La complejidad del ciclo escolar 2020-2021 implica retos inmediatos y evidentes desafíos en el mediano y largo plazo; es innegable que las condiciones inéditas han significado un esfuerzo adicional y han hecho necesario reconocer los rezagos que visibilizó la pandemia por el COVID-19.
En otros espacios he insistido en que el trastorno provocado por la propagación y el contagio por COVID-19, ha evidenciado las desigualdades en diferentes ámbitos del país, y los rezagos de muchos años; por ello, me parece importante recuperar algunos de los planteamientos que esta semana hizo el secretario estatal de Educación, Alejandro Fernández Campillo.
Durante una conferencia que ofreció en el marco del 47 aniversario del Instituto de Administración Pública del Estado de México (IAPEM) -ante poco más de 37 mil personas conectadas en vivo y que hasta este momento ha tenido más de 144 mil vistas-, el titular de Educación estatal planteó la necesidad de fortalecer la capacitación para el uso de Tecnologías de Información y Comunicación, además de proporcionar internet “universal y gratuito”, como acciones necesarias para superar las condiciones que significa la enseñanza a distancia.
Algo que me llamó la atención, es que con toda claridad explicó que –en el caso del Estado de México- se hacen gestiones para que mil 300 planteles educativos cuenten con agua corriente, sobre todo ahora que las condiciones sanitarias son vitales. Me llamó la atención porque lo común es que las figuras políticas eviten temas delicados o “negativos” en su gestión, y él, por el contrario, lo abordó de manera directa.
Reconoció que sólo 40 por ciento de las y los estudiantes de nivel básico tienen conexión a internet, por lo que se ha planteado una estrategia –denominada EduMéx- que se soporta en cuatro componentes: El esfuerzo de las maestras y los maestros; el uso de la radio en zonas donde no hay internet; el aprovechamiento de la televisión, y la distribución de contenidos en línea.
Asimismo, explicó que hasta este momento se ha distribuido poco más del 75 por ciento de los libros de texto para nivel básico, y que estos se entregan conforme los envía la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg). Subrayó que los libros seguirán siendo la base para la educación, pero será necesario emplear otras herramientas tecnológicas que apoyen el proceso de enseñanza-aprendizaje, y el trabajo de las y los docentes.
En casi una hora, expuso los diferentes ángulos y problemas que ha significado, primero, concluir el pasado ciclo escolar sin perder el rigor necesario de la enseñanza y la evaluación, y, segundo, iniciar el nuevo ciclo escolar para 3.3 millones de estudiantes de nivel básico, sin olvidar a los poco más de 10 mil estudiantes que desertaron hace unos meses.
Explicó que la Secretaría de Educación mexiquense estableció comunicación directa –incluso en sus domicilios- con quienes, obligados por las circunstancias, dejaron a estudiar. Es una cifra –dijo- que me da “coraje y miedo”.
En breve –de acuerdo con el secretario- el gobierno estatal anunciará acciones específicas para apoyar a las y los docentes, quienes han realizado un esfuerzo adicional con muchas horas más de trabajo.
Esperemos que consideren a todos los niveles educativos y a todas las instituciones, porque no sólo quienes ejercen la docencia en el nivel básico han hecho esfuerzos extraordinarios.
De manera particular, refirió el apoyo del Sistema de Radio y Televisión Mexiquense, el cual –por instrucción del titular del Poder Ejecutivo-, transmite los contenidos educativos para preescolar y primaria en su canal de 34.3, y enfatizó que sí hay un sector prioritario para esta etapa: las niñas y los niños de primero y segundo de primaria, porque –explicó- en esos primeros años es cuando se establecen las conexiones neuronales al aprender a leer y escribir, que son dos tareas fundamentales para toda la vida educativa de los pequeños.
“La casa nunca va a sustituir a la escuela”, reconoció Fernández Campillo, pero también señaló que el esfuerzo y el compromiso de madres y padres de familia, de docentes, de las autoridades educativas y de los propios estudiantes, contribuirá a que se alcancen los aprendizajes indispensables, y reiteró que las actividades presenciales sólo se retomarán cuando el semáforo epidemiológico se encuentre en color verde, y se hará con todo el cuidado y los protocolos necesarios, por lo que ya se tienen listos los insumos de higiene y limpieza para preservar la salud.
PERCEPCIÓN
La Organización Panamericana de la Salud advirtió que, de acuerdo con las estadísticas, los jóvenes son los principales impulsores de la propagación del COVID-19 en América Latina. Ojalá que las autoridades comprendan ese escenario, porque sería un error promover el regreso a clases presenciales cuando seguimos teniendo más de 5 mil casos diarios de contagios.