Toluca/Estado de México
En el Estado de México, el robo de mercancías en algunas vialidades estatales sigue siendo una problemática persistente, convirtiéndose en el delito que más impacta a la industria, incluso ha obligado a algunos empresarios a aumentar la producción de ciertos productos, ya que, de acuerdo con el presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) en el Estado de México, José Luis Urrutia Segura, saben que estos "serán robados".
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Urrutia Segura señaló que algunas empresas producen un porcentaje adicional de mercancía debido a la certeza de que parte de ella será objeto de robo. Por ejemplo, mencionó el caso de una organización que exporta chocolates y está consciente de que cierta cantidad de sus productos serán sustraídos.
El presidente de Canacintra explicó que los artículos más susceptibles a ser robados son aquellos que pueden venderse rápidamente en tianguis o mercados informales a precios tan económicos que evidencian su origen ilícito. Entre estos productos se incluyen chocolates, mantequillas, productos de limpieza y otros.
Además, la persistencia de este delito ha provocado que las tasas de las aseguradoras sean entre un 10% y un 20% más altas, generando un costo adicional que repercute en los precios finales de los productos. Urrutia Segura también reconoció que las mercancías más comerciales no reciben la misma vigilancia, aunque algunas empresas contraten escoltas para productos de alto valor o cubran los riesgos con el pago de la aseguradora.
El presidente de Canacintra resaltó la necesidad de una vigilancia más estricta por parte de las autoridades en las carreteras para frenar esta situación, especialmente en las vías que conducen hacia Puebla, Querétaro, el Circuito Exterior Mexiquense, y algunas rutas hacia el sur, como Guerrero y Michoacán, que han sido identificadas como particularmente peligrosas.
Ante la creciente incidencia del robo de mercancía, algunos empresarios han optado por aumentar su producción en un 5% más de lo proyectado en ventas, destinando estos productos adicionales como parte de las pérdidas esperadas por robo. Esto se debe a que las aseguradoras han elevado sus tarifas en un promedio del 20% o 30% con respecto a años anteriores, cuando se registraban menos casos de robos.
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