Hace unos días Estados Unidos de América, notificó a la Organización de las Naciones Unidas su retiro formal del Acuerdo de París, cuando el Secretario de Estado, Mike Pompeo anunciaba esta decisión que había sido una promesa de campaña del mandatario estadounidense, Donald Trump.
El Acuerdo de París fue adoptado en Julio de 2016 y entró en vigor el 04 de Noviembre del mismo año, es un instrumento jurídicamente vinculante, donde cada país establece sus acciones de lucha contra el cambio climático y tiene como ejes centrales 3 objetivos. Limitar el calentamiento global a menos de 2°C y 1.5°C al año 2030, aumentar la capacidad de los países de adaptarse a los efectos del cambio climático construyendo ciudades resilientes que puedan reducir esos efectos y promover la transición hacia economías bajas en carbono, hacia un desarrollo sostenible. Además de generar fondos por parte de los países desarrollados destinados a promover modelos de energías renovables en los países en desarrollo.
Este acuerdo fue asumido por 195 países al ver la necesidad de reaccionar ante el calentamiento global y reducir las altas emisiones de carbono que afectan no solamente a nuestro planeta, sino la salud de todos nosotros. Según la Organización Mundial de la Salud, cada año mueren 7 millones de personas por enfermedades ligadas a la mala condición del aire, además que del 2001 al 2015, 2.5 millones de personas han resultado afectadas por el cambio climático.
Estados Unidos de América, es el segundo país que más contamina después de China. Tiene una población de 327.352.000 habitantes, de ahí la importancia de su participación y compromiso.
El retiro de Estados Unidos de América, se debe principalmente a que su presidente Donald Trump, afirma que es un engaño económico, donde se les obliga a los países desarrollados a dar dinero a países en desarrollo, a través del llamado Fondo Verde, destinado a la implementación de tecnología para pasar a economías verdes libres de carbono. El cumplimiento del acuerdo le costaría tres billones de dólares y 6.5 millones de empleos en los próximos 10 años, limitando sectores como la industria automovilística y la explotación de carbón.
Esta situación es preocupante, ya que no solamente no se cumpliría con las metas que se han planteado, sino que podría generar un desequilibrio ecológico.
De no reducir la tendencia actual del incremento de temperatura, se podrían desencadenar eventos climáticos nunca antes vistos, además de la desaparición del hielo en los polos, subiría el nivel del mar, y generaría que ciertos animales marinos tengan que emigrar a otros lados.
Sin embargo China, la Unión Europea seguirán con el compromiso, teniendo que cubrir el espacio que deja Estados Unidos, pudiendo ser una oportunidad para repuntar como economías descarbonizadas.
Es necesario que los países valoren la importancia del cambio climático, comprometiéndose a reducir las emisiones de carbono y trabajando desde lo local en coordinación con el sector privado, científico y las organizaciones civiles, poniendo por encima de lo económico, decisiones sostenibles y medidas resilientes que puedan ayudar a contrarrestar el incremento del calentamiento en nuestro planeta, usando tecnología y transitando a economías verdes y limpias.
