Para cuestiones prácticas, básicamente el Fake News es un producto pseudo periodístico difundido a través de portales de noticias, prensa escrita, radio, televisión y redes sociales, cuyo objetivo es la desinformación deliberada o del engaño, (noticias falsas en inglés) pueden transformar a largo plazo nuestra capacidad de discernir entre la verdad y mentira y se extiende más rápido que la verdad.
El propósito, es sencillo, difundir información que, ya sea verdadera o falsa, intenta alterar la percepción de un personaje en particular, un grupo o varios, para beneficiarse regularmente de manera indirecta de ésta, la cual, provoca el impacto deseado y, aunque la noticia esté muy alejada de la realidad, el daño es inminente y directo.
La intención es, posicionarse ante el grupo de personas objetivo de la noticia, aunque, si bien, en los diferentes medios de comunicación puede darse éste fenómeno, es en redes sociales en donde impacta de manera inmediata y con mayor fuerza, lo que desde luego ya saben los medios tradicionales de comunicación, tanto, que pocos son los que no utilizan las redes sociales para ponerse en contacto con su público, porque de lo contrario, correrían el peligro de desaparecer. Quién no se ajuste a los tiempos modernos, simplemente no existe en la actualidad.
Aunque no sólo son falsas noticias, el uso de las redes causa un impacto importante en la política, ha sido determinante en diferentes partes del mundo, como lo fue en Europa con el Brexit, en Estados Unidos, con la candidatura del presidente Donald Trump, que en la actualidad aún le persigue el fantasma de la sospecha de la intervención rusa a través de este elemento que logró posicionarlo.
Los Estados de América Latina desde luego no pueden apartarse de esta realidad, México no puede ser excepción, el equipo de Andrés Manuel López Obrador, virtual Presidente electo de México, literalmente armó un ejército en Redes Sociales, tanto que en repetidas oportunidades ha reconocido él mismo a los encargados, la labor realizada, la cuál resultó ser su mejor arma, ya que marcó una muy clara diferencia.
Lo mismo sucedió con Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco” cuando fue electo como gobernador en el Estado de Nuevo León, pues con el apoyo que determinó el camino a seguir a través de las redes sociales, arroyó materialmente a sus rivales de la contienda mencionada, y se jactaba en repetir hasta el cansancio que no había tenido necesidad de pagar las grandes fortunas a los medios para publicitar su imagen y todo se le dio con el apoyo decisivo de ese medio. Como candidato a Presidente de la República Mexicana pensó que con la misma táctica podría remontar su evidente desventaja ante los demás rivales, pues se trataba nada más y nada menos que de pesos pesados, en una contienda que resultaría ser histórica a favor de López Obrador.
El ganador del proceso del primero de julio pasado, armó una estrategia contundente con el uso del internet, partiendo de la constancia en el trabajo realizado durante tres campañas presidenciales que mantuvieron los encargados, con lo que lograron reducir a los que intentaron lo mismo, pues fue evidente que había sido demasiado tarde el intento por recuperarse, el caballo de Morena llevaba una ventaja que terminó siendo inalcanzable.
De ello se percataron demasiado tarde los encargados de las estrategias de los demás partidos políticos y coaliciones, ya que lo intentaron, pero su esfuerzo, aún mayúsculo y evidentemente desbordando todos los recursos para reducir tan clara desventaja, no les alcanzó, aún hay algo peor que la derrota, el hecho de que ésta fue aplastante.
Claro que no fue únicamente el uso de esta herramienta tan importante para el ganador, también lo fue la asesoría de imagen y coherencia en sus posturas, con un semblante de confianza y cercano a la gente, en resumen, la imagen que se le manejó fue obra de un cambio radical, la orientación de los asesores finalmente significó de gran ayuda para su candidatura, la percepción de broncudo, agresivo, intransigente, autoritario, se cambió por una más mesurada y atrevida con su mensaje de amor y paz, esgrimiendo como su mejor arma letal, hasta suena ridículo, pero, así fue.
Ahora bien, el Fake News representa un ejercicio bastante común en la vida política, en México han sido difundidas en cada contienda electoral, con la intención de denostar al candidato, partido o coalición, enemigos. Una de las características que fueron el fuerte para López Obrador, fue la insistencia de los ataques a los que sometió a sus enemigos, porque provocó una percepción infalible en contra de quienes conducían al país, por lo que Vicente Fox, Felipe Calderón, Enrique Peña y sus equipos fueron el objetivo de los misiles que lanzó el originario de Macuspana, materialmente sin respuesta o con una muy débil, a grado tal, que las notas negativas vencieron, y por mucho, a las positivas, hasta generar una percepción social de que nadie podría gobernar mejor al país que el hoy ganador de la silla del águila.
Lo anterior se puede demostrar con el sólo hecho de revisar las redes sociales, la consideración, cariño y respeto que le tiene la mayor parte de la gente a la figura que representa estas iniciales “AMLO”, identificado también como “AMLOVER”, da testimonio de ello, pues sin importarles que sean identificados como “chairos”, a cualquier insulto en contra de su líder moral, responden con una demostración clara de esa pasión que les genera su condición de defensores a ultranza del aludido, y que incluso, pueden aceptar errores o decisiones aparentemente equivocadas, la población le seguirá dando su apoyo.
