El domingo primero de julio una gran cantidad de ciudadanos salieron a emitir su voto, en su gran mayoría a favor de Andrés Manuel López Obrador, no tanto por el partido de su creación, MORENA, y en muchos de los casos, no por quienes representaban a éste partido en los diferentes cargos de elección en disputa, porque tal vez, varios de ellos ni siquiera eran conocidos, pero fueron “elegidos” ser abanderados con esos colores, en base a lo solicitado por el mencionado, la gente hizo un voto parejo por todos los candidatos de esa representación.
Cansados de ver, desde su perspectiva, que las cosas no han cambiado, en especial en la economía familiar y la seguridad, a pesar de la alternancia que dio paso a gobiernos panistas, y de nueva cuenta a un gobierno emanado del PRI, en consecuencia, la decepción fue grande, pues no hay dinero que alcance para lo elemental y tampoco ha disminuido la violencia que da cuenta a través de la prensa sobre ejecuciones y enfrentamientos en todo el país, aunado a lo anterior, los escándalos de corrupción que se dan en todos los niveles, llevaron al límite de la tolerancia a la sociedad.
Al no tener una respuesta a esas necesidades que son de las más apremiantes, y en busca de algo que pudiera ser diferente, que mejorara sus condiciones de vida, creyeron en las promesas de López Obrador, un líder que ha prometido mucho, por su interés de ganarse la simpatía y apoyo de los mexicanos, con ello colocó la vara demasiado alta, por lo que cumplir con todas y cada una de las promesas vertidas durante su campaña, parece un problema nada sencillo, para darle al pueblo lo que ha esperado tanto.
Por lo que Morena y partidos que formaron la coalición de “Juntos Haremos Historia” se vieron beneficiados por el fenómeno que resultó ser la eterna campaña del ahora virtual ganador de la presidencia de México, en no pocos ejemplos se pueden ver a quienes salen a presumir un triunfo que no es tanto por lo que hicieron en campaña, o por lo que dejaron de hacer los demás, sino que fue una consecuencia de la ilusión popular, más que algo que pueda cristalizar una realidad, un deseo porque las cosas cambien para bien, y en especial para bien de los más necesitados.
Sin embargo, como toda buena relación, se vive una luna de miel con el virtual vencedor, con la esperanza de que en realidad se dé una transformación de una magnitud como la que cabe en los corazones tan maltrechos de una gran mayoría que, sea verdad o no, esta cansada del abuso al que consideran han sido sometidos por quienes ostentan el poder.
Una de las banderas que más agitó el tabasqueño, fue la de abatir hasta terminar con ella, la corrupción, como origen y fin de todos los males que se dan en la actualidad, y enfático determinó, no es disminuirla, es acabar con ese mal. Aunque en efecto, hubo escándalos que colocaron al gobierno del aún Presidente Enrique Peña en el ojo del huracán, la verdad es que éstos fueron sobre expuestos en beneficio de una minuciosa y bien preparada campaña de desprestigio en contra de todo lo que tiene que ver con los gobiernos recientes, razón por la que apareció esa figura que emula a Frankenstein con el nombre de PRIAN.
La gente aceptó, adoptó y repitió hasta el cansancio el nombre que López le daba a sus oponentes como PRIAN o “La Mafia del Poder” en donde aglutinó a todos sus enemigos, que dicho por él mismo, eran, o tal vez seguirán siendo, quienes no comulgan con su manera de ver la política, que más que visión, la Democracia sólo es un pretexto en su favor, no como ejercicio vital de la vida política, porque no puede haber democracia cuando ésta depende de una sola visión, la suya.
Y es precisamente la más grande preocupación, ¿cómo ve a la Democracia AMLO? En los últimos días se han dado a conocer los cambios que pretende al llegar al gobierno, uno de ellos, y tal vez el que más debe preocupar a los gobernadores, y en especial, los que no pertenecen a Morena, es la designación de los coordinadores estatales, quienes harán un papel de control político y económico a favor del gobierno federal, con lo cual, la administración que está por iniciar en diciembre próximo, pretende darle el tiro de gracia al federalismo.
Así mismo, es imperativo analizar lo que ha repetido en varias ocasiones, que respecto de las determinaciones importantes para el país, serán sometidas a una consulta popular, para que la gente decida qué hacer, aunque de las condiciones técnicas, la gran mayoría no tenga ni idea por lo que votará, simplemente hay que recordar que para elegir a algunos de sus abanderados, AMLO se basó en unas supuestas encuestas de las que nunca se dio a conocer su metodología y solamente unos cuantos conocían el resultado de las mismas, como las de la Ciudad de México, resulta necesaria la pregunta, ¿así serán las encuestas para todo lo demás? Y hay que señalar que la que pretende realizar en octubre, respecto del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México y que aún no deja en claro, en calidad de qué o quién la organizará y si éste ejercicio tiene sustento, porque será de suma importancia para el desarrollo del país, ¿quién será el responsable? Porque no hay que olvidar que es en diciembre cuando asuma el poder.
En el transcurso de la semana se dio a conocer el contenido de la misiva que envió AMLO a Donald Trump, Presidente de Estados Unidos, que más bien, parecía una carta de amor, a pesar de que supuestamente le iba a exigir respeto por la forma en como se ha dirigido a México, a los mexicanos y en general a todos los latinos, porque la famosa carta se parece más a un ruego de amantes para que se resuelva, por principio, el TLCAN, con la promesa de asegurar su frontera, y de que no habrá más emigración hacia el vecino país, porque habrá condiciones diferentes para los ciudadanos que ya no tendrán la necesidad de viajar al norte, y aún todavía lo mejor, se compromete integrar a los países de centro américa para que se cumpla con la perspectiva.
A todo esto, sí hay porque preocuparse, la Democracia según la maneja Andrés Manuel López Obrador, sólo es un vehículo que utilizará para alcanzar sus propósitos, cuando las cosas no salgan bien, tiene a los enemigos bien ubicados, y la sociedad lo ha creído, por lo que la consulta popular será la herramienta que le dé la razón para que tenga forma esa transformación de la que tanto habla, el resultado aún está por verse.