En nuestro vocabulario hay una palabra que cada día utilizamos más y se ha convertido en tema de conversación diaria, parece que desafortunadamente se ha convertido en un tema común y cotidiano; esa palabra es: VIOLENCIA.
A propósito, precisamente, del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, conmemorado como el día naranja, en el cual se realizan acciones encaminadas a concientizarnos como sociedad para evitar los hechos que vulneran el entorno de las mujeres, nos preguntamos ¿por qué cada día el término se vuelve más utilizado en nuestro vocabulario y es más común en nuestra vida?
¿Será que nuestra sociedad es cada día menos tolerante?, ¿será que nuestra educación cada día se aleja más del respeto a la autoridad? y me refiero a la autoridad de padres, adultos, maestros, gobierno o cualquier tipo de autoridad, o ¿será que la degradación emocional nos consume y no nos damos cuenta?.
La evolución del ser humano debería llevarnos a ser cada vez más respetuosos de los demás, conforme avanza el tiempo, porque se supone que la evolución nos lleva a convivir armónicamente y, sin embargo, percibimos todo lo contrario. Tratamos de ser siempre mejores a costa de nuestros conciudadanos, nos aprovecharnos del prójimo y si es necesario los nulificamos y eliminamos para lograr nuestros objetivos; esto, aunado a la falta de autoridad que nos conduce a una anarquía en la que la violencia será el factor principal para triunfar.
Si analizamos, en este día naranja, la evolución de la humanidad en relación a la violencia de y en contra de las mujeres, creo que estamos retrocediendo; en el pasado, los castigos crueles a la mujer por el simple hecho de no cumplir las exigencias masculinas, eran inhumanos y fuera de cualquier lógica, pero desafortunadamente, en el presente parece que el castigo por estas razones es privarlas de la vida.
No es posible, como ya lo analicé en otra columna, que las mujeres estén en una posición de peligro todos los días; que no tengan la libertad de vivir y desarrollarse normalmente por el miedo; que no puedan ejercer esa libertad a la que tienen derecho, como todos, sin ser sobajadas o vilipendiadas y tampoco es posible que un grupo de feministas recalcitrantes y retrógradas quieran atacar la violencia con violencia, llegando a agredir a los demás miembros de la sociedad y hasta a los símbolos que reflejan la lucha de muchas mujeres y hombres mexicanos para lograr esa paz y libertad.
Mis respetos para las y los que luchan por la igualdad, que no es premio sino un derecho y compromiso, como miembro de esta sociedad, a ser un garante de estos derechos de las mujeres y de la no violencia, para que cada día vivamos en una sociedad mejor, sin embargo, considero de gran importancia, estimados lectores, que el Estado de Derecho y el control social se ejerza sin distinción.
Por cierto: Los operativos por parte de la policía municipal de Toluca, para detener vehículos sin verificación, siguen con gran fuerza, que bien hay que cumplir, solo me pregunto: ¿todas las patrullas de esta corporación están verificadas? porque por lo que he visto no cuentan con las placas oficiales que deberían portar, esto quiere decir que tampoco tienen la probabilidad de verificar.
