En pasados días, se publicaron innumerables noticias relacionadas con la cotización del agua en Wall Street, sujetando así a un recurso natural como es el agua, a contratos futuros. Dentro de algunos recursos que hemos visto a lo largo de los años ser comercializados se encuentran el oro, la plata, el petróleo y otros tantos, pero la gran diferencia de estos con el agua, es que no resultan de primera necesidad para el ser humano.
El derecho al agua tanto en nuestro país como a nivel mundial, es un derecho del que gozamos los seres vivos, por la simple razón de que resulta necesario para nuestra subsistencia. Ahora bien, el hecho de que esté cotizando en la Bolsa de Valores de Estados Unidos, no implica que se pierda de forma directa el derecho a dicho recurso, sino que funge como un parámetro para la fluctuación económica del precio del agua.
Sin embargo, el hecho de que el agua esté sujeta a una fluctuación económica sobre los valores del mercado, sí tiene un impacto en los derechos humanos, pues si una persona adquiere futuros sobre el índice señalado para el agua, puede obtener una ganancia, pero también aquellos que no lo hagan, pueden verse perjudicados sobre el valor que el mercado asignará al recurso.
Definitivamente, en estas fechas en que la pandemia no es el único problema para la población, la noticia de que el agua podrá cotizar en Bolsa, resulta increíble, pues bajo el índice de mercado se establecerán precios de referencia para diversos productos o recursos, en los que ahora el agua, un recurso que permite nuestra supervivencia, se verá sujeto a los precios de mercado.
Ahora bien, si tomamos en consideración que en el mundo más de 20 por ciento de la población carece del recurso de agua potable, por no encontrarse los elementos en sus comunidades para su acceso; el hecho de que ahora esté sujeto dicho recurso a la fluctuación de mercado, impactará no solo en ese 20 por ciento de la población, sino que puede acelerar el porcentaje de personas que no tendrán acceso al precio al que en su momento pueda sujetarse.
Por ahora, pareciera que la privatización del agua afecta solo a California por la cotización del índice Nasdaq Veles California Water Index (ticker NQH2O); sin embargo, si se toma este parámetro para las Bolsas de Valores de diferentes países, sin duda causará efectos que lejos de ayudar a la población en general, sectorizará a un porcentaje limitado de personas que podrán tener acceso a un recurso natural que sin su acceso no se permite la supervivencia de los seres humanos.
En este sentido, el privatizar un recurso como el agua, que no puede compararse con otros como el petróleo o el oro, pues se insiste parte de una necesidad sin la cual no podríamos sobrevivir, implica afectación a nuestro derecho a la salud y sobre todo a la vida. Por ahora hay algunos movimientos financieros e índices que indican que es una medida que puede beneficiar a algunos sectores en caso de que fluctúe a su favor el mercado; sin embargo, poco se ha estudiado sobre los efectos deplorables que puede causar esto a la población.
Actualmente el índice NQH2O solo aplicará en California para precios de agua en el uso industrial y agrícola, pero sienta las bases para mayores sectores y modificaciones que en un futuro próximo pueden buscar a través de la legalidad, permitir que a las personas se restrinja su derecho al acceso a este recurso natural.
Por ello, no basta con tener la idea de que el permitir que el agua cotice en el mercado de valores en Estados Unidos permitirá un precio fluctuante dado que está garantizado que existe un índice, condiciones de abastecimiento, política de fijación de precios y control en su consumo, pues esto solo nos da la noción de cómo se sujetarán los costos del agua para futuros contratos y/o para su acceso a nivel personal.