Para lograr la convivencia social armónica es indispensable la aplicación de la ley para así lograr que el Estado de derecho perdure en un país donde la esperanza en la seguridad se basa, entre otros elementos, en la firme acción legal del Estado.
En uno de los hechos más deplorables del acción humana, en la clara expresión de una relación que se convierte en un peligro, ayer fue detenido el autor intelectual de la agresión a una joven artista, que afortunadamente, continúa con su vida a pesar del artero ataque del que fue objeto.
Juan Vera Carrizales, quien afortunadamente no es mi pariente, fue detenido ayer por las autoridades, en cumplimiento a una orden de aprehensión que lo vincula precisamente como el autor intelectual del ataque con ácido en contra de María Elena Ríos, joven artista con la que sostuvo una relación amorosa pero el comentario no solo debe centrarse en la acción de la justicia, en donde la obligación de los jueces es castigar con todo el rigor de la ley sino hacer un análisis en relación a la falta de humanidad que nuestra sociedad está viviendo. ¿Cómo es posible que del amor pueda surgir un odio tan profundo, que procure un daño irreversible o busque hasta la muerte de una persona a la que se ha amado?
Sí, estimados lectores, es increíble que de un sentimiento tan noble como el amor, pueda resultar uno tan negativo.
Esperemos castigos ejemplares, aunque sabemos que eso no devolver la tranquilidad a una mujer ejemplar que fue lastimada en su físico y su alma.
Por otro lado, no podemos dejar de mencionar el tema que tiene a nuestro país en un momento de semiparálisis: el Coronavirus. No me referiré a la enfermedad en sí, de eso ya se encargan los expertos. Me referiré a la problemática social que trae consigo el encierro como consecuencia de la prevención a la pandemia, efectivamente como ya se ha dicho, la violencia, en la mayoría de las veces, se produce en el hogar y con una convivencia constante, éste problema puede crecer exponencialmente; es importante que el Estado y quienes realizan acciones para prevenirlo estén pendientes y las acciones sean inmediatas, no debemos permitir que las muertes por Coronavirus se incrementen ahora por la violencia intrafamiliar.
Y todo esto, estimados lectores, se relaciona con la falta de valores, como lo he dicho en innumerables ocasiones; la educación nos lleva a respetar a la autoridad, la de los padres, la de los maestros y la del Estado, pero además nos encamina al más importante de los valores, el respeto a los demás, sobre todo a los grupos más vulnerables: los niños, los adultos mayores, los enfermos y de manera muy especial el respeto hacia las mujeres.
Por cierto: lamentable el fallecimiento del Lic. Jesús Jardón Nava, profesional del derecho, litigante, servidor público, magistrado y sobre todo, catedrático de la Facultad de Derecho durante mucho tiempo y a quien conocí como parte del despacho del maestro Juan Nava Arellano ya hace algunos años. En paz descanse.
