Santiago Tianguistenco/Estado de México
Si bien los pobladores de la localidad de Gualupita, en el municipio de Santiago Tianguistenco, cantaron las mañanitas y prepararon el atrio de la iglesia para recibir a los peregrinos y feligreses católicos que participaron en la misa y las mañanitas a la Virgen de Guadalupe, para los mayordomos las fiestas han cambiado radicalmente a partir del año pasado, debido a la pandemia por COVID-19.
"Antes se veía a cientos de peregrinos en bicicleta, otros que llegaban en camionetas, acompañados por sus familias o bien como parte de grupos católicos que se organizaban desde los estados de Guerrero, Michoacán y hasta de la Ciudad de México, pero desde el año pasado, que tuvimos que cerrar por la pandemia, dejaron de venir estos grupos pues los pocos que transitaron fue hacia la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe.", reconoció la mayordoma Patricia Martínez Montes de Oca.
Sin embargo, explicó, desde el 10 de diciembre comenzaron las diferentes danzas que acompañan las festividades en esta demarcación, entre ellas las llamadas Comadritas, los Sordos Negros, bandas musicales, además acuden las mujeres del pueblo para preparar tamales, arroz y comida que se ofrece a todos los asistentes.
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"Por lo regular hay más de tres danzas diarias, pero ahora se dividieron por día debido a la pandemia, cerramos el martes con los Chinelos, el lunes habrá arrieros, el domingo todo el día se recibe gente e invitamos a las personas a participar.", detalló.
En cada una de las danzas bailan hasta 400 personas, por ejemplo, en Comadritas apenas llegan a los 100 o 200 bailarines, pero casi todos los grupos son muy grandes. Cada uno ofrece a la virgen algo, la gente les da gorditas, tamales y comida típica.
"Para este año llegaron personas de Pensilvania, porque hubo algunas familias de Gualupita que se fueron a vivir allá y ahora llegan habitantes de ese estado a participar en las tradicionales fiestas a la virgen.", añadió
Para esta mañana, repartieron tamales, atole y entregaron desayunos para los que llegaron a cantar las mañanitas, aunque no hubo la quema de castillería acostumbrada por los habitantes.
