Toluca/Estado de México
Familiares de víctimas de feminicidio en el Estado de México protestaron frente al Palacio de Gobierno mexiquense y el Congreso estatal por la falta de cumplimiento en el pago de apoyo para la canasta básica, pues desde diciembre pasado no les ha depositado la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas del Estado de México (CEAVEM) y que asciende a mil 500 pesos mensuales por niño o niña, hijo de víctimas.
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Magdalena Velarde dijo que ella tiene bajo su cuidado a sus tres nietos, uno de ellos hijo de Fernanda Sánchez Velarde, víctima de feminicidio y los otros dos eran de sus hijos asesinados presuntamente por personas cercanas al presunto asesino de su hija; sin embargo, dio a conocer que desde febrero del presente año dejaron de darle el recurso mensual que solo ha recibido por tres de los nueve años que lleva peleando por justicia por el asesinato de su hija.
Acompañada por los familiares de otras víctimas de feminicidio en el Estado de México, informó que hace un par de semanas la presidenta de la comisión, Carolina Alanís, les notificó que debido a que hay una campaña de austeridad, les sería remunerado únicamente un porcentaje de lo que les adeudan, no la totalidad.
Por su parte, Lorena Gutiérrez, mamá de Fátima, menor víctima de feminicidio en el 2015, señaló que hasta el momento ninguna autoridad Estatal ha recibido a las familiares de las víctimas a quienes no les han depositado los recursos económicos que requieren para el desempeño de sus actividades.
Señalaron que, pese a que muchas de ellas viven desplazadas con sus nietos, debido a las amenazas que han recibido como resultado de su búsqueda por justicia, desconocen el destino del presupuesto de 90 millones de pesos para este rubro.
Entre las inconformes se sumaron Eleocadia, mamá de Maicha Pamela asesinada hace dos años, y Luciana, quien llora a su hija Jalix, asesinada en marzo de este año, y protestaron por el trato que el estado les ha dado.
Reclamaron que viven desplazadas por defender a sus hijas de los criminales que quisieron fingir que su muerte fue un suicidio y su proyecto de vida está acabado, junto con el de sus familiares, porque deben vivir escondidos:
"¿Qué proyecto de vida podemos tener en casas que no son de nosotros? No tenemos acceso a un proyecto de vida, a la sociedad, al estado mexicano, se les están olvidando las víctimas, los niños, y los niños crecen con odio, con necesidades y restricciones que tienen en nuestro país”.
Las inconformes coincidieron en que nadie les explicó la razón de cancelar el apoyo, solo que antes sí les depositaban el retroactivo de los meses adeudados, pero ahora solo les van a depositar dos porque están en austeridad.
"Eso es tener muy poca o no tener madre”, recriminó la madre de Maicha Pamela, quien desde hace un año vive bajo medidas de protección, desplazada de su natal Temoaya y su hijo, menor de edad, quien trabaja para ayudarle con los gastos.
Lorena Gutiérrez subrayó que hay organizaciones afines a gobierno que sí reciben los recursos, pero que ellas están solas, luchando por casos que son muy fuertes y que se supone, deberían tener el mismo trato ante las autoridades
“Se supone que hay un fondo de apoyo para víctimas, no es justo que nos traten como si tuviéramos que pedir limosna, a mi hijo y a mí nos tienen viviendo como si fuéramos unos pordioseros y estamos hasta la madre”, señaló.
LOS CURSOS DE VERANO PARA VÍCTIMAS LOS APROVECHAN LOS HIJOS DE FUNCIONARIOS
Por su parte, Magdalena Velarde añadió que hace unos días tuvieron conocimiento sobre unos presuntos cursos de verano que puso en marcha la Comisión, presuntamente destinados a los hijos de las víctimas, pero a los que no fueron invitados estos menores, sino hijos de funcionarios públicos.
"Es un curso de verano para los hijos de las víctimas; sin embargo, el cupo se llenó pronto porque los empleados de la dependencia le arrebataron el lugar a los niños que perdieron a sus padres, a su mamá, asesinada en un feminicidio", lamentó.
Dijo que pregunto en la propia CEAVEM sobre estos cursos, pero le dijeron que se había llenado el cupo.
