Para el nuevo gobierno del Estado de México que encabeza Alfredo del Mazo Maza, desde el primer minuto del día 16 de septiembre, no ha sido nada fácil su arribo a la oficina de Lerdo en la ciudad capital. Además de las complicaciones con las que tuvo que lidiar durante su campaña y el día de elección, pasando por denuncias y quejas ante los tribunales, no terminaban de ocupar sus lugares, tanto el ejecutivo como su gabinete, cuando fue requerido para dar respuesta a las consecuencias del sismo que sacudió al centro del país el 19 de septiembre, con una intensidad de 7.1 grados en la escala de Richter, lo que obligó a atender la contingencia de inmediato.
¡Vaya recibimiento para el nuevo gobierno!, parece el anuncio de un complicado sexenio; sin embargo, el gobernador sabe perfectamente que, independientemente de todos los imprevistos, habrá de cumplir con los compromisos adquiridos durante su campaña y es así que, a la de ya, se tienen que atender los complicados problemas de la entidad mexiquense.
Uno de los temas que merecen mayor atención y, desde luego, respuestas claras y concretas, es el transporte, por lo que el nuevo Secretario de Movilidad, Raymundo Martínez Carbajal, tendrá la responsabilidad de darle orden a ese añejo conflicto, que representa el servicio de transporte concesionado, para el Gobierno del Estado y sobre todo para los usuarios.
Recordemos que, a unos días de concluir el mandato de Eruviel Ávila, se autorizó el aumento de 25 por ciento a la tarifa establecida del pasaje, según se señaló en su momento, como consecuencia del resultado de los estudios realizados por el Instituto Estatal del Transporte, condición que únicamente esperaba la autorización oficial, pues ya los transportistas cobraban los diez pesos a los pasajeros.
No está de más señalar que, cada vez que los transportistas exigen aumento a la tarifa, se comprometen a una serie de promesas sin cumplir, entre ellas, una mejor calidad en el servicio, un trato amable a la ciudadanía, corregir las fallas de los autobuses, entre muchas otras cosas que terminan siendo, sólo eso, promesas, no obstante que las condiciones elementales deben ser exigidas en su cumplimiento, como el de la tan manoseada capacitación a los operadores que termina por ser un paso más a los arreglos en lo oscurito para obtener una capacitación que muy lejos está de concretarse, la cual a estado a cargo del Estado y de los propios empresarios, pero parece quedar en el olvido.
Fue en el año de 1949 cuando, siendo gobernador Alfredo del Mazo Vélez, se aprobó la modalidad del transporte concesionado como un esquema de colaboración entre particulares y el Estado que, desde entonces, ha mantenido la organización del transporte urbano, en el que la participación del gobierno consiste en invertir en la infraestructura que se requiere para el desarrollo del servicio; sin embargo, poco ha mejorado pues, en la actualidad, derivado del crecimiento demográfico, han aumentado derroteros, no así la calidad. A diferencia de países del primer mundo, en donde el transporte público es utilizado por la gente pudiente, en México como en América Latina sigue siendo muy deficiente.
Entre los males que representa el uso del transporte público, ya sea de derroteros, así como del servicio de taxi, es el miedo a utilizarlo por la cantidad de asaltos que se dan con violencia, en ocasiones con consecuencias fatales; sin embargo, no todos los que son víctimas denuncian ante la instancia persecutora del delito; los argumentos que exponen son variados, entre ellos, falta de tiempo. Pero además del tema de la seguridad, debe considerarse el conflicto generado por la cantidad de autobuses que hacen base en donde les parece y que, cuando no es hora pico, muchos van vacíos, lo que genera un caos que pone a prueba la tolerancia de los demás automovilistas.
El delegado de la CANAPAT (Cámara Nacional del Autotransporte de Pasaje y Turismo), Odilón López Nava, ha señalado en múltiples ocasiones las dificultades y peligro que representa la competencia desleal del servicio pirata, los taxis tolerados y los que hacen el servicio de colectivos que, no está de más decirlo, no están autorizados pero, si bien es cierto que debe atenderse el problema señalado por el delegado, también lo es que los transportistas tienen la obligación de hacer las propuestas y mejoras que requiere la ciudadanía, como el de la instalación obligatoria de las cámaras de seguridad en cada unidad y el botón de pánico.
El decálogo de Acciones Inmediatas en Materia de Seguridad para el Estado de México, que presentó el gobernador Alfredo del Mazo, señala que se debe redireccionar la estrategia estatal contra la delincuencia, enfocada en el combate al robo en transporte público, entre otros, que representa una de las quejas más sentidas de la sociedad, por el sentimiento de vulnerabilidad y, peor aún, si se considera lo que han señalado algunas víctimas, que parece que el operador o conductor del transporte está coludido con los asaltantes pues, a éstos, no se les molesta.
El tema de movilidad es complejo. No solo tiene que ver con la prestación del servicio público de pasajeros, tiene que valorarse en conjunto como un derecho humano, con la obligación de atender el flujo cotidiano a todos los que constituyen la pirámide en importancia de la movilidad, para lo cual el nuevo secretario tendrá que coordinar esfuerzos con las demás instancias involucradas. Es fundamental que se dé orden al servicio de transporte público, es una promesa que ha pasado de sexenio en sexenio sin que logre concretarse y requerirá de la experiencia y manejo político del actual titular.