Podría parecer que este año 2020 ha avanzado de una manera vertiginosa, hemos alcanzado el mes de octubre y seguimos enfrentándonos todos los días a esta contingencia sanitaria sin precedentes en la época moderna. Este hecho nos ha llevado a adaptarnos a una nueva realidad y acoger nuevos hábitos de vida. Sin lugar a duda, estos cambios en nuestro comportamiento nos han motivado a asumir un rol de ciudadanos activos en aras de cuidar todos de todos, primando constantemente el bien común y fortaleciendo así el tejido social.
Hace algunos días tuve la oportunidad de leer un artículo muy interesante que fue publicado por la renombrada consultoría Ernest & Young, en el cual el autor, Gilberto Lozano Meade describe puntualmente las cinco áreas sociales en donde se han generado cambios drásticos como resultado del confinamiento; mismos que nombra de la siguiente manera.
- Salud consciente: tiene que ver con nuestra alimentación, la actividad física y la medicina.
- Nuevas formas de trabajo: referentes al trabajo remoto y a las nuevas maneras de innovar y colaborar.
- Movilidad redefinida: Se refiere al rediseño del transporte y el trayecto al trabajo.
- Consumo responsable: referente a la consciencia social, la consciencia ambiental, la consciencia sanitaria y el cambio de hábitos personales.
- Convivencia y socialización: que incluyen la escuela desde casa, el entretenimiento, la reubicación y rediseño de viviendas, y los cambios en el tejido social.
En estas líneas únicamente retomaré tres de las mencionadas áreas; en primer lugar, la referente a salud consciente, donde la gran mayoría de nosotros hemos buscado la forma de mejorar nuestros hábitos alimenticios con la finalidad de fortalecer nuestro sistema inmunológico y así disminuir el riesgo de contagio. Hemos puesto un mayor énfasis en la seguridad e higiene de los alimentos que consumimos, buscando adquirir nuestros víveres en comercios locales que nos den la seguridad de una procedencia limpia y sustentable.
En este rubro, también nuestra actividad física se ha visto modificada, ya que al estar cerrados los gimnasios y centros deportivos, la población ha incursionado en la práctica de rutinas virtuales o prácticas más acordes a cada uno de nuestros entornos. Inclusive, el autor que referimos menciona que hoy en día las búsquedas más comunes en Google en todo el mundo incluyen “entrenamientos en casa” y el aumento en el uso de plataformas que ofrecen clases en línea de todo tipo de actividades físicas y mentales.
Asimismo, ha cambiado la forma en que los profesionales de la salud brindan sus servicios a través del uso de tecnologías que permiten una mayor cobertura y una disminución en tiempo y costos de traslado. Hemos visto cómo se han creado varias aplicaciones móviles que logran ayudar a los médicos a dar un diagnóstico certero sin la necesidad de que el paciente visite un consultorio o un hospital.
En segundo lugar, las nuevas formas de trabajo, nos ha llevado a reconducirnos de una forma distinta dentro de los propios espacios laborales para salvaguardar la sana distancia entre los trabajadores. Así, hemos implementado turnos escalonados con la finalidad de no saturar los espacios comunes; esto nos lleva a la modalidad que combina días de trabajo en oficina y días de trabajo desde casa.
De acuerdo con datos de la consultoría Ernst & Young, estudios han demostrado que la productividad y el cumplimiento de objetivos pueden aumentar entre 13-20% bajo la modalidad de home office. Es así que tanto los empleadores como los trabajadores hemos tenido que encontrar nuevas formas de colaboración virtual y uso de nuevas herramientas, acciones que en un futuro nos permitirán continuar con esquemas de trabajo más dinámicos.
Por último, el área de formación, convivencia y socialización, cuyo impacto más fuerte ha recaído en la educación, llevó desde un inicio a más de cien países a cerrar sus escuelas con un impacto directo en más de 1,000 millones de niños en todo el mundo. Con la escuela desde casa, maestros y alumnos se han visto obligados a descubrir nuevas maneras de enseñar y de aprender a un ritmo acelerado. Este hecho por su parte ha revelado la importancia que tiene la tecnología digital en el fomento de sociedades inclusivas y justas; la brecha digital es un tema que afecta el acceso de las personas a las oportunidades y a la inclusión, por lo que se espera el impulso de políticas públicas para una transformación digital que incluya a todas y todos.
Asimismo, se ha reforzado la premisa de que somos seres sociales, de acuerdo con Lozano Meade, la solución a la falta de interacción presencial ha tratado de ser cubierta a través del uso de diferentes plataformas digitales para suplir esta interacción con los demás. El autor considera que la adopción de estas herramientas digitales se aceleró por la pandemia y que también ha llevado al desarrollo de nuevas herramientas tecnológicas emergentes para incursionar en formas de realidad virtual y realidad aumentada; resultados que veremos en un futuro próximo.
Indudablemente la pandemia por coronavirus ha transformado nuestros hábitos cotidianos de forma acelerada. Es momento de preguntarnos si estamos listos para regresar a la normalidad tal y como existía antes de la crisis de salud o si estamos dispuestos a adoptar nuevos comportamientos más allá de la pandemia. Se los dejo para la reflexión personal.
