Este lunes, 26 de agosto, regresaron a clases más de 25 millones de alumnos en todo el país. Niños y jóvenes de nivel básico reinician las labores escolares y las autoridades de los tres niveles de gobierno se alistan para apoyar en la seguridad.
Operativos especiales de vialidad y seguridad se desarrollan en todo el territorio nacional para asegurar el regreso a las aulas con el menor número de incidentes. Los padres de familia alistan toda la logística familiar para el regreso a clase, se afinan los últimos detalles de los útiles escolares y los uniformes, se preparan los alimentos especiales para el lunch y se hace estética personal a los principales actores, los jóvenes estudiantes.
Todas estas acciones familiares e institucionales se convierten en un ritual de cada inicio de ciclo escolar, pero tal vez olvidamos, estimados lectores, una parte muy importante de estos preparativos, las medidas de seguridad personal que debemos inculcar a nuestros hijos.
¿Cuántos niños y jóvenes recorren a diario en horarios especiales las calles de nuestras comunidades y ciudades con rumbo a los centros educativos? ¿Cuántos de ellos caminan solos y se convierten en objetivos fáciles de la delincuencia? ¿Cuántos de ellos, en su inocente caminar, se distraen fácilmente y no ponen atención a los peligros diarios?
Qué importante es que eduquemos a nuestros hijos en la prevención con acciones tan sencillas, como poner atención al camino que recorren todos los días y, si se encuentra algo fuera de lugar, reaccionar ante el peligro. La comunicación diaria entre los miembros de la familia es básica; no nos cuesta mucho incluso crear claves familiares para el reconocimiento de los miembros del clan y así evitar las extorsiones telefónicas. Y qué útil es identificar lugares seguros en el camino para resguardarse en caso de detectar la posibilidad de ser atacados.
Hace algunos años se creó un programa llamado sendero seguro y consistía en solicitar a los vecinos y comerciantes de las calles aledañas a las escuelas, que estuvieran pendientes del paso de los estudiantes hacia sus planteles y cuando transitaban hacia sus casas. En la actualidad se han replicado esta acción, pero ahora con el fin de proteger a las mujeres en peligro y se colocan señalamientos para indicar casas o comercios donde pueden ser apoyadas. Ésta medida, que me parece muy importante, podría también aprovecharse para los niños y jóvenes de camino a la escuela; si vivimos cerca de un plantel hagámosles saber que pueden acudir a nosotros en caso de peligro y que en estarán seguros en su camino.
Solamente con la prevención y sobre todo con el aporte de una sociedad unida, podremos dar seguridad a estos niños y jóvenes que son el futuro de México. La cultura de la prevención y el autocuidado, son de gran valía para la tranquilidad de toda la familia.
Por cierto: Una felicitación atrasada a los héroes, que con valentía arriesgan su vida en pro de una sociedad segura. ¡Feliz día a los Bomberos!
