Al empezar el mes de diciembre México rebasa más de ciento seis mil muertos por COVID-19; sin estrategias, sin hacer caso de las recomendaciones que ha repetido constantemente el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), sin tomar en cuenta la experiencia de países europeos y asiáticos. Además de recibir una nueva recomendación; que México tome en serio su atención.
En las cifras oficiales México reporta más de 106 mil muertes y más de un millón de contagios que se aceleraron por causa de las festividades que parecen imposibles de frenar, y ahora, hasta la recomendación de que el país tome más en serio la atención de la enfermedad; recomendación que a López-Gatell le pareció no estar dirigida a las autoridades. sino más bien, a los ciudadanos.
El gobierno federal insiste en presumir un éxito inexistente, gracias, según lo remarcan todos los días tanto el subsecretario y encargado de la atención del coronavirus Hugo López-Gatell como el propio presidente Andrés López Obrador, que el número de camas desocupadas no ha sido rebasado.
No puede aceptarse como único indicativo inobjetable lo señalado por ambos responsables. Según testimonios que reportan diversos medios de comunicación el problema radica en otras circunstancias.
Recientemente en la Ciudad de México se están realizando pruebas rápidas para detectar casos de contagios. Sí, pero no se da seguimiento a las personas reportadas con resultado positivo, y por lo regular son gente de bajos recursos y tienen que viajar en el transporte del servicio público para regresar a sus domicilios; que, sin querer, siguen esparciendo el virus.
México nunca se preparó para la llegada de la pandemia, y que esto se diga, le molesta en exceso al mandatario y al subsecretario, quien lo que sí hace, por cierto, es repartir culpas y hacer como que no le hablan a él, como la reciente recomendación del director de la OMS.
Ante la indiferencia que mostró el titular del ejecutivo federal, secundado por López-Gatell de la inevitable llegada del SARS-CoV-2 a tierra azteca, los ciudadanos se quedaron desorientados, y ahora con números que preocupan al propio director de la OMS, y es la fecha que se sigue desestimando el uso del cubrebocas.
La agencia Bloomberg coloca a México en un estudio que realizó a 53 países medidos en el ranking de resiliencia en último lugar, es decir; México es el peor lugar para vivir en época de pandemia, pero, lamentablemente el mandatario dice que el pueblo ni se entera.
La situación de México preocupa en gran manera a la OMS, la recomendación de que se atienda con seriedad el problema es ejemplo irrefutable de que las cosas en el país no van bien.
Pero la complicación de la desatención del virus que provoca el SARS-CoV-2 en México, no es únicamente de preocupación regional, o exclusivo del país, porque más adelante puede ser el epicentro de la enfermedad que busca desesperadamente en todo el mundo que su cura llegue lo más pronto posible; es por eso la recomendación que se hace.
El problema real es que ni el encargado de atender la pandemia, ni el presidente de la república toman nota de la preocupación de Tedros Adhanom Ghebreyesus. Principalmente López-Gatell quien dice que es lo que todos los días repite en sus insufribles conferencias. El subsecretario sigue con la idea de que puede convencer al pueblo mexicano de que está haciendo las cosas bien.
Por otro lado, y ya que de acuerdo con las autoridades es el ciudadano el responsable de que se hayan rebasado los cien mil muertos, inevitablemente se puede recordar que fueron 30 millones de ciudadanos que votaron por López Obrador; es lógico pensar que todos o la gran mayoría lo ven y aceptan como el líder que querían como presidente. Ahora bien; él puede ser un ejemplo de lo que se debe y no debe hacerse ¿en dónde está la coherencia de exigir a la gente que utilice el cubrebocas, que guarde la sana distancia, y que no salga de sus domicilios de no ser necesario, cuando el ejemplo es otro?
Por lo mismo, mientras unos van para un lado, otros van para el otro; eventos como el “Vive Latino” dejan las cosas en la magnitud de lo que hoy se vive.
Por otro lado, para la gente que necesita subsistir y depende del trabajo diario para proveer a su familia, el larguísimo confinamiento los orilló a salir de casa, no todos trabajan en el gobierno para seguir aislados por tiempo indefinido.
Ahora bien, quienes sí siguieron las recomendaciones no dejan de estar en riesgo porque nunca se contuvo la enfermedad, y a pesar del esfuerzo social, muchos terminarán contagiados inevitablemente.
No obstante, tuvo que llegar la funesta cifra de 100 mil muertos para que por fin el gobierno federal anunciara un apoyo; que más bien parece limosna. Con bombo y platillo como ya es su costumbre, anunció la entrega de 11 mil 460 pesos para gastos funerarios que se entregarán a quienes demuestren que su familiar murió a causa del coronavirus.
Lo que deja ver el subsecretario es que la que llaman estrategia no cambiará, y la única esperanza para los mexicanos es que la vacuna en efecto, como lo anunció el canciller Marcelo Ebrard esté disponible en este mes de diciembre.