“El poder necesita y debe tener contrapesos…”, Senador Roy Blunt
El gobierno federal tiene a la vuelta de la esquina una crisis fiscal como nunca se ha visto en al menos 100 años y el golpe va a ser grande a pesar de la austeridad republicana de la que tanto se jacta el presidente y que hoy es el escudo para desaparecer su contrapeso en los OCA’s como discutimos la semana pasada.
La 4T se ha aferrado a dos promesas de campaña, no crear nuevos impuestos y no subir los existentes, por un lado, y por el otro a no adquirir más deuda pública y mantener un equilibrio fiscal y fianzas públicas sanas; ambas se aplauden por que no se necesitan más impuestos para elevar la recaudación, se necesitan más contribuyentes, es decir un gran programa de lucha contra la informalidad y combatir la corrupción desde abajo no solo en las grandes esferas del poder.
Del otro lado del presupuesto, las salidas de dinero cada vez son más grandes pues siguen creciendo los padrones de los programas sociales, el monto de las pensiones mínimas garantizadas aumentan a la par que el salario mínimo, mientras que los ingresos si es que crecen lo hacen en UMA’s, los ingresos petroleros están cayendo (45% a noviembre, respecto con 2019) y PEMEX sigue perdiendo dinero, se castiga a las instituciones con presupuesto y grandes tijerazos como de pollero a las finanzas que recortes estudiados, pero las obras insignia siguen su curso aunque están costando mas de lo planeado y no se ve su avance ni físicamente y mucho menos en papel porque los expedientes fueron reservados y clasificados por las distintas dependencias que los llevan a cargo con gran apoyo desde Palacio.
El otro problema es que según diversos estudios Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios ya se agotó, en dos años se acabaron lo que se construyó desde 2002 poco a poco, un FOBAPROA a la tabasqueña.
Ya no hay FIDEICOMISOS que cerrar, los salvavidas se están agotando, las empresas siguen cerrando por la pandemia a falta de estímulos con lo que la recaudación caerá, los altibajos del precio del dólar quitarán sin duda el renglón de los remanentes de los ingresos que se puedan esperar; por eso nuestro presidente ve con buenos ojos la iniciativa de migración de Biden, porque es mejor, o al menos más fácil, que los connacionales se vayan del país y manden remesas que crear una política adecuada a la realidad, por eso seguirán las antinomias fiscales al igual que seguirá el falso discurso de la austeridad republicana, esa que ni es austeridad y mucho menos republicana.
Por cierto: Finalmente Biden tomó posesión como el presidente 46 de Estados Unidos y con ello se abre una nueva etapa en las relaciones bilaterales con nuestro vecino del norte, que por los antecedentes recientes va a ser difícil con el presidente AMLO, y sobre todo por que no hay un panorama claro en el sector energético, si aplican el T-MEC al pie de la letra se van a pagar multas muy caras y a eso hay que sumarle las sanciones por el incumplimiento del Acuerdo de París donde EEUU regresará a la mayor brevedad, y ese es solo el principio.
Y para variar: En medio del semáforo, que por cierto parece interminable en la CDMX, el gremio de los restauranteros alzó la voz y les permitieron abrir, con muchas medidas que parecen insuficientes, pero al fin y al cabo se permite la interacción social más allá del vínculo familiar, cuando entenderemos que así no vamos a controlar nada, que los contagios se van a multiplicar como ha estado sucediendo.
* Economista por la UNAM, académico, columnista y articulista. Enlace Administrativo de la Coordinación del Programa de Posgrado en Derecho. Miembro de la Red Nacional de Jóvenes Investigadores del SIJ de la UNAM.