El pasado 28 de septiembre de 2017, a las 9:30 de la mañana, la vida del hijo de María, Gustavo de 30 años de edad, cambió radicalmente para vivir una pesadilla, ese día ya no pudo cumplir en su trabajo de grúas, como papá, esposo e hijo. Ese día su vida cambió drásticamente.
Él llegó como todos los días a trabajar saludando a los vecinos y a la señora del puesto de tamales que, como cada día, también iniciaba temprano con la venta, cuando Gustavo de manera sorpresiva fue detenido sin motivo o explicación por policías ministeriales.
Lo subieron a un Jetta gris y lo llevaron con dirección a Calzada del Pacífico, en una bodega que tenía música a todo volumen donde, por más de 10 horas, fue golpeado y torturado.
Los policías le quitaron cartera, dinero y celular. En el lugar, uno de los agentes recibió una llamada y a su interlocutor le preguntaba si ya tenía el papeleo listo porque ya presentarían al detenido.
Un día antes, fue detenida otra persona por el rumbo de la Maquinita en Toluca, a la que acusaron de extorsión a un comerciante de bebidas y licores, a quien presentaron con Gustavo como parte de una banda aunque no se conocían.
A ambos, sin conocerse, los acusaron del delito de extorsión de 5 botellas de vino y 5 mil pesos; sin embargo, la supuesta víctima no existe, así como relación de los presuntos acusados.
María señala múltiples contradicciones de los policías que declararon en contra de su hijo, pues asegura, fabricaron el delito.
“El juez Montoya no fue justo, solo hizo caso a lo que presentó el Ministerio Público, mi hijo es una persona de trabajo y no un delincuente. Mi hijo está perdiendo momentos con sus hijas, está pagando por un delito que no cometió”.
Gustavo fue sentenciado por un delito fabricado, fue sentenciado sin evidencias el pasado 26 de agosto de 2018 a 47 años 6 meses de prisión y una multa de 130 mil pesos.
"La sentencia fue confirmada sin una investigación a fondo sabiendo que en la materia penal existe la suplencia de la deficiencia de la queja. Sabiendo además que existen actos de tortura cómo está acreditado en el certificado médico de lesiones", enfatizó María.
“Después, la jueza ordenó que se hiciera una investigación por tortura, pero no se hizo nada”
María, el 29 de septiembre de 2017 presentó una queja en la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Mexico que sigue en curso y esperan se haga justicia.
“Es una injusticia, soy hombre de trabajo, todos los que me conocen saben que no le haría daño a ninguna persona. No existen víctimas, son víctimas fabricadas por parte de los ministeriales que protegen a alguien que les deja dinero”, narró Gustavo.
“Le pido a Dios ilumine a las personas que lleven el caso de mi hijo, mi hijo es inocente, le han robado su vida, pido me ayuden, estamos quebrados moralmente y económicamente, quiero que me escuchen, que se haga justicia” ese es el grito desesperado de María por la libertad de su hijo que es inocente.
Hoy, Voz de Mujer, le da voz a María, para contactarla y ayudarla lo puedes hacer al 722 302 8820.
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