Desgraciadamente, en México, los turistas y usuarios de aeropuertos deben pasar un calvario en caso de que la aerolínea falle en el servicio.
Los números de la Profeco registran que en tres años las aerolíneas que más quejas reciben son Aeromexico, Vivaerobús y Volaris. Los reclamos más comunes son los cambios de horarios, demoras, cancelaciones, problemas con el abordaje, pero lo más terrible, el trato de los empleados.
No es para menos que un usuario muestre molestia cuando no hay respuestas por parte de la aerolínea.
Los retrasos en vuelos se han vuelto una constante, sobre todo en las líneas de bajo costo, como es el caso de Vivaerobús y Volaris.
Lo peor de todo es que no hay oficinas de representación en todos los aeropuertos, como es el caso de Puerto Vallarta. Por tal situación no hay forma de hacer reclamaciones. Inconcebible que la Secretaría de Comunicaciones no considere este asunto como prioritario. Es una cuestión de países de primer mundo, pero básico de un servicio.
En el caso de Volaris, sólo cuando los pasajeros hacen fuertes reclamaciones, hay una retribución por el retraso. Ofrecen pagar la noche en el hotel, cuando el retraso sobrepasa un día; pagar alimentos cuando no sobrepasa un día, incluso descuentos importantes en vuelos posteriores, que pueden aplicarse por el año subsecuente.
Aunque las retribuciones que hace, no representa subsanar las molestias a los usuarios, hay al menos la disposición de hacerlo.
Pero en el caso de Vivaerobús, no hay forma. Se cierran, los empleados son groseros, no se reconocen los errores. Desde hace varios años los propietarios, los Alcántara Rojas, los de Atlacomulco, los propietarios de autobuses de lujo, los compadres y amigos, de la clase política del Estado de México, se comprometieron a dar un “excelente” servicio.
Nada se ha cumplido, las quejas siguen una y otra vez. Es increíble que no haya un módulo en cada aeropuerto que atienda quejas y denuncias de los usuarios, el mal trato de los trabajadores. Las propias autoridades aeroportuarias reconocen de las constantes quejas.
Esos amigos de la clase política que hoy gobierna el Estado de México y el país, deberían dar el ejemplo. Por ser amigos de quienes les han dado la oportunidad, ya que los usuarios nada podemos hacer que sea de otra manera, deberían ser los primeros en poner el ejemplo.
Son miles y miles los pasajeros que día a día se mueven en los aeropuertos del país, donde, según datos del sistema aeroportuario hay 85, de los cuales 59 están categorizados como internacionales, es importante dar la mejor imagen.
Ojalá, señor secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, se recomponga esta situación. Ojalá la Profeco cumpla con lo prometido: Poner módulos de quejas en todos los aeropuertos, pero ojalá los amigos de los gobernantes se pusieran por lo menos la camiseta para dar buen servicio. No siempre estarán en el poder quienes les dan esa oportunidad. Si no responden, no van a sobrevivir.