Toluca
En el Centro Infantil de Rehabilitación con Asistencia Canina (CIRAC) que pertenece a la Universidad Autónoma del Estado de México existen 37 perros rescatados de la calle, de los cuales ocho son parte de la terapia gratuita para niños con síndrome de down, autismo y parálisis cerebral.
Se ubica en San Cayetano Morelos, municipio de Toluca, casi a la salida hacia Atlacomulco y comenzó a recibir niños con alguna condición de discapacidad en enero del 2018, siendo la primer terapeuta “Cayetana”, una perra mestiza de talla pequeña con tres años de edad que llegó sola al centro, que ahora realiza más de 50 trucos aprendidos en el adiestramiento diario que recibe a las terapias con los niños.
Rafael Cano, es el director de este lugar, egresado de la Facultad de Veterinaria de la UAEM y certificado en España, es el encargado de seleccionar a través de las redes sociales a los perros rescatados de la calle que las personas ponen en adopción y publican en Facebook, aunque aclaró: no todos los animales tienen las características necesarias para responder al tratamiento.
Con algunos de los canes deben comenzar desde enseñarles a socializar, descartar enfermedades, ayudarlos con la rehabilitación física o psicológica, ya que la mayoría fueron maltratados para después participar en las terapias de rehabilitación con niños, adolescentes o adultos mayores.
Explicó que este centro fue creado para brindar rehabilitación con asistencia canina a niños de escasos recursos con discapacidad, están concluyendo la primer fase que es la selección y adiestramiento de los perros, aunque tienen una capacidad para 80, consideró que llegarán hasta 40 que sean considerados como “top”, porque de otra forma estarían saturados.
Los perros con nivel más bajo son empleados para actividades asistidas, acudir a exhibiciones pero no cumplen con características como tener aptitud para aprender y actitud para ejecutar órdenes, que sean sumamente sociables, se habitúen al contacto con niños que pueden reaccionar de forma sorpresiva sin atacar.
“Son de diferentes edades, tamaños, tenemos uno que es especie de labrador, una beagle, pues un perro de raza con estas cualidades y enseñanza podría costar hasta mil 500 dólares. La mayoría tendrá una duración de hasta tres años en el Centro, pero depende de la edad de cada can”, señaló.
El CIRAC no se coordina con asociaciones de adopción o albergues porque son sitios donde hay más posibilidades de enfermedades debido a la concentración de perros, pero de la forma en que son seleccionados pueden observar su comportamiento, asegurarse de que fue atendido médicamente y es sociable.
El proceso desde que es seleccionado a ser puesto en terapia depende de cada animal, pues algunos tienen que ser aleccionados para subir y bajar escaleras, mientras que otros requieren superar traumas o ser adiestrados sobre la especie de “suertes” que van a desempeñar.
A Cayetana, que fue la primera perra adiestrada tardaron hasta seis meses en enseñarle actividades básicas, como socializar pues al principio estaba temerosa de todo contacto con humanos. Algunos de los canes son sólo “manta”, es decir, sirve para contener a un menor que no puede ponerse de pie o requiere auxilio para desempeñar alguna actividad, pero todo depende de las necesidades de cada paciente y la terapia diseñada para los niños.
En este momento las consultas son gratuitas, aunque el objetivo - dijo - es establecer un monto de recuperación mínimo que será cobrado a las familias con capacidad económica, porque no todas las familias que llegan tienen condiciones económicas óptimas.
“Hay quienes vienen del propio pueblo de San Cayetano, cruzando la carretera, pero deben venir caminando, aún si tienen o no sillas de ruedas, pero es que no pueden darse el lujo de pagar un taxi. Por eso habrá un equipo que determine la situación económica de cada persona para que quiá quienes aporten puedan incluso auxiliar a dos pacientes más que no tienen para pagar”, afirmó.
Por el momento hay cuatro adiestradores, una terapeuta física, dos de terapia ocupacional, quienes realizan estudios a los menores para definir el tipo de estrategia que emplearán y en promedio todos reciben 10 consultas, una por semana., depende del avance al final si agregan cinco o más sesiones.
Sobre los avances, Melissa Iraís Reyes Rubí, la fisioterapeuta platicó que los avances son extraordinarios, por ejemplo uno de los pequeños con parálisis cerebral logró extender su brazo luego durante una terapia, “es extraordinario porque el paciente podría lograrlo sólo con mucho tiempo de masajes, rehabilitación, pero muchas veces tratar de proteger o convivir con el perro los lleva a realizar actividades sin darse cuenta”.
Precisó que entre los canes y los menores la conexión es muy grande, permite un avance que calificó como “rápido”, pues muchas veces sin convivir con estos terapeutas de cuatro patas podrían tardar meses en alcanzar sus logros.
