En días recientes, encuestas revelaron la ventaja de Morena para hacerse de la superioridad en la Cámara de Diputados, así como de la mayoría de los distritos y municipios del Estado de México. Es sorpresivo si se toma en cuenta el balance negativo en el manejo de la pandemia, la parálisis económica desde diciembre de 2018, su posterior depresión a partir de la crisis sanitaria, la ausencia de resultados en los principales objetivos de su agenda de campaña y la deficiente labor de bastantes munícipes mexiquenses. Sin embargo, la explicación es muy sencilla: la oposición está conformada por los mismos actores que cansaron a la población y simplemente no engañan con su “nueva” narrativa a un pueblo al que siguen subestimando. México necesita una oposición real para que a partir de contrapesos se pueda fortalecer nuestra democracia, pero nadie creerá en quienes fallaron por 18 años y, además, se rehusaron a reformar sus entrañas para trabajar genuinamente por el bien de la nación.
Nadie ha llenado el hueco que AMLO dejó en la oposición, a pesar de que muchos expertos y críticos presagiaban en verano de 2018 que no pasaría mucho para el surgimiento de una figura capaz de contrapesar. A dos años de los comicios en los cuales venció Morena, nadie se perfila para representar a los mexicanos que, justificadamente, se mantienen desesperados ante la imposibilidad del Estado y el sistema mexicano para resolver sus más apremiantes necesidades y garantizar el acceso pleno a oportunidades y derechos. El Presidente se mantiene como la figura política más popular con todo y la ausencia de resultados en el combate a la pobreza, la desigualdad y la inseguridad. Cambiaron las formas y la narrativa desde el ejecutivo y con eso ha bastado para encaminar el proyecto político hacia la mitad del sexenio.
México y el mundo viven una crisis sanitaria y económica de dimensiones históricas, en muchas naciones esta situación ha bastado para fortalecer a los opositores, pero en nuestro país la diferencia radica en que quienes pretenden contrapesar al gobierno son precisamente aquellos que le facilitaron el camino a Morena hacia el poder con sus escandalosos casos de corrupción y su constante manera de decidir negligentemente.
Además, sucede un fenómeno que ha surgido a las izquierdas de distintos países, se comienzan a conformar frentes y alianzas con el objetivo de combatir al líder y, hasta ahora, siempre ha sucedido lo mismo: fortalecen a quien pretenden acorralar. La única alternativa por el bien del país es una reforma completa del sistema de partidos, depurando las formas y figuras de todos los institutos políticos para poder presentar a genuinos patriotas y acercar su labor a las mayorías que olvidaron hace décadas. El contraste de ideas y los contrapesos son sanos, pero, hasta el momento, todos los intentos opositores han demostrado una gran incompetencia y un profundo desconocimiento de la realidad social, desenlazando en el fortalecimiento de quien gobierna a pesar de que los millones en vulnerabilidad requieren de resultados que aún no llegan.