En concordancia con la temática que en estos días se ha incrementado en nuestro país por el día mundial para erradicar la violencia con las mujeres, creo que debemos realizar apuntes no solo contra la violencia a las mujeres sino contra la violencia en general.
Cuando observamos las noticias diarias en los diferentes medios de comunicación, vemos que cada día son más cruentos los actos de los seres humanos hacia sus semejantes y encontramos desde una mujer, que no se puede llamar madre, que arroja a su hija a una barranca, hasta los más increíbles actos de maldad al privarse de la vida a seres humanos por quitarles un teléfono, la cartera o como sucedió en la Ciudad de México, en donde privaron de la vida a dos comerciantes, por quitarles unas botellas que pretendían vender.
¿Por qué titular esta columna “HUMANIDAD”? porque creo que lo importante es buscar en dónde ha quedado la humanidad, ah, pero no como adjetivo, sino como sentimiento. ¿En dónde dejamos esa capacidad de los seres humanos de querer y de amar?, ¿en dónde está ese dogma filosófico, que se llama ética? Ética entendida como lo bueno, lo justo, ¿en dónde está esa capacidad para comparar el bien y el mal?
En otras columnas he mencionado, estimados lectores, que la violencia crece sin medida en nuestro país que tal parece que se está haciendo un medio de vida y que nos acecha todos los días, no es posible que cada miembro de una familia salga de su casa con el temor de ser agredido o de no regresar. En muchas ocasiones, no lo comprendo. Por años he visto el comportamiento de los delincuentes y en ocasiones he entendido las causas que los llevan a delinquir, familias disfuncionales, vicios, venganzas, necesidad económica, enfermedades mentales, educación deficiente, pero no las justifico, sin embargo, en estos últimos años la crueldad con la que se comenten los delitos me hace pensar: ¿y la humanidad en dónde quedó?
Se ha intentado de todo y pocos son los resultados, pero creo que también se ha relajado la aplicación de la ley, con el pretexto de despresurizar las cárceles. La justicia penal ha pasado de ser punitiva a ser restaurativa, en lugar de castigar es mejor recuperar lo perdido y así el delincuente sale a la calle a buscar lo que devolvió y más.
¿Será que tendremos que reinventar la legislación procesal penal, será que se tendrán que aplicar penas más estrictas o será necesario reeducarnos y volver a comprender lo que el término humanidad significa como un sentimiento hacia los demás?
La violencia en general no cesa, pero lo más grave es que en nuestro México, la violencia grupal se está volviendo un tema de todos los días, en el anonimato de grupo se cometen actos ilícitos que no se castigan y al parecer es una nueva forma de impunidad. Recapacitemos y pensemos que la única herencia para las nuevas generaciones, que vale la pena, es un mundo sin violencia.
Por cierto: el día primero de diciembre de cada año se conmemora el día internacional del motociclista, un saludo fraternal a todos mis compañeros de rodada y a todos aquellos que sienten la libertad al conducir sus caballos de acero. Ya nos veremos en mejores condiciones.