunicación y Marketing Político por la UNIR.
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Juan Carlos Núñez

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