Impactada, llena de coraje y rabia me dejaron los relatos de mujeres en su gran mayoría jovencitas que a través del hashtag: #CosasQuePasanPorSerMujer describían sobre la violencia sexual que habían sufrido en algún momento de su vida.
Me queda claro que no hay lugar seguro, que todas corremos riesgo, pero nuestras niñas más, en la escuela, en los trayectos, en el transporte público de pasajeros, en el trabajo, en la calle, en tu propia casa y no solo con extraños, conocidos, sino con propios familiares.
La gran mayoría no recibió apoyo de su familia para denunciar por pena, porque no les creyeron, o por miedo de ser señaladas de provocar el incidente.
Esta es una realidad que urge ser atendida, castigos ejemplares, ¿qué carajos piensan esos hombres que se masturban en vía pública para hostigar a una niña o mujer, ¿qué no tiene madre, hijas o hermanas?, ¿qué ganan con mostrar sus genitales a unas niñas, con arrimar cuerpo en el transporte público?
Caray realmente me llena de mucho enojo y rabia, lo que ocurre cada segundo en nuestro país, con nuestras niñas y mujeres. Hubo también quién enfrentó la situación, y esos agresores salieron despavoridos.
Vamos unirnos, vamos a cuidarnos y cuidar a nuestras mujeres; vamos a darles el apoyo cuándo en la calle lo pidan, cuando en el trabajo lo digan, cuando alcen la voz en el transporte público; vamos a creerles cuando lo digan en el hogar.
Sí somos más los buenos, sí somos más los que ya no queremos una vida de violencia, sí somos más las y los solidarios si estas en problemas.
Estos son algunos de los relatos, relatos llenos de tristeza, coraje e impotencia; pero no son para provocar compasión, son para que abramos los ojos, estemos pendientes de las nuestras y ayudemos a quien lo necesite, porque solo así seremos más en contra de la violencia de genero.
“Cuando tenía 12 años en la salida de la escuela iba para mi casa con una compañera y un señor estaba manejando y nos pitó y se sacó el miembro y se empezó a masturbar”
“A mí me acosó un chavo donde trabajaba pero nadie me creyó y me dieron las gracias. No sólo les pasa a las mujeres sino a también a los menores”
“Cuando tenía 6 años estaba en la casa de una amiguita jugando, ella tenía un hermano mayor, y varias veces que fui se bajaba el pantalón y se tocaba el pene “
“Tengo 18, el año pasado saliendo de la prepa venía en un taxi y se subió un señor y venía al lado mío. Todo iba normal, yo venía con mis audífonos escuchando música, pero de repente me di cuenta como a los 10 minutos que él tenía su mano en mi entrepierna, casi agarrándome mi parte. Como yo soy una persona impulsiva reaccioné de manera agresiva dándole un codazo en el pecho y un golpe en la cara diciéndole que se dejara de mmdas, cuando se bajó, yo me baje con el (aunque me quedaba lejísimos mi casa) y lo empecé a seguir diciéndole para que sintiera lo que ser acosado. El punto aquí es que nunca se queden calladas o callados ante un abuso o acoso. Si esas personas actúan de manera repugnante ¿por qué nosotros no actuar de la manera más agresiva posible?”
“Cuando tenía 12 me vestí por primera vez con falda y botas porque lo vi en una serie y me gustó como quedaba, mis padres no le vieron nada malo porque ni siquiera era una falda corta. Ese día tenía catecismo así que caminé hasta la iglesia, pero una cuadra antes de llegar un taxista me pitó y al principio creía que quería pedirme alguna dirección, pero se quedó mirándome de arriba abajo y luego se desabrochó el cinturón, me dio miedo así que me apuré a llegar a la iglesia e hice como si nada hubiera pasado. Nunca he vuelto a usar falda por voluntad y de hecho las odio”
“Tenía 12 años, un tipo en una camioneta me pregunto una dirección, volteo para enseñarle la calle de cómo debe irse me enseña el pene, tenía 14 años salía de la secundaria y el mismo modo solo que venía en coche. 16 años, venía del CECyT, casi al llegar a mi casa y un señor se masturbaba en la esquina de su trailera. 17 años o menos, un anciano se masturbaba en el microbús al lado de mí. Veintitantos años, subía un puente peatonal y estaba un señor masturbándose viendo por la ventana una sesión de Pilates de mujeres”
“Cuando tenía 8 años, mi tía estaba a mi cargo, pero nos dejaba solos con mi primo, él es 5 años mayor que yo, un día me dijo que íbamos a jugar algo y me dijo que si no jugaba y le decía a alguien él me iba a cortar la lengua en la noche.... Para hacer corta la historia...el abuso de mí repetidas veces, y no solo cuando tenía 8 años, no paro el abuso hasta los 15”
Esto ya no puede ocurrir más sólo por ser mujer, alza la voz.
#ViolenciaSexual
#VozDeMujer
#DigitalMex
#LupitaEscobar
#CosasQuePasanPorSerMujer
