Tras un año de haberse registrado el primer caso de Covid-19 en el país, son muchos los sobrevivientes en el Estado de México que piden a la gente tomar en serio la enfermedad, pues están en riesgo familias enteras, que pese a los cuidados, podrían resultar contagiados por la negligencia de terceros.
"Lo peor de haberme contagiado de Covid-19 es no haber podido estar presente en el nacimiento de mi hija, es algo que nunca me voy a perdonar", así vivió Martín Pérez Mendoza esta enfermedad que lo afectó en noviembre de 2020, una semana antes de que su esposa diera a luz a su bebé.
Él es una de las 562 mil 618 personas desde el primer caso, que la Secretaría de Salud ha investigado hasta el momento, de los que el 35% han sido positivos, el 52% negativos y 13% aún no tienen resultado.
Este empleado del sector público platicó que nunca pensó contraer el virus, pues mantuvo todas las medidas de higiene, pero fue inevitable volver a la oficina durante el primer periodo de semáforo naranja en el Estado de México.
Narró que tuvo diversos y amplios episodios de pánico, ansiedad e insomnio, "no podía dormir por el miedo que sentía de morir y la fiebre, pese al riesgo, hubo días en que tomé baños a la una de la mañana, porque fue la única manera de tranquilizarme, sobre todo por el temor de contagiar a mi esposa y con ella a mi bebé".
Dijo que dejó de salir por meses, cuando los mandaron a trabajar desde casa, incluso pedía el súper y compraba todos los alimentos en línea o a domicilio, en las tiendas de la colonia donde habilitaron ese servicio.
"En casa no salía nadie, mi esposa dejó de trabajar en campo y la casa era un bunker del que nadie entraba o salía", explicó.
Sin embargo, cuando el semáforo paso a color naranja durante la primera fase de la pandemia, volvió a la oficina, en donde al menos dos compañeros contrajeron el virus, pero fueron diagnosticados con faringitis por error y entonces continuaron laborando.
"De pronto, dos semanas después, uno de ellos agravó y yo ya tenía síntomas de la enfermedad, que también me habían diagnosticado como faringitis. Entonces, hicimos la prueba y todos salimos positivo al virus. En ese momento faltaba solo una semana para el parto de mi esposa y pese a que comencé a mejorar, no pude estar presente desde los últimos exámenes hasta que ella entró a quirófano", platicó.
Y es que de acuerdo al ISEM, el primer pico más alto de la pandemia fue en junio del 2020 y el segundo entre noviembre y febrero del 2021, siendo los municipios del Valle de México los primeros en la lista de contagios, aunque si bien, primero encabezó la lista Nezahualcóyotl, dos meses después lo rebasó Ecatepec y desde entonces no ha cambiado esta posición.
Martín dijo que fue su primera hija, de modo que perder la experiencia del parto fue "muy triste", aunque lo que más temor le dio fue contagiar a su esposa, a sus suegros de la tercera edad y su cuñada que fue diagnosticada con cáncer en esos días.
"Siento que salí bien librado porque tenía una salud medianamente buena, pero quedé con secuelas graves en el pulmón, el agotamiento físico que no termina por erradicarse y los dolores de cabeza que son severos", añadió.
Aseguró que la pandemia fue tomada a la ligera por muchas personas, incluso por parte de su familia, pero para él, también significó la posibilidad de poder asistir a su esposa e hija en los primeros meses, y se dijo agradecido de haber podido salir vivo de la enfermedad.
De acuerdo a las cifras del sector salud mexiquense, el 24 de abril del 2020, cuando lanzaron el portal Covid en la página web del estado, se contabilizaban mil 992 casos positivos del virus y habían muerto apenas 104 personas. Este 26 de febrero la entidad reporta 150 mil 691 enfermos de Covid-19 y 18 mil 298 muertos, los periodos más agudos de contagios según la Secretaría de Salud, fue de mayo a julio del 2020.
