Hoy hablaremos de un referente y conocido negocio con más de 100 años de tradición, que dan a nuestra Toluca una identidad en el ramo gastronómico, comentaremos sobre los dulces regionales de don Carlos Hernández Nava.
La famosa dulcería forma parte de la quinta generación de los propietarios de la Dulcería Hernández, negocio que se encuentra ubicado actualmente y desde hace cerca de 50 años, en la calle de Texcoco, número 304, entre las calles de El Oro y Jilotepec; en la colonia Sor Juana Inés de la Cruz, mejor conocida como la colonia Sánchez, quienes son una tradición en la elaboración de dulces típicos y artesanales de nuestra ciudad, pues llevan más de 100 años elaborando este prestigiado producto.
El negocio surge según las cuentas a finales de 1890, pasando ya por tres siglos: finales del siglo XIX, el siglo XX y principios de lo que va del siglo XXI, teniendo ya alrededor cerca de 120 años de existencia.
El negocio lo empezó el señor Antonio Hernández, quien contrae matrimonio el día 7 de febrero de 1898 con doña Matiana Quiroga (quien por cierto se hizo acreedora al premio por el matrimonio más prolífico, falleciendo a la edad de 101 años).
Este bienavenido matrimonio adoptó las recetas de las cocinas conventuales, pues igual que en la época colonial sus productos básicos fueron y son: la leche, azúcar y las frutas naturales.
Sabemos que sus hijos salían a las calles a vender los dulces en vitrinas de cristal, no existiendo en ese momento gran variedad de dicho dulce, siendo el macarrón el que más se ofrecía.
En relación a lo anterior los que empezaron el negocio son los bisabuelos de don Antonio, y en este momento las personas más grandes en dicho establecimiento son su papá y tío; ellos son la tercera generación, siendo nosotros la cuarta y la quinta viene ya empujando fuerte que serían sus hijos.
Lo que particularmente distingue este negocio como muchos otros más en Toluca (panadería Millán, Tejidos Internacionales, Botica La Moderna, Farmacia Arratia etc.); es que solamente lo trabajan miembros de la familia Hernández, no estando en contra de generar fuentes de trabajo a otras personas más fuera de la familia; pero contratar a alguien para que aprenda este oficio es muy riesgoso, porque luego se llevan las recetas, así que se trabaja en pura familia; es así como cada miembro de la familia tiene una tarea en especifica en la elaboración del dulce; algunos fabrican el dulce de piñón, el envinado, otros hacen el jamoncillo en sus diferentes sabores, otros la fruta cristalizada y es así como toda la familia está involucrada.
Por otro lado lo que caracteriza a este negocio es que al cliente le gusta entrar y tener la atención personificada, ver cómo se están elaborando los dulces sobre el bracero y cazo de lámina estañada, todo completamente manual y artesanal sin conservador alguno, nada de maquinaria así también poder tomar el dulce personalmente para su compra respectiva.
En uno de los cuartos se tiene un enorme y antiguo brasero, mismo que se adoptó con modernos quemadores de gas, a fin de que pudiera sostener seis inmensos cazos de lámina estañada, donde se pone a hervir la leche con el azúcar; y es así como siempre ha sido y se ha tratado de conservar la tradición artesanal y familiar.
En relación a lo anterior, algunos dulces tal vez han cambiado un poco en su esencia, la leche ya no sale igual, se compra leche bronca, llevándola directamente ordeñada de las vacas; imaginando que lo que le dan de alimentación hoy en día a estos animales ha cambiado, pero el proceso en la elaboración del dulce es el mismo, tratándolo de seguir elaborándolo igual a como les enseñaron sus ancestros.
La familia Hernández comenta que ellos no surten a ningún puesto de nuestros referentes y emblemáticos Portales de Toluca, pero como es ya muy conocida la empresa por recomendaciones de boca en boca; además de que nunca han hecho ninguna publicidad, es decir nunca se ha pagado para que la gente conozca el negocio, prestigio que se ha ganado con los años por su atención, por la calidad de sus insumos y por su trabajo; claro que se han hecho muchos reportajes como el que hizo el señor Raúl Velasco en su programa de “Siempre en Domingo”, los reportajes de Cristina Pacheco, etc.; que esto también sirvió para que la gente conociera nuestro surtido producto teniendo como clientes a exgobernadores, diputados, senadores, empresarios y un sinfín de personas de todos los ámbitos sociales.
También comenta la familia que el producto que más demanda tiene para su venta es el jamoncillo con más de 20 sabores, las marinas, las duquesas, los famosos y tradicionales macarrones, los higos, los limones con coco, el dulce cristalizado, el chilacayote, la calabaza, la cascara de naranja, el turrón de limón todo este dulce es lo que más demanda tiene, contando actualmente con más de 80 productos artesanales.
El proceso para la elaboración de los dulces es el siguiente: muy temprano por la mañanas se recibe la leche bronca la que se empieza a trabajar recién ordeñada, los lecheros la entregan inmediatamente después de ordeñarla, se le agrega el azúcar y el sabor de que se vaya a elaborar el dulce ya sea piñón, envinado, nuez, naranja siendo todo esto con fruta y semillas naturales, no se usa nada de esencias, ningún tipo de conservadores, todo natural siendo este proceso muy laborioso, porque hay que estar cuidando que la leche no se queme, saber las cantidades de azúcar que se debe poner, agregando las frutas o semillas en cuestión, y luego de que la leche está en su punto, se bate hasta que se hace una pasta, y es ahí donde se empieza a darle forma al dulce; todo esto tiene su chiste, ya que esto nos da la calidad del producto, porque en otros lugares utilizan esencias y conservadores alterando el sabor y calidad del dulce.
En relación a la capacidad de producción y número de personas para la elaboración del producto don Antonio nos comenta que depende del producto demandado; ya que hay en distintas casas gente de la misma familia apoyándolos (se tienen cocinas especiales para su elaboración), haciendo el centro de acopio la casa matriz (Texcoco) y trabajando solo 5 personas en la elaboración y venta del mismo dulce ya que es muy chico el espacio, se cree que nunca se pensó que fuera hacer tanta la demanda.
En la actualidad no es mucha la gente que está involucrada en la elaboración del dulce siendo únicamente 12 personas de la familia, teniendo don Antonio otra dulcería en la calle de Quintana Roo y otra más un primo, pero propiamente sucursales no son, pero sí la misma receta, la misma atención.
Un orgullo para la familia Hernández es que son ya un referente, una tradición, una identidad toluqueña; muchos comentan que venir a Toluca y no ir a la Dulcería Hernández es como ir a Acapulco y no meterse al mar. Mucha gente nos compra y embalamos el dulce para ser llevados a varias partes del mundo como Estados Unidos y Europa.
Personalidades que nos han venido a comprar podemos enumerar a la atleta Soraya Jiménez (qepd), Cristina Pacheco, la defensa del Toluca Alberto Macías, el productor de telenovelas Juan Osorio (oriundo de Sultepec), el actor Jorge Reynoso, nuestras estimadas Laura Pavón Jaramillo, Yolanda Sentíes Echeverría y María Elena Barrera Tapia, las tres ex presidentas municipales de Toluca, la familia Miranda Nava (vecinos), en fin un sinfín de grandes personalidades.
Una anécdota muy importante para nosotros como familia y comerciantes del dulce fue cuando en la primera visita del Papa Juan Pablo II a México en enero de 1979, unas religiosas de la ciudad de México vinieron a comprar una canasta de dulces, porque se la iban a regalar al Papa; sorpresa que tres meses después se presentan las mismas religiosas a comprar más dulces para enviarlas al Vaticano y regalárselos al Papa ya que le habían gustado mucho, pensando el mismo pontífice que los habían elaborado las madres y, comentándole que no, que estos dulces artesanales eran de Toluca, es así que el Papa mandó pedir en dos ocasiones más nuestros dulces “un orgullo”.
Historia:
Primer Gobierno del Estado
La primer renuncia que Pedraza presentó el 9 de marzo, no fue aceptada y el 14 del mismo mes el Congreso le ordenó que compareciera ante él para otorgar el juramento, pero se excusó de nuevo manifestando que mientras el Ministerio de la Guerra no le diera permiso para separarse de la comisión militar que desempeñaba en Puebla, no podía dejar esta población. Al saber el Congreso de Puebla el nombramiento que en la persona de Pedraza había hecho la Legislatura del Estado de México, se apresuró aquella Cámara a elegirlo también gobernador y, para que de preferencia aceptara este nombramiento, se hicieron representaciones en favor del mismo Pedraza. Este tuvo al fin que venir a recibir el Poder, reiterando en abril su renuncia que le fue admitida por el Ministerio de Guerra, quedando Muzquiz como teniente Gobernador al frente de la administración pública del estado a partir del 17 de septiembre del referido año de 1824, fecha en que fue nombrado gobernador del estado.
El decreto del 2 de marzo, que organizó provisionalmente la administración pública, fue modificado por la ley orgánica del 6 de agosto del mismo año de 1824, que arregló el gobierno interior del estado. En ella se determinaron con amplitud las facultades del Congreso, se definieron mejor las atribuciones del gobernador, fijándose las bases de la administración de los distritos y señalando las obligaciones de los prefectos, sub prefectos y de los ayuntamientos; se estableció la tesorería general y la contaduría de glosa y examen, se declaró legalmente instalada la audiencia que existía, se puso en vigor la legislación judicial española, se crearon juzgados de letras en los partidos y un Tribunal Superior con facultades para dirimir las competencias de jurisdicción, para conocer de los procesos contra los funcionarios públicos y del recurso extraordinario de nulidad.
La ley orgánica provisional fue publicada con toda solemnidad en las ciudades, villas y pueblos del estado, y jurada públicamente, por los diputados, gobernador, consejeros y altos empleados el día 16 de agosto.
El 9 de septiembre se nombraron para ministros del Tribunal Superior de Justicia, a don Jacobo Vallaurrutia, don Manuel de Campo Rivas, don Juan José Flores Alatorre, don José Domingo Rus, don José Francisco Nava y don Ignacio Alva; y como fiscal al licenciado Tomás Salgado, que renunció el día 15 de febrero de 1825 y fue sustituido por don Ignacio María Olloqui.
El Tribunal no comenzó a funcionar sino hasta el 28 de marzo de ese año.
Al gobernador Muzquiz le tocó crear la administración del estado y uno de los primeros cuidados fue organizar la hacienda pública y a esto consagró sus energías. Desde luego hizo que cesara la tesorería de la diputación provisional, que dependía del congreso, y que se declarara al gobernador jefe supremo de la Hacienda, y en virtud de esta declaración Muzquiz recibió las rentas el 16 de octubre de 1824 y un año después se expidió la ley para el arreglo del ramo.