La pandemia que vive nuestro planeta por el Covid-19 ha afectado de manera muy importante una gran gama de actividades que en nuestra sociedad son vitales. Estamos aprendiendo a vivir a distancia y a utilizar la tecnología en materia, ya que por lo menos en México eran poco utilizados los sistemas informáticos. Educación en Línea, comercio en línea, especialización en línea y hasta las relaciones interpersonales en línea, tendrán que ser temas que se analizarán de manera urgente porque ya son una realidad y las generaciones que no nacieron en la revolución informática tendrán que prepararse, también de manera urgente, para no quedarse atrás.
Dentro de esta vorágine informática, a la que nos ha orillado el Coronavirus, los encargados de la justicia tendrán que acelerar el paso; es evidente que en el Estado de México, antes de la pandemia, ya se hacían muy importantes esfuerzos para avanzar en este tema, la denuncia en línea es ya una realidad y en varios procedimientos judiciales ya se tenia un gran avance, sin embargo, todavía falta mucho para perfeccionar la justicia en línea y tendrán que entrar a esta actualización, sin duda, los tribunales laborales y la justicia administrativa.
Yo me haría la siguiente pregunta, estimados lectores, si el Derecho es un conjunto de normas jurídicas creadas para regular la vida del hombre en sociedad, ¿en dónde quedaría ese contacto con el peticionario de justicia, que mucho ha servido al juzgador para sensibilizarse y poder tomar decisiones?.
Recuerdo muy bien, de mis años en el litigio, lo importante que era que el abogado, en ocasiones acompañado de su representado, visitara al juez, al magistrado, al presidente de la junta y a otros funcionarios judiciales, para explicarles su punto de vista jurídico y humano sobre el tema específico de su asunto y los servidores públicos escuchaban y aunque decidieran en contra, el ciudadano salía con la satisfacción de haber sido escuchado.
Creo en una justicia basada en el humanismo y la sensibilidad de los funcionarios judiciales, no acepto que la petición directa de justicia o la defensa de un derecho, directo ante el juez, provoque actos de corrupción, y también estoy seguro de que es necesaria la interacción del juzgador con la ciudadanía. Desafortunadamente, la pandemia nos ha llevado a buscar la automatización de muchas actividades sociales, pero insisto en todas las acciones que nos lleven a impartir justicia y, en todos los ámbitos del Derecho, es importante la interacción entre el juzgador y el peticionario de justicia, de lo contrario, se convertiría a la ley en una masa fría de letras.
Por cierto: Es importante que sigamos cumpliendo con el resguardo domiciliario y la sana distancia; las acciones sin sentido de quienes no creen en el problema nos pueden llevar a consecuencia graves. Pensemos lógicamente, por favor.
