Tan cerca del abismo y tan lejos del poder. Los girones del otrora poderoso partido siguen las medidas sanitarias con las bocas tapadas por silencios ominosos frente a las decisiones absurdas y retrogradas del poder; al lavarse las manos y no hacer un frente unido como legisladores en la Cámara de Diputados; al guardar la distancia de los principios que le dieron origen, actitud que sorprende e irrita a la militancia, en un tiempo en que el país está próximo a la elección más grande de la que se tenga memoria: 21 mil 668 puestos. Se renovarán la Cámara de Diputados, 15 gobernadores (en 8 de ellos gobierna actualmente el PRI), 30 congresos locales y mil 926 ayuntamientos.
Pospuesta la XXIII Asamblea Nacional Ordinaria 18 meses, por la emergencia sanitaria, en la que se modificarían sus documentos básicos, una vez más en este sexenio los priístas esperan en la antesala y “Alito” está en la sala de las decisiones, a fin de presidir el último tramo de la presente legislatura, lo que está por verse.
Si el proyecto político consiste en estar arriba del tablero, no pocos militantes destacados hicieron lo necesario para contribuir a su caída.
En 2018 cuando Morena ganó la Presidencia de México y por artilugios con los partiditos aliados, la Cámara de Diputados, además de varios congresos locales y gubernaturas, se emprendería, la llamada 4ª Transformación, ofrecida a los mexicanos, la que resultó regresiva. El PRI tiene una responsabilidad histórica en lo que se vive. Habrá de entregar cuentas a sus militantes y a México. Para 2021, el PRI tendrá la oportunidad quizás de recuperarse, pero requiere del vigor de liderazgos fuertes y de la guía de los mejores. Será el momento de los arrepentidos.
El PRI no puede asistir a la destrucción del país y al duelo de más de 53 mil familias mexicanas por sus muertos caídos frente al Covid, sin hacer nada. Debe hacerse lo necesario para construir una verdadera fuerza que sea contrapeso. No hay fracaso ni triunfo para siempre. El país necesita una democracia plural, justicia, no venganza, por ello se ha luchado por décadas. México no puede seguir así.
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@MargaJimenez4
