Toluca/Estado de México
"¡Pareciera que denunciar fue algo malo para él, es una injusticia, no se lo merecía!", externa Eduardo Montes, padre de Alejandro Ricardo Montes García, universitario asesinado el pasado martes 21 de agosto a bordo del transporte público en la ruta Metepec-Toluca. Previo, había sobrevivido a dos asaltos cuando viaja a bordo de los camiones, pero en la tercera lo asesinaron.
La mañana del martes 21 de agosto, Alex salió de su casa a las 6:20 horas junto con su padre; puntual como siempre, a las 6:30 tomó su camión rumbo a su escuela en la parada de la avenida Clouthier en Metepec. Era su rutina diaria pese a que desde el año pasado en la misma ruta lo habían asaltado en dos ocasiones.
"Mi hijo sobrevivió a dos asaltos antes de ser asesinado, en la misma ruta de los camiones Colón, hasta esta ocasión me lo mataron", relató el padre del joven alumno de la carrera de Ingeniería Industrial.
Lee también: Era estudiante de ingeniería el pasajero muerto en asalto en Toluca
Alejandro Ricardo Montes García, de 28 años de edad, recibió dos disparos en su cuerpo y era parte de esa lista corta de ciudadanos que decidían denunciar cuando eran víctimas de un delito, asegura su padre. Desde el año pasado acudía a audiencias a los juzgados de Almoloya para testificar en contra de un asaltante que subió a robar al camión en el que iba y fue detenido.
Este jueves despidieron al universitario en una funeraria ubicada en la calle Miguel Hidalgo de Toluca. La familia decidió velarlo dos días a la espera de parientes provenientes de otros estados. Pocas personas que entraban y salían, solo una corona de flores donada por sus compañeros de clase estaba instalada en el pasillo de acceso, el lugar lúgubre.
“Lo vamos a sepultar a la una, de ahí en adelante no sabemos, hay que dar la lucha”, sostiene el familiar. Decidió testificar ante la prensa porque no quiere que el homicidio de su hijo se olvide.
“No es posible que uno se suba a un autobús y lo maten”, agrega sobre lo ocurrido con su hijo Alejandro.
Premonición de la muerte
Don Eduardo habla al lado del adorno floral sobre el último día que vivió con su hijo: “Salimos los dos juntos de la casa en Izcalli, acostumbrábamos eso, yo me despedí y me fui a abrir mi negocio, en la parada de Clouthier él tomó su camión a las seis y media y fue la última vez que lo miré”, recuerda.
Una cuadra adelante, sobre la calle de Morelos, ya en la delegación de Santa Ana Tlapaltitlán, dos hombres abordaron la unidad con económico 19 de la línea Colón Nacional. Eran los asaltantes que unos minutos después comenzarían a amagar a los pasajeros, entre ellos a Alex.
Lee también: Muere pasajero de transporte al resistirse a asalto en Toluca
Solo bastaron unos minutos para que ocurriera el atraco como es el “modus” de operar de los grupos criminales, y de esas últimas escenas que vivió su hijo, don Eduardo únicamente se puede imaginar lo que ocurrió, pues la unidad no contaba con cámaras de videoviglancia y los testigos han dicho pocos datos. Ni un retrato hablado se puede formar.
“Dicen los pasajeros que uno de los asaltantes estaba amagando al chofer, y todavía se regresó a donde estaba mi hijo para dispararle”, revela el papá de Alex.
Hay varias conjeturas e hipótesis que se forma el hombre en medio del dolor de perder a su hijo. Piensa en una agresión directa en represalia por la denuncia que llevó a un criminal a la cárcel, también que su hijo se resistió al asalto e incluso que defendió a otros pasajeros.
Pero aún la forma de la agresión es ambigua. Lo único cierto es que una bala le traspasó el estómago, y una segunda llegó hasta uno de sus pulmones, provocando hemorragia interna y la muerte.
No pudo resistir hasta que llegara la ayuda, pero “aguantó un rato”, describe don Eduardo. “Antes que llegaran las ambulancias ya mi hijo había fallecido, no lo pudieron ayudar”, lamenta.
Parece que a la familia de don Eduardo la persiguiera la tragedia. Aún están de luto. Pues revela que el año pasado su esposa fue vencida por el cáncer y falleció.
“Mi esposa murió hace un año de cáncer, apenas lo estábamos superando y pasa el asesinato de mi hijo”, reprocha el hombre.
La muerte ha destruido a la familia de Alex, esa es una verdad que no se puede cambiar, sostiene Eduardo.
Antes de llegar la muerte, Richi, como le decía su padre a Alex, tenía planes. El sábado próximo junto con don Eduardo recibirían una diploma por el curso que tomaron juntos sobre electricidad. Había intención de abrir un negocio entre padre e hijo al terminar la carrera.
“Teníamos planes, de hecho él y yo tomábamos un curso de electricidad, y el sábado íbamos a ir a recoger nuestro diploma pero ya no se pudo”, relata Eduardo. No hay más en su tragedia más que soledad, se le mira en sus ojos y el semblante. Así atrofia a las personas la violencia e inseguridad en el Estado de México.
“El cumpleaños de mi hijo era el cinco de octubre, ya no habrá celebración”, sentencia el padre de Richi.