Francis Crick, (1916-2004) fue un científico británico, conocido por ser uno de los descubridores de la estructura molecular del Ácidodesoxirribonucleico (ADN) en 1953 y se le otorgó el premio Nobel en 1962.
Crick también se volvió famoso porque ¨descubrió¨ lo que llamó el ¨test¨ del chismorreo: “lo que realmente te interesa es aquello sobre lo que chismorreas”.
Y desde 1973 hablaba de su hipótesis de la Panspermia dirigida: la hipótesis según la cual la vida en la Tierra es producto de los designios de una avanzada civilización alienígena: ¨Pudiera la vida haber empezado en la Tierra como resultado de una infección por microorganismos mandados a nuestro planeta de un modo deliberado por una civilización tecnológica desde otro lugar, usando una nave espacial¨.
Crick filosóficamente se declaraba agnóstico con fuerte inclinación ateísta (aunque nació en el seno de una familia de Testigos de Jehová), o sea que esta publicación no fue parte alguna de una agenda creacionista o de Diseño Inteligente. También manifestó que el creacionismo no debía tener lugar alguno en la educación pública.
Fue él quien propuso que el ADN se transcribía a ARN (Ácido ribonucleico, que lleva la información del ADN a los ribosomas, el lugar de la síntesis de proteínas) y que éste se traducía por medio de unas moléculas adaptadoras encargadas de convertir el código genético a proteínas, los ladrillos de la vida. Y fue este “dogma central” de la biología, como él mismo lo bautizó, el que le llevaría a publicar en 1973 su hipótesis de la
Panspermia, por entonces una idea que incluso tuvo en el famoso astrofísico Carl Sagan a otro de sus proponentes.
Crick se preguntaba cómo era posible que la naturaleza hubiera inventado al mismo tiempo dos elementos mutuamente interdependientes para la vida: el material genético –ácidos nucleicos, como ADN o ARN– y el mecanismo necesario para perpetuarlo –las proteínas llamadas enzimas–.
La síntesis de ácidos nucleicos depende de las proteínas, pero la síntesis de proteínas depende de los ácidos nucleicos. Con este problema del huevo y la gallina, Crick conjeturaba que la vida debería haber surgido en un lugar donde existiera un ¨mineral o compuesto¨ capaz de reemplazar la función de las enzimas, y que desde allí habría sido diseminada a otros planetas como la Tierra por “la actividad deliberada de una sociedad extraterrestre”.
Sólo años después se descubriría que el ARN puede actuar por sí mismo como enzima sin la intervención de proteínas, solucionando así el problema que inspiró la panspermia. En 1993 Crick publicaba un artículo que ya no mencionaba ninguna ¨sociedad extraterrestre¨. El problema del huevo y la gallina “ pudo resolverse si, temprano en la evolución de la vida, los ácidos nucleicos actuaron como catalizadores”, escribía.
Sin embargo, aun después de su muerte, las hipótesis de los extraterrestres persisten entre algunos terrícolas. La cuestión sigue viva entre algunas mentes inquietas... ¿Usted qué opina? ¿Vale la pena el chismorreo sobre alienígenas, en vez de discutir otros asuntos terrenales?
Mientras la cuestión se decide, hay mucho de qué hablar sobre esto desde la ficción. Películas como E.T., el extraterrestre, la saga Alien, Mi amigo Mac, La guerra de las galaxias y Avatar, libros como Crónicas Marcianas y La guerra de los mundos y series de TV como V, Mork y Mindy y Alf cuentan con alienígenas como protagonistas.
Si quiere divertirse un rato, no deje de ver la película Paul, estrenada en 2011.
Trata de un raro y gracioso extraterrestre, llamado Paul, que ha vivido en una base militar ultrasecreta en la tierra de los OVNIS en Estados Unidos. Cuando el alienígena decide que ha tenido suficiente de la Tierra, escapa y se sube a una casa rodante manejada por dos nerds británicos amantes de la ciencia-ficción llamados Graeme y Clive Graeme, quienes idean un plan alocado para ayudarle a Paul a regresar a su nave espacial y...